Artículo de Fondo, Por Antonio Tenorio Adame (28-VI-2020).- El atentado contra el secretario de seguridad de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, es la consumación de la escalada de violencia llevada al límite de amenazar a toda la población al demostrar su poder de destrucción. Como antecedente inmediato se dio la liquidación de un juez federal.
Se ha responsabilizado del acto terrorista al Cartel de Jalisco Nueva Generación; indudablemente que se encuentra en colusión, pero las aristas de un conflicto de esta naturaleza van más allá de sus actores y víctimas. Ningún cartel criminal dispone de capacidad para enfrentar a un Estado.
No se trata de un acto más de violencia, sino por sus características de agresión, a un comando superior de la seguridad del país; el alto poder de destrucción de las armas de uso exclusivo de US Navy; y el lugar de su realización, son muestras palpables de un acto propicio de guerra que se realiza para amedrentar a la ciudadanía, al demostrar que la capacidad del Estado y la organización del gobierno son vulnerables; con ello alientan a impugnadores de la administración federal.
Como en toda violencia existen dos versiones controvertidas; la oficial presenta el motivo de la acción proditoria, corresponde a los avances logrados en el combate del narcotráfico, los daños ocasionados con la congelación de sus cuentas bancarias, y la detención de una vasta red de sus miembros.
Desde el flanco opuesto, se adjudican el reconocimiento de un desafío a los niveles más elevados de la jerarquía política, como una demostración de ataque en la zona de mayor protección de sus hombres armados, 85 mil agentes de seguridad, además de ganar un prestigio entre los sectores antagónicos a la administración federal.
LA GUERRA HÍBRIDA
En la guerra convencional los ejércitos en confrontación pertenecen a un Estado, sin embargo, en la guerra híbrida se presentan fuerzas desconocidas que obedecen a intereses extranjeros, en ese contexto es posible asignar una ubicación al Cartel Nueva Generación, como fuerza bélica al servicio de intereses ajenos a la nación, como sería el caso de los traidores a la patria.
Las tensiones que recibe el país se inscriben en el marco del viaje del presidente Andrés Manuel López Obrador para entrevistarse con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, cuya actitud ha sido de despotismo y soberbia para humillar a México; de tal manera se advierte al mandatario el grave riesgo de que vuelva a ocurrir lo acontecido con su antecesor, Enrique Peña Nieto, sin que se borraran los agravios recibidos.
Una descarga a favor de los riesgos de la entrevista con Trump descansa en que enseguida se realizará otra visita de Estado a la República Popular de China; si bien no se rompe con el cerco de las relaciones bilaterales, se presta como modelo de un nuevo equilibrio en la multilateralidad.
Por otra parte, el encuentro con Trump es imprevisible, por los efectos mediáticos que improvisa, sin respeto al protocolo diplomático, lo cual requiere que AMLO presente una nueva visión de nación que descansa en dos pilares
A. El contenido de la agenda llevará un replanteamiento de visión de nación basado en un nuevo conocimiento; compuesto por una incorporación tecnológica moderna; una reincorporación de los recursos estratégicos como el litio, tierras raras, etc.; un programa de digitalización educativa en niveles superiores; los derechos de autor aplicados a la ciencia y tecnología propias; así como el desarrollo de la seguridad alimentaria nacional; basada en la promoción de espacios obtenidos por la vía de la cooperación internacional, y
B. El nuevo concepto de nación ha de considerar a la población nativa residente en el exterior, pero también debe concebir el espacio nacional en una nueva concepción de federalismo continental, o de interespacio compartido; uno servirá para desarrollar una política continental de América Latina, el otro servirá para desarrollar programas agropecuarios que otorguen seguridad alimentaria o favorezcan el asentamiento de la población nativa a fin de no impulsar una emigración descontrolada. A las Américas, tanto la anglosajona como la latinoamericana le viene bien una nueva concepción de integración poblacional alimentaria; en un primer tiempo, camino a la superación de agobios ancestrales. Y es posible.
El otro camino son los atentados del terrorismo del narco. Un camino que no se sabe a dónde va, ¿o sí?