19 de enero del 2023.- La intención del Gobierno de Francia de subir progresivamente la edad mínima de jubilación desde los 62 años actuales a los 64 años en 2030 ha desatado una oleada de protestas en todo el país con tal efecto que pueden hacer tambalear el Ejecutivo de Elisabeth Borne. En palabras de la primera ministra, Francia está rodeada de países que ya han retrasado la edad de jubilación y, por tanto, debe hacer lo mismo para garantizar la supervivencia del sistema.
Lo cierto es que Francia, junto con Suecia, cuenta con la edad de retiro más baja de los Veintisiete, algo que contrasta con los 67 años de Italia, por ejemplo. También es uno de los países con un menor porcentaje de trabajadores en activo mayores de 65 años y con una mayor pensión de jubilación.
Pero, ¿cómo es la situación en el resto de economías europeas? He aquí una radiografía de las pensiones en la Unión Europea:
Edad de jubilación: de los 62 años de Francia a los 67 de Grecia
Un primer recorrido por la edad de jubilación de los países europeos revela grandes diferencias, incluso por sexos. En el caso de España, se sitúa en los 66 años y cuatro meses y seguirá aumentando hasta llegar a los 67 años en 2027, siendo uno de los países con la mayor edad de retiro de entre los Veintisiete, según se desprende de los datos de la Comisión Europea.
No obstante, aún está lejos de los 67 años de italianos, griegos y daneses; de los 66 años y 8 meses de los búlgaros; y de los 66 años 7 meses de portugueses y holandeses. Todos ellos (excepto Bulgaria) tienen previsto aumentar la edad de jubilación de forma progresiva durante los próximos años, en función de variables como la situación demográfica.
Al otro lado de la tabla, Austria y Polonia tienen fijados los 60 años para la jubilación de las mujeres y los 65 para los hombres; si bien el primero tiene previsto que se igualen ambos sexos en la próxima década. En general, la mayoría de países europeos incrementarán su edad de jubilación en los próximos años, aunque otros como Polonia, Hungría (65 años), Luxemburgo (65) o Eslovenia (65) no estiman cambios.
Y, fuera de la UE, la edad de jubilación para recibir todos los complementos en Estados Unidos se sitúa en los 67 años, cerca de los 66 de Reino Unido. En el caso de Rusia, los hombres lo podrán hacer a los 61 años y 6 meses y las mujeres, algo antes: a los 56 años y 6 meses.
Estonia, a la cabeza de trabajadores por encima de los 65 años
Muy relacionado con la edad de jubilación está el porcentaje de personas que continúan trabajando una vez cumplidos los 65 años. Es el caso de países como Portugal (66 años y 7 meses), donde la cifra alcanza el 11,5 %. También de Irlanda, que con una edad de retiro legal de 66 años, es el segundo país con un mayor porcentaje de trabajadores por encima de esa franja. En concreto, un 12 % del total.
No obstante, hay excepciones como Estonia que, con una edad de jubilación de 64 años y 3 meses, cuenta con el mayor porcentaje de trabajadores mayores de 65 años de toda la UE. Parte de este fenómeno se explica por los incentivos que el Gobierno estonio ofrece a sus ciudadanos, con el fin de que extiendan el periodo de cotización.
Sorprende, a su vez, el caso de España. Pese a ser uno de los países con una edad de retiro más elevada (66 años y 4 meses), es el penúltimo país europeo -según los últimos datos de Eurostat correspondientes a 2019- con menos trabajadores por encima de los 65 años: un 2,4 % del total.
En este sentido, desde el pasado 1 de enero de 2022 se incrementaron los incentivos para prolongar la vida laboral y retrasar la edad de jubilación, lo que se conoce por jubilación demorada. Entre otros, existe la posibilidad de recibir una cantidad por año de demora que va desde los 4.400 hasta los 12.400 euros. En palabras del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, “hace falta un cambio cultural en España” para seguir la tendencia europea de trabajar cada vez más entre los 55 y los 70 o 75 años.
Vida laboral media: de los 42 años de Suecia a los 32 de Italia
En lo que respecta a la duración de la vida laboral de los europeos, son los suecos los que más años trabajan, con una media de 42 años. Le siguen muy de cerca holandeses y daneses, por encima de los 40 años de media, y posteriormente alemanes y estonios, con 39 años. Al otro lado de la tabla se sitúan países como Bélgica, Polonia y Grecia, cuyos trabajadores tienen poco más de 33 años cotizados de media; si bien los últimos puestos los ocupan Croacia e Italia, con 32 años de vida laboral.
Son datos de Eurostat, correspondientes a 2019, de acuerdo al pronóstico que realiza sobre el tiempo que una persona puede esperar estar activa en el mercado laboral europeo. Así, la duración media prevista de la población de 15 años o más residente en la Unión Europea era de 35,9 años, casi cuatro años más que en el periodo previsto en el 2000.
España, por su parte, se sitúa en mitad de la tabla con una media de 35,3 años, aunque con diferencias por sexos: mientras que para los hombres se estima una vida laboral de 37,4 años, para las mujeres se reduce hasta los 33,1 años. No obstante, es una cifra que ha sufrido importantes variaciones en las últimas dos décadas: entonces, los hombres trabajaban una media de 37,1 años, pero las mujeres apenas superaban los 24.
La pensión media en la UE no llega a los 15.000 euros anuales
De acuerdo a los últimos datos disponibles de Eurostat, también existen importantes diferencias entre los países europeos si hablamos de cuantías. A la cabeza se sitúa Luxemburgo, con una pensión media de 28.099 euros al año; y, a la cola, Bulgaria, que apenas supera los 2.000 euros al año. Mientras, España se sitúa por encima de la media europea (14.327 euros), con una pensión media de 15.855 euros anuales.
Se trata, sin embargo, de cifras correspondientes a 2018 y que volverán a actualizarse en marzo de este año. Cabe recordar que durante este tiempo muchos países han revalorizado sus pensiones, entre ellos España, que este año ha aprobado una subida del 8,5 % para las pensiones contributivas y del 15 % para las no contributivas.
España tiene una tasa de reemplazo del 80 %
Atendiendo a la tasa de reemplazo, esto es, el porcentaje que supone la pensión respecto al último salario cobrado por un empleado, España es uno de los países de Europa y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con una cuantía más elevada: un 80 % del total.
Pese a ello, aún se sitúa lejos de economías como Portugal o Países Bajos, cuyos pensionistas cobran un 90 % de su anterior salario. Y más aún de países como Brasil, con una tasa de reemplazo que roza el 100 %, tal como se desprende de las últimas estadísticas de la OCDE del año 2020.
Para alcanzar tasas más elevadas y, a su vez, conseguir que el sistema sea cada vez más sostenible, algunos países han implantado modelos que combinan pensiones públicas con privadas. En el caso de España, el Gobierno aprobó el pasado año el proyecto de ley de Regulación para el Impulso de los Planes de Pensiones de Empleo, el conocido como fondo público de pensiones, con el objetivo de fomentar el ahorro complementario a la pensión de jubilación de los trabajadores de rentas medias y bajas, los autónomos y las pymes.
Grecia e Italia, los países con un mayor gasto en pensiones
Ante este contexto, existe una gran heterogeneidad en los recursos destinados por cada país a proveer de pensiones a sus ciudadanos, tal como reflejan los datos de Eurostat correspondientes a 2019. En el caso de España, en el 12,7 %, el gasto del sistema de pensiones estaría por encima de la media simple de la UE (10,4 %) y sería similar al promedio ponderado (en función del PIB).
Así, el tamaño del sistema de pensiones español estaría únicamente por debajo del de seis países: Grecia (16,1 %), Italia (15,9 %), Francia (14,7 %), Austria (14,1 %), Portugal (13,7 %) y Finlandia (13,3 %). Y prácticamente duplica a países como Malta e Irlanda, con un gasto en relación al PIB del 6,2 % y del 5 %, respectivamente.
Asimismo, y tal como advierte el Banco de España, los escenarios demográficos de Eurostat anticipan un incremento sustancial -en términos absolutos y en comparación con otras economías de la UE- del envejecimiento poblacional de la sociedad española durante las tres próximas décadas, lo que supondrá una notable presión al alza en el gasto en pensiones. “Algo más del 40 % de dicho aumento podría ser contrarrestado si, en los próximos años, España alcanzara una tasa de empleo similar a la de los países europeos más avanzados en esta dimensión”, sostiene.
Con información de RTVE