08 de septiembre del 2020.- La vacuna experimental desarrollada por la Universidad de Oxford, en colaboración con la farmacéutica AstraZeneca, podrá ser la primera que se administre en España a finales de año. Tal y como ha adelantado el propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, España podría recibir en el mes de diciembre una primera partida de tres millones de dosis destinadas a los colectivos más vulnerables, aunque antes el fármaco debe demostrar su eficacia y seguridad en la fase 3 de ensayos clínicos en la que actualmente se encuentra, la última y más complicada. Los expertos coinciden en calificar los resultados iniciales como «esperanzadores», pero creen que todavía «es muy pronto para especular».
Esta vacuna, conocida como ChAdOx1 nCoV-19, es una de las candidatas más destacadas en la carrera mundial para encontrar un fármaco que proporcione inmunidad frente a la COVID-19. Se basa en una versión debilitada de un virus del resfriado común (adenovirus) que causa infecciones en los chimpancés, modificado genéticamente para impedir que se replique en humanos, además de poder expresar las proteínas que el virus SARS-CoV-2 utiliza para adherirse a las células humanas, penetrar en ellas e infectarlas.
Desde que arrancó el proyecto, el pasado mes de enero, los investigadores de la Universidad de Oxford han calculado sus probabilidades de éxito en un 80%, lo que motivó que AstraZeneca comenzara la producción a gran escala de la vacuna en paralelo a los ensayos clínicos, sin saber si finalmente será eficaz y no generará efectos adversos importantes. El objetivo es ganar tiempo a toda costa, y que pueda ser administrada a la población tan pronto como sea posible en el caso de que los resultados clínicos la avalen. Aunque antes se necesitan miles de pruebas con diferentes grupos poblacionales.
Los resultados definitivos no estarán hasta mediados de 2021
Mientras llegan esos resultados, los expertos piden prudencia y recuerdan que es demasiado pronto para lanzar las campanas al vuelo. «Una cosa es que la vacuna esté producida y lista, y otra cosa es que tengamos los resultados del ensayo que avalen la administración de esta vacuna», afirma en el programa 24 horas de RNE Carlos Estévez Fraga, neurólogo del University College London, quien forma parte del grupo que investiga la vacuna para la COVID-19 de la Universidad de Oxford.
Según aclara, como muy pronto hasta mediados del año que viene -«verano u otoño»- las conclusiones definitivas del ensayo clínico no estarán listas, aunque «si antes de eso tenemos unos resultados que sean beneficiosos, en el sentido de eficacia y seguridad, podría estar justificado administrar la vacuna», para lo que debería demostrar «un beneficio estadísticamente significativo en las poblaciones en las que se está estudiando». Eso sí, deja claro que, de momento, se trata de «especulaciones» y en todo caso hay que «ser cautos a la hora de tomar decisiones porque todavía no conocemos los resultados del estudio».
Hasta ahora, en las dos primeras fases del ensayo clínico, los resultados han sido esperanzadores. La vacuna desarrollada por el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford ha demostrado que es segura y que es capaz de generar una respuesta inmunitaria adecuada. Según se informaba en un artículo científico publicado en The Lancet, habría logrado generar anticuerpos neutralizantes, encargados de bloquear el virus, y también inmunidad celular, el tipo de respuesta capaz de eliminar las células del organismo infectadas y generar memoria inmunitaria. Pero ahora debe seguir demostrando estas cualidades en la fase 3 del ensayo, en la que se ha ampliado la muestra poblacional a miles de voluntarios de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil.
Posibles efectos adversos
Uno de los principales problemas que podría surgir ahora es la aparición de algún efecto adverso importante, lo que provocaría que la vacuna no saliera adelante. «Es poco probable, pero podría ser», valora Estévez Fraga, quien insiste en pedir cautela: «Es cierto que los resultados a priori de todos los ensayos que están llegando a fases más avanzadas son muy esperanzadores tanto en eficacia como en resultados intermedios, es decir, en la respuesta inmunitaria que generan; pero todavía es muy pronto para especular acerca de resultados».
«Si de momento no sabemos cuánto dura y hasta qué punto es efectiva o no la inmunidad que provoca el propio virus, imagínate con la vacuna, que los estudios han comenzado más tarde y todavía se están llevando a cabo», recalca el científico español.
Con información de RTVE de España