27 de julio del 2022.- La situación hidrológica en España es preocupante ante lo que resta del verano y el inicio del próximo otoño por la escasez acumulada de precipitaciones. Las reservas de agua embalsada para el consumo humano a finales de julio son un 33% menores que la media de la última década, y seis de cada diez embalses tienen menos agua ahora que en la media de los últimos cinco años, especialmente en las cuencas del Guadiana y el Guadalquivir. Con un déficit de lluvias acumulado de más del 26% y un verano aún más seco de lo normal, la situación de sequía prolongada afecta cada vez a más territorios.
La reserva hídrica de España ha experimentado de nuevo un descenso respecto a la semana anterior y se sitúa en el 41,9% de su capacidad total, un 1,3% menos. Pero atendiendo al estado de los embalses de uso consuntivo, es decir, los dedicados al consumo humano y a la agricultura, el volumen se sitúa en el 37,9%, 1,5 puntos menos en los últimos siete días, con 14.681 hectómetros cúbicos (hm³) de capacidad actual. Es una cantidad inferior en 593 hm³ a la de la semana pasada, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica.
Es su nivel más bajo en esta época del año de la última década, y dado que aún han de pasar semanas de calor y ausencia de lluvias, la situación ahonda en la actual sequía y pone en dificultades la capacidad de las cuencas hidrográficas para atender a todas las demandas de consumo, en especial la agrícola.
La situación en la mayoría de las cuencas hidrográficas es peor a día de hoy que en la misma semana del año pasado. En el conjunto de los embalses peninsulares, se guarda un 16% menos de agua que en la misma semana del año pasado y un 33% menos que en la media de la última década. El año pasado, los embalses dedicados al consumo humano estaban al 45,5% de su capacidad total y la media de los últimos diez años es del 56,8%, según el cálculo realizado sobre la capacidad actual de todos los embalses.
Las cuencas que menos agua almacenan son la del Guadalquivir (25,5%), Guadiana (26,7%) y Guadalete-Barbate (29%). Por el contrario, las que contienen mayor cantidad de agua embalsada son la del Cantábrico Occidental (91,3%), Galicia Costa (82,3%) y País Vasco (81%), pero las cuencas septentrionales son las de menor capacidad de la península.
De las cuencas del centro y sur, solo la del Júcar y la mediterránea andaluza se encuentran a día de hoy a un nivel mayor que en la misma semana del año anterior. Es la excepción en un mapa en el que la mayoría de las cuencas peninsulares se encuentran claramente por debajo de sus niveles habituales en esta época del año, incluidas algunas de las más grandes de España, como son la del Tajo (37,6%) y las citadas del Guadiana y Guadalquivir.
En España hay 371 embalses con una capacidad total de almacenamiento de 56.000 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, lo que supone aproximadamente el 50% del caudal fluvial del país.
Badajoz cuenta con el mayor embalse de España, el de La Serena, que es también el tercero más grande de Europa. Construido en 1989, tiene una capacidad de 3.219 hm³, lo que significa que podría almacenar 3,21 billones de litros de agua. Este volumen podría cubrir las necesidades de la región de Extremadura durante más de 30 años.
El segundo más grande también se encuentra en Extremadura, el de Alcántara, en Cáceres (3.160 hm³), construido en 1969. En total, nueve embalses superan los 1.000 hectómetros cúbicos de capacidad: los dos citados, y los de Almendra (en la provincia de Salamanca, con la presa más alta de España, 202 metros), Buendía, Mequinenza, Cijara, Valdecañas, Ricobayo y Alarcón. El más pequeño de España es el de Rioseco, en el curso del río Nalón, en Asturias, con una capacidad de 4 hectómetros cúbicos.
Entre los embalses que muy a menudo aparecerán vacíos en este listado está el de Valdeinfierno, en la cuenca del Segura, que se construyó en el siglo XVIII y cuya finalidad principal es retener el agua para el aprovechamiento del regadío y para proteger a las poblaciones de las crecidas del río Luchena, igual que la presa de Algar respecto a las crecidas del río Palancia en la provincia de Valencia.
En el siguiente mapa se puede comparar la situación específica de los embalses de uso consuntivo con los datos disponibles al cierre del último mes. Los embalses que se encuentran señalados en color rojo se encuentran por debajo de la mitad de su capacidad total. En otra pestaña, se ofrece una vista diferente, que muestra para cada embalse su reserva actual respecto a la media de los últimos cinco años. La mayor parte de los embalses peninsulares para el consumo humano se encuentran en la actualidad en un nivel inferior que en el último lustro.
La evolución cuenca a cuenca
Los gráficos que se presentan a continuación y el que encabeza esta noticia recogen el estado y la evolución de las 16 cuencas hidrográficas peninsulares españolas, y de todos sus embalses, con los datos mes a mes desde 2012, recopilados por DatosRTVE del boletín hidrológico del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
En conjunto, el nivel de agua embalsada en España se encuentra en valores mínimos en comparación con los últimos diez años, lo que expone a la población a situaciones de escasez de agua. Según la organización Greenpeace, el 70% de las cuencas hidrográficas en España presentan un nivel estrés hidrico alto o severo.
Los niveles de en torno al 85% de capacidad que alcanzaron los embalses españoles en la primavera de 2013 o 2014 no se han repetido en la misma estación desde entonces, en un descenso que es más acusado en la vertiente Atlántica, donde están algunos de los principales ríos españoles y los que más han sufrido esta tendencia, en especial las cuencas de los ríos Guadiana, Guadalete-Barbate y el Guadalquivir.
Para más detalles, a continuación se puede analizar la evolución del nivel de agua embalsada en cada cuenca hidrográfica española desde 2012 y la comparación del porcentaje actual con el de la media de los últimos cinco años y la última década.
La falta de lluvias acumulada en el conjunto de España desde que el 1 de octubre de 2021 comenzó el año hidrológico hasta el 19 de julio se sitúa en el 26% por debajo de los valores normales, ya que se ha recogido una precipitación media de 418 litros por metro cuadrado frente a los 566 litros que serían normales respecto al período de referencia (1981-2010), según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Y eso que las lluvias de marzo y abril ayudaron a reducir significativamente el déficit de precipitaciones acumulado en otoño e invierno. No en vano, marzo de este año fue el cuarto con más lluvias desde 1980. En los meses anteriores, diciembre fue normal, con un valor de 62 litros por metro cuadrado. Pero enero y febrero fueron muy secos, con solo 16 litros por metro cuadrado, (el 26% del valor normal) en el primer mes del año y 10,9 litros de media en febrero, y junio ha sido el más cálido desde al menos 1950, con una temperatura media de 23,9ºC, y una precipitación acumulada de 9,7 litros, un 66% inferior a la del promedio del período 1981-2010.
Sin embargo, la excepcionalidad de marzo y abril no continuó y no volvió a haber precipitaciones importantes, de modo que la sequía dista todavía mucho de solucionarse en las demarcaciones que tenían los principales problemas (Guadalquivir y Guadiana), y se está produciendo también un agravamiento de la escasez en las cuencas del Duero, Miño-Sil o Ebro.
El mes de junio fue globalmente muy seco en España, con un valor de la precipitación media de 18 litros por metro cuadrado, frente al promedio de 31,5 que cabría esperar, según el informe de julio del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico relativo a la situación de sequía en España. Solo en zonas del norte y noroeste la precipitación superó los valores medios de referencia.
En suma, las cantidades acumuladas se encuentran por debajo de sus valores normales en gran parte de la península, en especial en el tercio oeste peninsular, casi toda Andalucía salvo su zona oriental, Cataluña, la provincia de Guadalajara, así como en las islas Canarias, zonas que no llegan a alcanzar el 75% de su valor normal; es decir, con un déficit de precipitaciones superior al 25%.
Sí se superan esos valores en otras zonas como la cornisa cantábrica desde la mitad oriental de Asturias hasta Navarra, el interior de Aragón, al oeste de Cuenca, en la provincia de Albacete, el noreste de Badajoz, en el norte de la isla de Mallorca, en las Pitiusas, y especialmente en el levante que va desde Almería y Granada hasta el valle del Ebro. Hay áreas entre Almería, Murcia y Granada, junto con puntos del litoral de Valencia y Alicante, donde las precipitaciones doblan el valor medio del periodo 1981-2010.