Artículo de Fondo, Por Antonio Tenorio Adame (12-VII-2020).- La visita oficial del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, revistió gran importancia por diversas razones: económicas, políticas, históricas, culturales, entre otras.
Somos dos pueblos ocupando un mismo espacio continental. Este encuentro se enmarcó en medio de la pandemia Covid-19 y en el ámbito electoral estadounidense.
EL BALANCE MEDIÁTICO ha sido de gran impacto en México y casi ignorado en el país vecino; aquí desde sus vísperas se vaticinaba un posible fracaso por la actitud supremacista de Trump, su desprecio racial y al rechazo de México con la construcción del muro fronterizo.
No obstante, el encuentro en la Casa Blanca fue terso y amigable, favoreció a ambos personajes con logros:
1. Obrador supero la animadversión de opositores que lo veían como copia de Maduro, mientras que.
2. Trump pasó a la ofensiva del voto al emitir “El Compromiso Latino” y otorgar la ciudadanía a los “Dreamers”.
3. La visita fue valorada positivamente 53. 4%, como defensa de los mexicanos por Mitofsky, con una carga más favorable a Trump 43.9 % y de menor repercusión favorable a López Obrador con 38.3%.
UN ENCUENTRO COYUNTURAL, lo electoral predomina desde que se apoyó a Hilary Clinton, lo que derivó después en el “ciclón” de la visita de Trump de 2016, hoy la invitación fue remitida desde la Casa Blanca, se ha vuelto necesaria la presencia de México para desvanecer la mancha del racismo lacerante. La lucha contra el racismo y segregación dio un vuelco a la reelección de Trump y lo puso a pique. Aunque ahora el encuentro es coyuntural los 36 millones de población de filiación mexicana se han vuelto visibles, han salido de su “claustro”.
HISTORIA EN COMUN: AMLO rindió tributo a Lincoln y a Juárez, esa es la memoria compartida de nuestros pueblos. La población transferida con la migra conecta ambas naciones.
Las relaciones entre México y Estados Unidos se han modificado o van en ese camino, como resultados de cambios sustanciales y estructurales; en el primero, se encuentra una historia compartida determinada por un espacio continental común donde la cooperación entendimiento, voluntad, y respeto son el imperativo. Durante la guerra contra México en 1848, Lincoln fue uno de los representantes que se opuso a la ocupación del territorio mexicano en el debate ocurrido en el Capitolio de Estados Unidos.
En esos instantes sublimes se anota la Batalla del 5 de mayo, que impacto en la decisión de guerra total de los federados de Lincoln contra los confederados. Se abre la coyuntura del reconocimiento al régimen de Juárez, después de un largo periodo de expansión capitalista, el agravio del crimen de Madero, se abre al triunfo de la Revolución mexicana, la reanudación de la relación diplomática, entre Carranza y Wilson en un plano de igualdad soberana, así como después se diera la relación de respeto basada en la legalidad entre los presidentes Cárdenas y Roosevelt dando lugar a consolidar la expropiación petrolera. Un vínculo de solidaridad se presentó también en la declaración de guerra contra los países del eje por el presidente Manuel Ávila Camacho, quien marcó la alianza militar de ambos países en la Segunda Guerra mundial.
NUEVOS TRAMOS COMUNES: La entrevista en la Casa Blanca en el marco de uno de los más grandes flagelos que sufre la humanidad por el Covid-19; los efectos económicos son indescriptibles por su magnitud, se requiere de toda la solidaridad y cooperación para preservar el sentido humanitario en las relaciones de Estado y sociedad. Algunos rasgos que ya brotan es la investigación de una vacuna contra el virus mortal por un equipo de científicos de ambos países.
Esta cooperación especial ha de ser el timbre de distinción de historia compartida de ambos pueblos.
A nivel de los cambios estructurales se presentan transformaciones de relación unitaria del espacio territorial continental para su aprovechamiento de mercado y su intercambio en los conocimientos culturales y asociativos de humanismo. Hasta ahora el primer tiempo fue del TLCAN, en el que se favoreció más que una integración espacial comercial, a una asimilación de relaciones desequilibradas y asimétricas para iniciar ahora con el TMEC, un proceso de transformación gradual pero sustantiva en la revaloración de los salarios cuya tendencia seguirá impulsando su expansión, recuperación y superación hasta su similitud.
Los salarios jugarán un papel de aceleración en la integración de un espacio común.