Columna Política «La Feria», Sr. López (01-II-2021).- Algo sabe usted del primo Danielito, el que tenía cociente de inteligencia de caracol de jardín. Bueno, pues costó sangre hacerlo entender que 5 no era buena calificación, porque según él era la ‘justa mitad’ y no era reprobar. Primaria se la echó en once años, Secundaria en siete… Pepe, el más impresentable primo que tenerse pueda, lo puso bajo su ala protectora y consiguió que hiciera preparatoria y luego se titulara de ingeniero electricista, con promesa solemne de nunca ejercer. Cumplió.
El viernes pasado en algunas primeras planas de la prensa y noticieros de la televisión, se informó que México superó a la India en número de defunciones por el Covid-19 y se situó en tercer lugar mundial después de los EUA y Brasil. Es cierto, pero es una verdad tonta.
Hay verdades tontas. Comparar a brocha gorda el número de muertos sin tomar en cuenta el número de habitantes de los países, es de baba muy espesa.
Lo anterior con excepción de los países diminutos, en los que las proporciones pueden resultar extrañas si no se revisan con criterio. Por ejemplo, el Estado Vaticano, por el Covid-19, tiene 2.6% de contagiados de su población y 0% de muertes… sí, pero el Vaticano tiene 618 habitantes de los que 16 se contagiaron, nada; o San Marino que al jueves pasado, tenía 2,941 fiambres por la pandemia, pocos, pero como la Serenísima República de San Marino (así se llama este país ubicado dentro de Italia), tiene en total 33,553 habitantes (censo de 2020), resulta que se les ha muerto el 8.76% de la población, lo que parece un desastre bíblico sin serlo.
Decir que México está en tercer lugar de velorios anticipados, aparte de ser una verdad tonta, es una mentira también tonta, muy tonta, pues se afirma eso dando por buena la cifra de defunciones que informa la Secretaría de Salud en su gustado programa vespertino ‘La hora pico’ (de ‘pico’ cotidiano de las estadísticas de la pandemia, no piense mal), sin prestar atención a que la misma Secretaría aceptó el miércoles de la semana pasada, 27 de enero, que sus estadísticas sobre la pandemia son incompletas: “(…) lo hemos advertido desde el inicio de esta epidemia, son estadísticas incompletas en la medida en que no incorporan otras fuentes de información (…)”, explicó campanudamente el tal López Gatell, quien hablando es capaz de treparse por un chorro de agua (¿y si las incorporan?… es una idea).
Quedemos claros, acepta la autoridad sanitaria que sus cifras son ‘incompletas’ (ni modo que dijeran que son mentira), no por haber sufrido un repentino ataque de ética, sino por la exhibida que les puso el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que sin sofocos ni malabares técnicos, en lugar de contar muertos hospital por hospital y casa por casa, fue al Registro Civil a preguntar el número de actas de defunción expedidas y por qué causas, tan fácil. La conclusión fue que la Secretaría de Salud nos informa del 44.44% de defunciones, el 55.56% nos lo escamotean.
Así las cosas, resulta que al viernes pasado, a causa del Covid-19 no eran 155,145 muertes sino al menos 241,343 (pueden ser más, hay actas sin causa de muerte, pero dejémoslo ahí).
De esta manera, entre los países de a de veras, sin tomar en cuenta los diminutos, ya quedamos, México está en ¡primer lugar! de muertes en proporción a sus habitantes. Revise usted:
El país con el mayor número de muertos por Covid-19 es los Estados Unidos, con 432 mil 864 fallecidos de entre una población de 327 millones 352 mil; lo que es el 0.13% de cadáveres respecto del total de habitantes. El segundo lugar es Brasil con una cuenta de 221 mil 547 difuntos respecto de una población de 209 millones 469 mil 333 samberos, lo que arroja un porcentaje respecto de la población del 0.10%. Ahora sí: México con 241 mil 343 fallecidos respecto de 126 millones 14 mil 24 habitantes, tiene un 0.19% de muertes del total de los habitantes.
No hay que tener un doctorado en primero de Primaria: el 0.19% de México es más que el 0.13% de los EUA y el 0.10% brasileño. Por cierto, la India va en 153 mil 847 muertos y sería una afirmación del género idiota, decir que casi empata con México, porque en la India hay una población de 1,352 millones 617 mil 328 personas por lo que su porcentaje de difuntos respecto de población es del 0.01%… sí, 1,900 veces menos que en esta nuestra tierra de hombres cabales.
¿Sirve de algo saber esto?… no, de nada. Igual si estuviéramos en tercer lugar ya sería como para esperar que el Presidente de la república defenestrara al doctor López Gatell (se le recuerda que ‘defenestrar’ significa ‘arrojar a alguien por la ventana’, del latín ‘de-’, de arriba a abajo y ‘fenestra’, ventana; suerte la del López Gatell: su líder y fuerza moral, no de contagio, no estudió latín ni consulta diccionarios).
El jueves pasado, desde Australia, el nada despreciable Instituto Lowy, dedicado a elaborar estudios de política internacional, evaluó el desempeño de 98 países frente a la pandemia… México aparece en el lugar 97, debajo de países como Zimbabue, Irán, Colombia; es claro que los del Lowy son fifís australianos, sí, pero ajenos por completo a los nacionales, por lo que no es creíble sean ‘adversarios’ la 4T. Por su lado la Organización Mundial de la Salud, afirmó que México se tenía que ‘tomar en serio la pandemia’ (¡qué risa!). Y Bloomberg, inmensa empresa de información especializada en finanzas, asegura que México es el peor país del mundo para estar durante la pandemia.
¿Sirve de algo lo que señalan desde el extranjero?… no, tampoco. Acá lo único que cuenta es lo que diga el doctor López Gatell, de quien dijo el Presidente, “es de lo mejor, es un sueño”… ¡vaya!, vámonos resignando. Pero acomoda recordarle a don L. Gatell aquello de “¿Qué es la vida? Un frenesí./ ¿Qué es la vida? Una ilusión,/ una sombra, una ficción,/ y el mayor bien es pequeño:/ que toda la vida es sueño,/ y los sueños, sueños son”… y con perdón de Calderón de la Barca, recuerde: hay sueños que son de pesadilla.