Columna Política «Ensalada de Grillos», Por Ciro Castillo (27-VII-2020).- Andrés Manuel López Obrador dijo muchas veces que sacaría al Ejército de las calles, pero ha hecho completamente lo contrario. Claro, una cosa es prometer y otra la difícil realidad que vive el país.
De acuerdo con un reporte reciente del diario El Universal, las Fuerzas Armadas han asumido al menos 13 tareas adicionales a la seguridad, la cual ya se les venía encargando desde el gobierno de Felipe Calderón, a quien ello le valió duras críticas.
Ahora, el Ejército y la Marina han sido involucradas en tareas de construcción de obras, apoyo para programas sociales, capacitación de las fuerzas policíacas y labores de emergencia sanitaria en la pandemia del COVID_19.
Las preguntas que expertos y no expertos se hacen son varias: ¿Es peligroso que el Ejército asuma tantas tareas para las que no fue creado?
No dudamos que las fuerzas armadas tengan mucha capacidad, pero ¿este exceso de trabajo no terminará por reventarlas?
¿No se corre el riesgo de que, igual que otras corporaciones o áreas del gobierno, las fuerzas armadas se corrompan?
¿El gobierno de la 4T, a falta de personal confiable o con la idea de la austeridad, no está estirando la liga en demasía…?
EL RECUENTO
Una de las cosas que más se ha criticado al ahora Presidente de México es que en campaña, una y otra vez dijo que regresaría al Ejército a sus cuarteles; sin embargo, ha hecho lo contrario.
El Ejército construye el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles en Santa Lucía. El Ejército construye dos tramos del Tren Maya. El Ejército rescata al menos 32 hospitales abandonados para que sean utilizados en la pandemia, además de comprar y repartir suministros.
También los elementos militares reforzaron a la Guardia Nacional y se han hecho cargo de la capacitación.
La 4T ha llegado al grado de encargar al Ejército el reparto de libros de texto, los recursos de programas sociales y participa en otros como Sembrando Vida.
Son más de 61 mil los elementos que realizan tareas ordenadas directamente por el Presidente de México, más que con Calderón o Peña Nieto.
El presupuesto de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tiene 94 mil millones de pesos para operar este año, mientras que, en 2018, el último tramo del gobierno de Enrique Peña Nieto, tuvo 81 mil 21 millones de pesos, explica El Universal.
¿No se está cargando demasiado la mano al Ejército y la Marina? ¿No se está poniendo en riesgo su prestigio y credibilidad, que es algo de lo que muchas instituciones carecen? ¿No se está estirando demasiado la liga…?
LA ÚLTIMA GOTA
El último capítulo de estas múltiples tareas asignadas a las fuerzas armadas fue protagonizada por la Marina, a quien el Presidente de México le pidió tomar el control de los puertos en el país.
Esta decisión que fue hecha pública en una de sus conferencias mañaneras hace más de una semana derivó en la renuncia de Javier Jiménez Espriú a la SCT, quien parecía inamovible.
Aunque AMLO le encontró reemplazo pronto, el exfuncionario dejó sembrada la duda en su carta de renuncia, pues dijo que hacer eso era un error económico y político. ¿Qué quiso decir?
Pese a que Obrador recompuso un poco la situación con el nombramiento de Rosa Isela Rodríguez, actual secretaria de Gobierno de la Ciudad de México, como coordinadora de Puertos y Marina Mercante de la SCT, de nuevo quedó en el aire la pregunta: ¿sirve cargar la mano a las fuerzas armada o se está estirando demasiado la liga…?