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Veneno embotellado (Columna Política «Ensalada de Grillos»)

Columna Política «Ensalada de Grillos», Por Ciro Castillo (22-VII-2020).- En tremendo lío se metió el subsecretario de Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, el sábado pasado, cuando dijo que los refrescos son “veneno embotellado”.

“¿Para qué necesitamos el veneno embotellado, el de los refrescos? ¿Para qué necesitamos donas, pastelitos, papitas que traen alimentación tóxica y contaminación ambiental? Las botellas llegan a ríos y luego al mar”, soltó el funcionario, a quien se le fue al “pescuezo” la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac), quien consideró que sus expresiones estigmatizan sus productos.

La expresión del funcionario del momento ocurrió en el municipio de Berriozábal, Chiapas, donde se puso en marcha un programa de acción integral contra la pandemia del COVID_19, en el que colaboran el IMSS, Secretaría de Bienestar, gobierno estatal y gobiernos municipales.

Todavía no sabemos a detalle, de qué se trata este programa, pero entendemos que a la par de prevenir el nuevo coronavirus, también busca mejorar la salud en las comunidades.

Por eso echarán mano de la experiencia acumulada durante más de 40 años por el ahora llamado IMSS-Bienestar.

Al gobierno de la 4T le preocupan los problemas de obesidad y sobrepeso que se registra en todo el país, favorecidas por el consumo de bebidas azucaradas que, matan a unas 40 mil personas al año, remató López-Gatell este martes.

Ahora bien, ¿tienen responsabilidad las grandes marcas que comercializan comida chatarra y bebidas azucaradas?

En estados como Chiapas, según lo dicho por el mismo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el consumo “por cabeza” de refresco es superior a los 300 litros al año.

¿Es responsable, por ejemplo, la Coca Cola, de que se tome tanto de su producto en las comunidades indígenas?

¿Debe el gobierno sancionar o limitar a estas marcas?

¿Es el gobierno, la sociedad, cada uno de nosotros o las compañías fabricantes los que tienen la responsabilidad de que estos productos “veneno” tengan el mercado que tienen?

LA TRISTE REALIDAD

Con la llegada de la pandemia han aflorado una serie de realidades que no queríamos ver: carencias en el sistema de salud, malos hábitos de salud que tenemos la mayoría y severos problemas de enfermedades crónico degenerativas, provocadas por varias causas.

En varias de las conferencias de Salud-Chiapas por la pandemia del COVID_19, se indicó que además de la letalidad de la enfermedad, muchos pacientes tenían complicaciones porque tienen o tenían una comorbilidad.

El sobrepeso, la obesidad, males cardíacos, problemas de tabaquismo y alcoholismo, hacen más vulnerables a una persona que enferma de COVID.

Podemos citar algunas cifras, hasta mayo, para darnos una idea de la terrible situación: 

En Chiapas hay unas 250 mil personas con diabetes, más de 544 mil con hipertensión, más de 221 mil con enfermedades ligadas al tabaquismo y más de un millón 175 mil personas (con diagnóstico) con problemas de obesidad.

Las principales causas de muertes son: la diabetes, enfermedades del corazón, enfermedades cerebro basculares e infecciones respiratorias.

Muchos de estos problemas obedecen  a malos hábitos como la falta de ejercicio, el consumo de comida en exceso, alimentos chatarra, refrescos embotellados, cigarros y alcohol.

Volvemos al principio, entonces quién es responsable de toda esta problemática. ¿El gobierno, la sociedad, cada uno de nosotros o las marcas por esparcir su veneno embotellado?

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