31 de octubre del 2022.- En los últimos cuatro años en América Latina, los gobiernos de derecha establecidos firmemente durante casi dos décadas han sido reemplazados por gobiernos de izquierda. La victoria del líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva frente al ultraderechista y ahora presidente saliente Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales de Brasil, refleja un cambio político regional, después de que candidatos de izquierda también ganaran en Colombia y Chile recientemente.
A pesar de que muchos pueden ver este giro como una nueva “marea rosa” en América Latina, los analistas coinciden en que realmente lo que se está dando en la región es “un giro hacia la oposición”.
“Es un castigo a los gobiernos existentes. No sé si podría decirse que los latinoamericanos se han hecho más de izquierdas, pero estoy segura de que están más enfadados con sus gobiernos”, señala en declaraciones a RTVE.es la investigadora del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, Erika Rodríguez, quien añade que “hay una combinación de enfado con los gobiernos y nuevos temas en la agenda”.
Para el profesor en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Fernando Harto, la alternancia en los gobiernos de los países de América Latina es una buena señal, ya que “es un principio que se vive en todas las democracias avanzadas”. “El electorado, después de experiencias con un determinado color político, cambia. América Latina se normaliza, se moderniza”, afirma el analista, aunque subraya que se tratan de “izquierdas diferentes”.
Giro a la izquierda por la alternancia y el voto antioficialista
Desde México en el norte hasta Chile en el sur, el mapa político de América Latina cada vez se parece más al de principios de la década de los 2000, cuando la conocida como “marea rosa” se apoderó en la región con gobiernos de izquierda. Sin embargo, los expertos aseguran que esta vez es diferente y que la tendencia a favor de líderes izquierdistas está impulsada por un rechazo a los gobiernos en el poder.
“No se trata de una repetición de la ola de izquierda de hace 20 años, cuando las circunstancias eran muy diferentes. En América Latina es un giro hacia la oposición”, afirma a RTVE.es el periodista y analista político Michael Ried.
El profesor Harto explica que el primer giro a la izquierda que dio América Latina a principios del siglo XXI “fue una novedad” porque “veníamos de gobiernos que habían hecho procesos de transición a la democracia y era una novedad que la izquierda estuviera en el poder”. “Parecía que si ganaba la izquierda, las fuerzas de la reacción iban a impedir ese triunfo. El sentido que tuvo fue romper con esa maldición histórica y una vez que gobernó, lo que vino fue alternancia”, subraya.
En este sentido, Harto señala que las variables del nuevo giro a la izquierda en la región son muchas y que una de ellas es que “los países que han votado a la izquierda lo han hecho porque con anterioridad una buena parte tenía gobiernos de derechas”. “El último caso es el de Brasil con Bolsonaro. Esto se puede interpretar como un voto antioficialista”, añade.
Ahora, los gobiernos de izquierda han vuelto porque los de derecha que los reemplazaron en su día no han sabido apreciar la frustración popular debido a los problemas económicos y los devastadores efectos de la pandemia, entre otras cosas.
En el caso de Brasil, al ultraderechista Jair Bolsonaro se le acusa en gran parte de su postura escéptica hacia la pandemia, ha presidido durante la destrucción récord de la selva amazónica y en ese mismo periodo ha aumentado hasta 33 millones el número de ciudadanos que pasan hambre en el país. Por su parte, Lula da Silva es un político veterano al que se le atribuye haber sacado de la pobreza a unos 30 millones de brasileños y en su nuevo mandato ha prometido volver a las políticas dirigidas a aumentar la asistencia social y una mayor protección de la Amazonia.
“El movimiento de extrema derecha no ha hecho realidad sus promesas. En particular, en el caso de Brasil”, afirma el profesor de la Universidad de York, Joao Nunes, en declaraciones a RTVE.es. “Lo que estamos viendo es a la izquierda reinventándose. Estamos viendo una prueba de que el populismo de extrema derecha no funciona y, al mismo tiempo, estamos siendo testigos de que una parte de la izquierda está intentando reinventarse, comunicándose más estrechamente con movimientos sociales”, añade.
Una izquierda plural
La victoria de Lula sobre Bolsonaro hace que Brasil se una a otros países como Argentina, Chile, Colombia o Perú en un creciente bloque de izquierda. En junio de este año, Gustavo Petro, exintegrante del Movimiento 19 de Abril (M-19) fue el primer izquierdista elegido presidente de Colombia. Unos meses antes, en diciembre de 2021, Gabriel Boric ganó las elecciones presidenciales en Chile, convirtiéndose en el mandatario más izquierdista del país en casi cinco décadas y también en el más joven, con 35 años.
En Perú, el maestro y líder sindical Pedro Castillo ganó la Presidencia en junio de 2021, imponiéndose por una diferencia mínima a la derechista Keiko Fujimori. En Argentina, hace ya tres años, el peronismo volvió al poder con Alberto Fernández, quien se impuso ante el entonces presidente Mauricio Macri.
Los expertos coinciden en que los gobiernos de izquierda de los diferentes países de América Latina “son muy distintos”. “No se puede comparar Perú con Colombia ni con Chile”, recalca Rodríguez.
Por su parte, Fernando Harto señala que “se trata de una izquierda muy plural”. “Tenemos, por un lado, una izquierda bolivariana con Cuba, Nicaragua y Venezuela. Por otro lado, tendríamos una izquierda reformista, moderada, que sería Petro en Colombia, Gabriel Boric en Chile y, hasta cierto punto podemos incluir ahí a López Obrador en México. Luego tenemos otra izquierda en la que hay disputa entre los mentores y sus sucesores. Es el caso de Evo Morales y Luis Arce en Bolivia y el de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina”, detalla el profesor, quien añade que “cada país de América Latina en el que está gobernando la izquierda tiene su propia tradición”.
Durante sus primeros años como presidente, Lula da Silva coincidió con otros líderes de izquierda más radicales en países latinoamericanos, como el venezolano Hugo Chávez o el cubano Fidel Castro. Ahora coincide con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el de Nicaragua, Daniel Ortega, a quienes la derecha regional tilda de dictadores. Sobre los casos de estas dos naciones, el líder brasileño se ha limitado a desear “más democracia” tanto para Nicaragua como para Venezuela, pero sin “intervención”.
“Lula es un líder diferente a lo que vemos en Cuba, Venezuela y Nicaragua”, señala Nunes. “Son dos tipos diferentes de sistemas. No creo que se intente convertir la política de Lula en lo que hay en estos tres países. No creo que veamos a Lula tratando de imitar lo que vemos en Venezuela, pero tampoco le veo distanciándose o condenándolo en el futuro próximo”, asevera.
Las democracias latinoamericanas se consolidan
Después de la ola de gobiernos de izquierda que surgió en América Latina a principios de la década de los 2000 con Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y el propio Lula da Silva en Brasil, los países vivieron un giro hacia la derecha durante la siguiente década. Ahora, con el impacto de la pandemia y la inflación, los votantes en América Latina han abandonado a los partidos en el poder para apoyar las promesas de un mayor gasto social.
“América Latina está más volcada a la izquierda, con más presidentes de izquierda, cuando el ciclo anterior era uno más a la derecha”, señala a RTVE.es la profesora de la Universidad Federal Fluminense, Soraia Vieira. “La ciencia política dice que cuando la economía está bien, cuando hay desarrollo y cuando hay progreso, el Gobierno en el poder tiende a mantenerse y cuando no, la población lo rechaza y cambia”, explica.
En este sentido, Fernando Harto asegura que “después de esos gobiernos conservadores, lo que tenemos ahora es una alternancia hacia la izquierda”. “Lo que está haciendo América Latina es normalizar la posibilidad de la alternancia en el poder. Eso indica que las democracias se consolidan”, recalca.
Con información de RTVE