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El yihadismo siembra el terror en Kabul: «Había cuerpos y sangre por todas partes»

27 de agosto del 2021.- El caos en el aeropuerto de Kabul tras la toma de la capital afgana por los talibanes alcanzó su punto crítico este jueves con el atentado del Estado Islámico, que ha dejado más de 90 fallecidos -trece militares estadunidenses entre ellos- y 140 heridos.  «Cuando la gente escuchó la explosión hubo un pánico total. Los talibanes empezaron a disparar al aire para dispersar a la multitud en la puerta», aseguraba un testigo a la agencia AFP.

El terrorista suicida hizo estallar su chaleco explosivo entre las continuas avalanchas de personas que intentaban acceder a las pistas del aeródromo para huir del país. Anis, excolaborador la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), ha relatado a RTVE que se encontraba con su familia y sus hijos intentando acceder a la puerta del aeropuerto Abbey Gate, lugar donde se produjo la detonación. «Estábamos un poco lejos de la explosión, pero aun así, desgraciadamente, vimos a la gente llorando, corriendo… Los niños estaban corriendo. Vi muchas mujeres y muchos niños que estaban heridos, con las caras ensangrentadas».

La explosión tuvieron lugar en la puerta Abbey Gate, uno de los cuatro accesos al aeropuerto, cuando el sol estaba comenzando a ponerse. Aunque en un primer momento EE.UU. informó de un segundo atentado cerca del hotel Baron, el Pentágono ha descartado finalmente  una segunda explosión y ha atribuido el error a «la confusión durante unos eventos dinámicos».

El atacante suicida se habría cerciorado de estar cerca de fuerzas de seguridad estadounidenses en el momento de detonar su chaleco explosivo -según ha explicado la propia organización terrorista-, que fue continuado por un grupo de hombres armados que abrieron fuego sobre las personas allí presentes.

Zubair, un joven ingeniero de 24 años, se encontraba en el lugar de la explosión, cerca del terrorista suicida. «Vi cuerpos y partes desmembradas volando en el aire como un tornado hace volar bolsas de plástico. Había cuerpos de ancianos, mujeres y niños por todas partes. La escasa agua que fluía por el canal se convirtió en sangre», relata a la agencia Reuters. 

«Los cuerpos fueron arrojados a un canal cercano», explicaba a AFP Milad, que estaba en el lugar de la primera explosión. 

Otro testigo aseguraba a Reuters que en la zona del ataque había «al menos 400 o 500 personas». «Llevamos a los heridos en camillas, mis ropas están completamente cubiertas de sangre», describía.

«Todo este país se está desmoronando»

Un hombre identificado como Carl por la CBS explicaba que estaba tratando de «subir un avión y salir de Afganistán» cuando sucedió la explosión. Después de que le dijeran que tenía que esperar una hora antes de poder facturar, Carl dijo que volvió a su camión, que estaba aparcado cerca del aeropuerto, momento en el que se produjo la detonación en la puerta Abbey: «Mucha gente resultó herida. La gente estaba tirada en el suelo».

Durante el caos, Carl vio una niña sola entre los heridos. «Había mucho tráfico. Tuve que salir y recogerla de nuevo», dijo. «La llevé al hospital, pero murió en mis brazos… Lo intenté. Hice lo que pude para ayudarla», lamentaba.

Carl confesaba que ha estado cerca de «muchas otras explosiones», pero que la del aeropuerto ha sido realmente mala. «Todo lo que está ocurriendo ahora es desgarrador. Todo este país se está desmoronando».

Duro golpe a la esperanza afgana para la evacuación

El doble atentado perpetrado por elEstado Islámico del Jorasán -como los yihadistas se refieren a Afganistán- ha sacudido la misión de rescate que las fuerzas armadas de distintos países de todo el mundo llevan más de una semana realizando en el aeropuerto de Kabul. A solo cinco días para que se termine el plazo que los talibanes le habían otorgado a los estados occidentales para actuar en el aeródromo, los afganos apuraban sus opciones de abandonar el país centroasiático.

«Llevaban dos días detrás de una puerta esperando para que los recojan los españoles y ahora ha habido un atentado», relataba en RNE Karwan, un traductor afgano que vive en Sevilla, en referencia a la situación de sus padres.

«Estaban esperando llamando: ‘España, España’. En otra puerta en esa zona, los americanos estaban echando gases, no podían ver. Había explosiones, disparos. Fueron a esconderse, porque mi padre está perseguido», relata. 

Esta situación límite para centenares de afganos es la razón principal por la que desoyeron los aviones de ataque terrorista que países como Estados Unidos, Reino Unido o Australia habían realizado horas antes de las explosiones, pidiendo a sus colaboradores que se alejaran del aeropuerto.

Pese a que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos están colaborando con los talibanes para evitar que se produzcan más ataques como el de este jueves en Kabul, Karwan cree que «no hay más esperanza» y «será difícil juntar a la gente para la evacuación».

Con información de RTVE de España


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