28 Enero 2021 Salud
Las cifras son devastadoras: más de un millón de trabajadores sanitarios han enfermado por el coronavirus, de los que 4000 han muerto. La pérdida de vidas y las secuelas del virus, no solo físicas sino económicas y sociales, son una llamada de atención urgente para hacer más para protegernos a nosotros mismos y a los demás, asegura la agencia de la ONU que vela por la salud en las Américas.
“Un millón de personas con esperanzas, sueños y un futuro truncado. Un millón de familias de luto, muchas sin poder despedirse, que sentirán su ausencia para siempre. Las cicatrices y las lecciones de esta pandemia permanecerán con nosotros”, afirmó Carissa Etienne durante la rueda de prensa semanal donde se evalúa la evolución de la pandemia.
Mientras la pandemia sumó durante la última semana más de dos millones de nuevos casos de coronavirus, Etienne confirmó que Estados Unidos es el país que continúa liderando esa cifra en la región una semana más. Añadió que en alguno de los estados de la nación norteamericana alrededor el 80% de los pacientes de las unidades de cuidados intensivos son tratados de COVID-19, unas tasas similares a las de muchos estados mexicanos.
Mejores noticias trajo el recuento en la mayoría de los países de América Central donde, a excepción de Honduras y de Guatemala, se dio una disminución del número de casos.
El mayor aumento de casos en el cono sur fue para Colombia y también crecieron en Paraguay y Chile, mientras que se desaceleran Argentina y Uruguay.
Un millón de muertos y un millón de sanitarios enfermos por COVID-19
Entre los efectos paralelos al millón de fallecidos, la titular de la Organización cifró también en un más de un millón el número de trabajadores sanitarios que se enfermaron por coronavirus en la región y en 4000 el número de fallecidos.
Tras explicar que en casi 29 países del continente sufrieron interrupciones servicios en los servicios de salud mental, se detuvo en el efecto económico de la pandemia e indicó que ha provocado una triple crisis al devastar los sistemas de salud, quebrado los sistemas de protección social y desequilibrado las economías
“La pérdida de un millón de personas a causa de este virus debe ser una llamada de atención urgente para hacer más para protegernos a nosotros mismos y a los demás de las enfermedades. Esto incluye un enérgico llamado a la acción para reforzar las medidas de salud pública que son necesarias ahora en cada uno de los lugares que están viendo brotes”, resaltó.
Etienne destacó como ejemplo de reducción de la curva de transmisión la estrategia adoptada en Chile mediante las “Residencias Sanitarias” que brindan alojamiento temporal a las personas diagnosticadas con COVID-19, así como a los contactos cercanos y a los casos sospechosos o probables, y que no pueden permanecer en cuarentena de forma efectiva en sus hogares.
El despliegue de la vacuna a partir de marzo
Con relación a la entrega de vacunas mediante el mecanismo COVAX el subdirector de la Organización, el doctor Jarbas Barbosa, explico que se va a iniciar en marzo y que todavía desconoce la cantidad específica de vacunas que cada país va a recibir.
“Es probable que empecemos con las vacunas de Pfizer y Astra Zeneca y, a partir de ahí, ya es distinto porque hay países que están listos para recibirlas, mientras que otros países no tienen las condiciones para recibir la vacuna de Pfizer que necesita almacenarse a -70ºC”, avanzó y aplaudió el reciente anuncio por parte de Estados Unidos de que se unirá a la iniciativa COVAX.
Persisten las dudas con el Carvativir y la Ivermectina
Preguntado respecto al reciente anuncio del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de que el uso del fármaco Carvativir sirve para curar la COVID-19, el doctor Sylvain Aldighieri, indicó que la Organización evalúa, identifica y sintetiza “de manera periódica la evidencia disponible sobre posibles tratamientos a través de publicaciones en artículos científicos”.
Aldighieri resaltó la importancia de que los investigadores y las instituciones científicas publiquen sus hallazgos mediante “estudios clínicos aleatorios” y “con una metodología estricta para evitar sesgos”.
“En el caso de los fármacos comentados por las autoridades de Venezuela hacemos exactamente las mismas recomendaciones de metodología, de publicación y de diseño de estudios científicos. Es el punto en que nos encontramos en este momento”, afirmó.
En cuanto a la autorización del uso de otro fármaco, la Ivermectina, en algunas provincias argentinas y otras partes de la región, Aldighieri explicó que, tras el análisis de 14 estudios en más de 2100 pacientes, “las limitaciones metodológicas y el escaso número de eventos determinan que la eficacia y seguridad de la Ivermectina para el manejo de COVID-19 sea incierto hasta el momento”.