CDMX, 01 de abril del 2022.- La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ajustó a la baja su estimado de crecimiento económico para este año. Pasó de 4.1 a 3.4 por ciento.
Al presentar los Pre-criterios generales de Política Económica para 2023 este viernes, la dependencia informó que también fue puesto al alza el estimado para la inflación para el cierre de año, pues pasó de 3.4 a 5.5 por ciento.
De acuerdo con Hacienda, ahora se espera que el precio de la mezcla mexicana de petróleo sea mayor a lo previsto, ya que anticipaba se ubicaría en un promedio de 55.1 dólares por barril y dado el entorno actual, prevé que se coloque en 92.9 dólares por barril.
También, detalló, se prevé que la plataforma de producción petrolera al cierre del año sea menor, ya anteriormente se estimaba fuera de un millón 826 mil barriles diarios, pero bajo las nuevas provisiones se espera que se coloque en un promedio de un millón 820 mil barriles diarios.
En cuanto a la plataforma de exportación de crudo, la dependencia federal pronosticaba que se ubicaría en 979 mil barriles diarios, pero ahora anticipa que se situará en 879 mil barriles diarios.
En el documento, que fue entregado al Congreso, Hacienda explicó que la baja en el pronóstico de crecimiento se da en un contexto donde la economía global enfrenta importantes retos, entre los cuales destaca la prolongación de desbalances entre oferta y demanda derivados de la pandemia del covid-19.
Dichos “desbalances”, expuso, provocaron cuellos de botella y problemas logísticos en las cadenas globales de valor, escasez de insumos industriales, aumentos en los costos de transporte y un alza en los precios de alimentos y materias primas, principalmente los energéticos.
Por su parte, agregó, el conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania ha exacerbado las presiones al alza en los precios de alimentos y materias primas, al tiempo que podría generar desabastos de insumos industriales clave para la industria manufacturera y, en particular, para la producción automotriz mundial.
“Representa una fuente de volatilidad en el mercado financiero, observándose recomposiciones de portafolios hacia instrumentos financieros de bajo riesgo, denominados en monedas de reserva y emitidos por economías avanzadas”, enfatizó.
Con información de La Jornada