Columna Política «Ensalada de Grillos», Por Ciro Castillo (16-XII-2020).- De verdad que, a todos los mexicanos, basta un poquito de sentido común y empatía, nos gustaría que al gobierno en turno le fuera bien en el tema de la seguridad o inseguridad, por el lado que usted lo quiera ver.
Lamentablemente, y no es la primera vez que lo escribimos, las cifras frías dicen que sigue ocurriendo totalmente lo opuesto.
Aunque este año algunas encuestas indican que la población ha expresado más preocupación por su economía y su salud, la percepción de inseguridad se mantiene.
La más reciente encuesta del INEGI reporta que más del 70 por ciento de la población siente que el entorno donde vive es inseguro.
Ir al cajero automático (agregaríamos, si es de noche, sobre todo) sigue siendo una de las actividades comunes y corrientes que más sensación de inseguridad provoca.
La situación es peor en áreas metropolitanas como la de Puebla, Cancún o Villahermosa, donde la percepción de inseguridad rebasa el 80 por ciento.
La gente considera que en cualquier momento será víctima de un delito y lo peor, considera que de poco o de nada le servirá denunciar porque eso mismo le genera miedo y cree que habrá impunidad. Con el Jesús en la boca…
HASTA QUE LO PERDAMOS
Desde hace varios años, Chiapas se ha mantenido como uno de los estados con mejores indicadores de seguridad, junto con entidades como Campeche y Yucatán.
Cifras como las aportadas por el Sistema Nacional de Seguridad Pública, así lo indican; sin embargo, siempre caemos en la negación.
Si le preguntamos al respecto a cualquier ciudadano dirá que no es cierto y que la inseguridad está peor que antes.
Cierto es que hay inseguridad, pero no en los niveles de otros lugares.
Un hecho violento hace algunos días en el que un empresario perdió la vida en Tuxtla Gutiérrez sacudió a la opinión pública y lo mismo ocurre cuando nos enteramos de un asalto a cuentahabiente.
A pesar de lo doloroso que estos hechos resultan, tendríamos que revalorar lo que tenemos y plantear qué hacer para que la cosa no se descomponga más y andemos entonces con el Jesús en la boca…