Lunes 29 de junio del 2020.- Los Estados de la Unión Europea (UE) han finalizado este lunes la lista de países considerados «seguros» a los que a partir del 1 de julio reabrirán sus fronteras exteriores, cerradas desde mediados de marzo por la pandemia de la COVID-19, y en la que no figuraría Estados Unidos -que se ha convertido en el epicentro de la pandemia y el país más afectado- ni tampoco Rusia o Brasil, aunque sí incluiría a China y a Marruecos.
Croacia, que ejerce hasta finales de mes la Presidencia del Consejo de la UE, ha lanzado este lunes un procedimiento escrito y ha dado de plazo hasta el martes a las 12:00 hora local para que los Estados miembros puedan dar el visto bueno al documento, han indicado a Efe fuentes europeas. La lista se revisará cada dos semanas y podrá incluir nuevos países o excluir a otros que ahora formen parte de ella.
El listado que se contempla prevé abrir las fronteras a los ciudadanos de Australia, Argelia, Canadá, China, Corea del Sur, Georgia, Japón, Marruecos, Montenegro, Nueva Zelanda, Serbia, Tailandia, Túnez, Uruguay y Ruanda. No obstante, en el caso de países como China -que tienen prohibida la entrada de extranjeros- pueden finalmente quedar fuera si se aplica el principio de reciprocidad: solo se abrirán las fronteras al país asiático cuando Pekín abra las suyas a los europeos.
Tal como ha explicado este lunes la ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, la UE trabaja en un acuerdo para abrir las fronteras exteriores de la zona Schengen a una lista de 15 países «seguros». En una entrevista en la Cadena Ser ha confirmado que se consideraría «seguros» a los países que en las últimas dos semanas hayan tenido una tasa de nuevos casos de Covid-19 por cada 100.000 habitantes «a la par o por debajo de la media europea», una cifra que se situaría en 20 contagios.
Bruselas considera que debe retirarse el veto a los ciudadanos de países cuya situación fuera «similar» a la media europea en cuanto a la cantidad y la tendencia de los nuevos contagios y en su respuesta a la pandemia, esto es, su nivel de vigilancia, testeo, rastreo de contactos y su publicación de datos sobre el avance del virus, entre otros criterios. Las negociaciones están resultando complicadas ya que uno de los mayores problemas es la fiabilidad de los datos que proporcionan esos países.
González Laya niega presiones para incluir a Estados Unidos
De esta manera, la lista inicial de estados a los que se abrirán las fronteras de la UE el próximo miércoles, 1 de julio, es corta, de unos 15 países, entre los que no está Estados Unidos, donde se han superado los 2.5 millones de contagios de coronavirus en medio de un rebrote de casos en varias zonas del país que habían empezado a flexibilizar sus medidas de confinamiento.
González Laya ha negado presiones para incluir a Estados Unidos en la lista de países. «Si las ha habido, yo no las he recibido», ha respondido. La ministara ha insistido en que no se trata de ser «simpático o antipático» para otros países sino de ser responsables.
Además de para Estados Unidos, las fronteras permanecerían cerradas para Rusia, el país más impactado en Europa, con más de 627.000 infectados y 9.000 muertos; y Brasil, el más afectado de Latinoamérica, con 1,3 millones de contagiados y más de 57.000 fallecidos.
Se quedarían fuera asimismo la mayoría de países de Latinoamerica, considerada por la Organización Mundial de la Salud epicentro mundial de la pandemia )Acumulada al 25% de los casos a nivel global y dónde la curva de contagios sigue siendo ascendente.
Una decisión clave para el turismo
La UE cerró sus fronteras exteriores el 16 de marzo por 30 días para contener la expansión de la pandemia, una medida que se ha prolongado en varias ocasiones.
Las competencias en el control de las fronteras están en manos de los Gobiernos nacionales, pero la UE quiere coordinar la reapertura con el exterior para evitar el descontrol que se dio al inicio de la pandemia, cuando cada Estado cerró unilaterlamente sus puertas.
Con el desconfinamiento, la Comisión Europea recomendó a los Estados abrir sus fronteras con otros países comunitarios a partir del 15 de junio, pero se teme que si cada uno autoriza las llegadas del exterior de forma individual, acaben reintroduciéndose controles internos en el espacio de libre circulación Schengen para prevenir la propagación del Covid-19.
La UE ha conseguido aplanar la curva del coronavirus y los Veintisiete no quieren que los viajes desde terceros países pongan en peligro esta tendencia.
Al mismo tiempo, la llegada de turistas extracomunitarios es importante para los países que más dependen del turismo: la UE recibió 500 millones de visitantes de terceros países (la mayoría con destino al sur del continente) que gastaron 342.000 millones de euros en 2016, lo que la convierte en el primer destino turístico global, según datos de la Organización Mundial del Turismo.
Con información de RTVE de España