Columna Política «La Feria», Sr. López (19-V-2020).- Nunca fue culpa de Danielito mi primo que le cayera mal a este menda, pero le caía mal. Ya luego entendió este López que le caía mal por responsabilidad directa de su mamá e indirecta de la propia; le explico: si Danielito reprobaba cinco materias y quemaba el mantel de presumir de su mamá, tía Elenita lo mandaba a su recámara media hora… y ya, ese era el castigo; en cambio, a este texto servidor de usted, por bajar de promedio de ocho, le tocaba un mes sin radio ni televisión, y por prender un cerillo (sin quemar nada), otro mes y sopapo acústico entre la oreja y la nuca.
Ahora resulta que Javier Duarte fue sentenciado a nueve años de prisión y que la Juez, decidió dejar para mejor ocasión la confiscación de 41 bienes inmuebles atribuidos al caballero.
A ver, por partes, como decía Jack, aquél británico tan afamado y nunca detenido: ya estaba sentenciado por los delitos de lavado de dinero y asociación delictuosa, desde el 26 de septiembre de 2018 a esos nueve años en prisión, más el decomiso de 41 bienes inmuebles y al pago de una multa de 58 mil pesotes (se le fue el color de la cara a don Javidú: ¡de dónde iba sacar esa cantidad!).
Sus abogados apelaron y ayer lunes se supo que la titular del Tercer Tribunal Unitario en materia Penal en la Ciudad de México, magistrada Isabel Porras Odriozola, dejó en pie el alojamiento gratuito “all inclusive” (incluye las tres comidas), durante nueve años, pero revocó el decomiso de los 41 inmuebles que la Fiscalía General de la República (FGR) mantiene asegurados (no se mencionó en la prensa lo de los 58 mil pesos… no parece que sea nada que revista la menor importancia, lo que es más: suena a burla, digo, si para los jueces el señorcito es culpable de lo que lo acusaron era como para pensar que le tocara una multa mayor a lo robado… si no son gracias; en fin).
Debe mencionarse que no es poquita cosa lo de la revocación del decomiso de propiedades, pues entre ellas hay 21 terrenitos ejidales en Campeche y 20 casas y departamentos en Veracruz, Ciudad de México, Estado de México y Guerrero; tres de los departamentos están en la zona de lujo de Santa Fe, en la Ciudad de México, valuados en promedio -cada uno-, en 45 millones de pesos. O sea: no se imagine que le andan queriendo quitar casitas en San Juan de Aragón de esas en las que en el amplio patio de servicio se tienden los calcetines de uno en uno, ni departamentitos del Infonavit de esos con la cocina integrada al baño.
La revocación de los bienes se debe a que quienes los tienen a su nombre, están litigando que no son de don Duarte sino de ellos (en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio, aparecen a sus nombres, por lo que deben ser de ellos, sean o no), como sucedió con el departamento de un tal Moisés Mansur, que ya ganó el pleito y se quedó con la propiedad, por más que los chismes digan que es, era o sigue siendo (averígüelo Vargas), el principal operador del exmandatario de Veracruz. Entonces, en buena lógica, la magistrada pensó que está difícil decomisarle a un reo algo que ni es de él (en los papeles); lo triste no es la sentencia sino la averiguación de nuestra FGR que no pudo probar que eran prestanombres (si son).
Como sea. Don Duarte fue detenido desde abril de 2017 (tiempos de Peña Nieto, por cierto), y desde entonces está privado de su libertad, por lo que su sentencia se calcula desde el momento en que le echaron el guante. De esta manera, sería abril de 2026 que saldría libre, pero el artículo 84 del Código Penal Federal, dispone que:
“Se concederá libertad preparatoria al condenado, previo el informe a que se refiere el Código de Procedimientos Penales, que hubiere cumplido las tres quintas partes de su condena, si se trata de delitos intencionales.
Resulta que don Duarte, si se porta bien en el bote, puede salir libre en 5 años cuatro meses y 24 días. Ya lleva tres años y 18 días… o sea; dentro de dos años y pico podría andar suelto. Le salió barato.
Si este es el mejor esfuerzo de la Fiscalía a cargo de don Gertz, está frito el Presidente de la república con su lucha anticorrupción… a menos que de verdad esos dos delitos, lavado de dinero y asociación delictuosa, sean los únicos que cometió don Duarte… y en ese bello estado, Veracruz, hasta los nenes de primero de ‘kinder”, saben que no, que su gobierno fue un saqueo (él en lo personal, quién sabe… eso se sujeta a lo que digan los jueces, pero en su gobierno se robó como para escandalizar a la banda completa de Alí Babá, eso sí).
Luego quieren nuestros políticos y autoridades que la ciudadanía esté dispuesta a cualquier sacrificio en bien de la patria. Y no, no estamos, porque no es la primera vez que delante de nuestras narices hacen suertes charras con la ley, a veces para aligerar penas a pillos redomados, a veces para cebar las más crueles venganzas en inocentes.
Recapacite usted en la clase de sainete de carpa de tres tandas por un boleto en que estamos: la divisa de este gobierno es acabar con la corrupción… y… hasta el momento se ha detenido al rumboso abogado Juan Collado, acusado de una vacilada y con el proceso actualmente suspendido por un amparo, con él preso, claro; y el otro asunto es el de la exsecretaria de Sedesol, Rosario Robles, por delitos muy gordos y que muy difícilmente podrán probarse ante un Juez que sea seriecito. Por más que ambos sean culpables, en apego a derecho, conforme a nuestras leyes, es discutible que sean reos.
Pero además: si nuestro Presidente declaró la guerra a la corrupción, esos dos personajes parecen muy poca pesca para una red tan inmensa… y encima, ayer informan a la prensa los que el 10 de febrero pasado supuestamente devolvieron dos mil millones de un descarado fraude a Infonavit (cuyo cheque entregó don Gertz al Presidente en su mañanera, para que sirviera para pagar los premios de la rifa el avión), que ellos no dieron nada y que están en pleito porque no se robaron nada. O sea… lo de siempre, distintos cómicos y los mismos chistes.