En Guatemala, lugar de paso y regreso para millones de migrantes, se tomaron medidas antes de que se presentara el primer caso positivo, y actualmente apenas comienza a escalar la curva de contagios. El líder de la Organización Panamericana de la Salud en el país explica qué se está haciendo, y qué puede esperar la nación centroamericana de la pandemia
Como en muchos otros países de América Latina, este 2020 la tradicional Semana Santa es diferente a la acostumbrada en Guatemala, no hay procesiones, ni mucho menos paseos a la playa.
El presidente Alejandro Giammattei ha prohibido durante esta semana las visitas de recreación personal a lugares públicos y la venta de alcohol, y ha hecho un llamado a la responsabilidad social de los guatemaltecos, y a quedarse en casa.
Las medidas servirán para detectar de manera más fácil a las personas que tienen fiebre, tos y malestar generalizado, lo que podría ser a consecuencia del coronavirus.
Guatemala es uno de los países con menor cantidad de casos de COVID-19 en América Latina, que alcanzaban los 70 en el momento de escribirse este artículo, pero incluso antes de que se presentara el primer caso positivo el pasado 13 de marzo, el país ya había tomado medidas.
La primera fue prohibir la entrada de ciudadanos de ciertos países europeos, así como de Irán, China y Corea del Sur, medida que después se expandió para Estados Unidos y Canadá.
El 15 de marzo se detectó el segundo caso, proveniente de un ciudadano que llegó de Madrid, y ese mismo día se cancelaron todos los eventos públicos y aglomeraciones, así como se ordenó el cierre de escuelas y universidades públicas y privadas por al menos tres semanas.
También entró en vigor un toque de queda desde las cuatro de la tarde y cuatro de la madrugada para detener el contagio, aquellos que lo violaron fueron penalizados. Pareciera que Guatemala estuviera ganando la batalla de “aplanar la curva” de contagios de la que tanto se habla diariamente, pero es muy rápido para cantar victoria, asegura el representante de la Organización Panamericana de la Salud en el país.
“Para decir que estamos muy bien o estamos muy mal es un poco temprano, los países se encuentran en diferentes estados de desarrollo de la epidemia. Considero que las medidas iniciales que se tomaron aquí deberían tener efectivamente un impacto en poder retrasar y aplanar lo que de otra manera sería una curva muy aguda de casos”, asegura el doctor Oscar Martín Barreneche.
OPS-OMS/Rubi LopezLas autoridades en la Ciudad de Guatemala monitorean las calles durante el toque de queda para prevenir el contagio del coronavirus.
El experto explica que afortunadamente hasta ahora la mayoría de los casos han sido exportados, de personas que han viajado desde países con brotes graves en Europa y Estados Unidos.
“Se han hecho esfuerzos gubernamentales para aprender de las lecciones vividas en China y desde el primer momento que se declaró el primer caso se tomaron medidas de distanciamiento físico que han incluido un toque de queda temporal, pero también a la declaratoria de estado de calamidad que le da al Estado autoridad y poderes especiales para poder movilizar recursos y responder oportunamente al reto que representa el COVID-19”, agrega.
El Gobierno se encuentra construyendo cinco hospitales temporales en varias áreas del país destinados únicamente a pacientes con el coronavirus, y ya se han completado dos.
“También se han hecho preparativos a nivel de los hospitales existentes y se están tomando medidas para la adquisición de insumos necesarios a nivel hospitalario y de las comunidades para la respuesta”, explica Barreneche.
Así mismo se han aprobado una serie de ayudas económicas para compensar los efectos que tienen las medidas de prevención sobre las familias más vulnerables, especialmente en un país donde el empleo informal ronda el 75% de la población.
UNICEF/Tanya BindraJóvenes deportados desde México llegan a un albergue en Guatemala.
La problemática migrante
Según el experto de la agencia de la ONU, en Guatemala hay dos fenómenos que son bastante particulares: el primero tiene que ver con muchos migrantes que intentan regresar a su país de origen, sean ciudadanos, o de el Salvador o de Honduras, pero que vienen de las fronteras terrestres de México. Muchos de ellos lo hacen a través de cruces informales.
“En este caso hay habido situaciones complejas, se ha tratado de dar información, pero las medidas todavía se están diseñando, los laboratorios a nivel nacional están aumentando la capacidad diagnóstica para descentralizarla a nivel de las fronteras, y se está trabajando con esas comunidades de la frontera para el manejo, y para darles la información que se necesita. Las mismas comunidades están tomando a veces iniciativas para tratar de poner en cuarentena y aislar personas que vienen del extranjero, pero también se necesita un mayor apoyo a nivel diagnóstico y a nivel de referencia, flujos”, asegura.
El segundo fenómeno tiene que ver con los aviones de deportados que son enviados de manera diaria desde los Estados Unidos.
“Estamos hablando de uno dos vuelos diarios, cada uno de ellos con alrededor de 80 personas, esto con algunas personas que han sido detenidas en las calles de Estados Unidos, apenas con unos días antes de ser deportados, esto representa un riesgo mayor, conociendo que ese país tiene una situación bastante importante con respecto al problema del COVID-19 y de hecho ya se han presentado casos de los deportados de Estados Unidos, que han llegado a Guatemala y que comenzaron a presentar síntomas”, advierte Barreneche.
Esta semana, la cancillería de Guatemala anunció precisamente la suspensión temporal de los vuelos de migrantes deportados como medida para frenar el avance del coronavirus, pero por ahora solo se suspenderán hasta el Día de Pascua. Según el ministro de Salud del país, se le ha solicitado al país norteamericano reducir la capacidad de las aeronaves a 25 pasajeros.
La Organización Panamericana de la Salud, junto a las autoridades guatemaltecas y la Organización Internacional de las Migraciones se encuentran trabajando juntos para definir medidas específicas para estos fenómenos migratorios.
“Hay que felicitar la iniciativa del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Autoridad Migratoria para identificar estas medidas alternativas e innovadoras para que los deportados reciban el apoyo y la información necesaria y que regresen a sus comunidades en seguridad y en supervisión para que en el caso que presenten síntomas no representen un riesgo de contagio para otros miembros de la comunidad”, afirma Barreneche.
OPS-OMS/Victor SanchezLa Organización Panamericana de la Salud ayuda a Guatemala en la respuesta del coronavirus.
El seguimiento y diagnóstico de casos
De acuerdo con el doctor, se está ampliando en el país la capacidad de hacer pruebas para identificar una mayor cantidad de casos potenciales a nivel comunitario.
“Estamos hablando de situaciones cuando los números de pruebas disponibles son limitados, entonces se hace una ampliación de tamizaje enfocada hacia grupos y posibles puntos de entrada en nuevos casos”, explica el Barreneche.
En Guatemala se ha incluido al personal de salud que presente síntomas en la definición de casos sospechosos, por ejemplo.
“El personal de salud que desarrolla síntomas, se le debe ofrecer una prueba para el COVID-19. Esto nos permite tener una información actualizada sobre el impacto que puede tener la enfermedad en el personal de salud, que es motivo de preocupación para todos, como lo hemos visto en otros países”, añade.
Guatemala es un sitio de tránsito hacia al Norte y del Norte hacia el Sur, y esto sabemos que no se ha detenido a pesar de la pandemia.
Desde hace unas siete semanas la Organización Panamericana de la Salud ha brindado capacitaciones de personal de salud para el diagnóstico de laboratorio de la enfermedad y ha hecho donaciones al país de kits de pruebas.
“Ahora se están haciendo compras a nivel estatal y el sector privado se está movilizando para hacer un llamado para conseguir más pruebas diagnósticas, y al mismo tiempo el laboratorio nacional ha tomado medidas para desarrollar una red de laboratorios que puedan implementar con calidad la descentralización y la expansión de la capacidad diagnóstica, utilizando pruebas que sean validadas por la Organización Mundial de la Salud o una entidad regulatoria mundial”, explica.
Asimismo, se está ampliando la capacidad para que la detección se haga más sensible en los llamados sitios de “vigilancia epidemiológica”.
“En los sitios centinelas se pueden encontrar potenciales casos que estén circulando y que no hayan sido detectados, esto obedece sobre todo a que Guatemala es un sitio de tránsito hacia al Norte y del Norte hacia el Sur, y esto sabemos que no se ha detenido a pesar de la pandemia. Hay migrantes que pasan por puntos ciegos y no oficiales, y esto es motivo de preocupación sabiendo la situación epidemiológica en los Estados Unidos, y la epidemia que avanza de manera rápida en México, entonces hay que establecer medidas de manera rápida en los departamentos que es lo que el Gobierno está intentando hacer”, agrega el doctor.
Rubi López/OPS-OMSGuatemaltecos hacen fila para entrar al supermercado como parte de las medidas de prevención del coronavirus.
Lo que se necesita de las personas
Oscar Barreneche se hace eco de las palabras del presidente guatemalteco y recuerda a los miembros de la comunidad su responsabilidad en respetar las medidas de prevención y distancia física, así como de cuarentena, cuando sea necesario.
“El problema de las medidas de prevención, es que la gente no necesariamente entiende su impacto, a veces reaccionan más fácilmente cuando empiezan a ver los muertos, esperemos que ese no sea el caso. Pero el Gobierno está muy consciente de que se tiene que reforzar las medidas de distanciamiento en este momento que nos encontramos en una curva ascendente y que eso es muy posible que continúe así en las próximas semanas”, asegura.
La clave está en aprender de los brotes que se han manejado de manera exitosa y donde se ha tenido menor impacto, como Singapur, explica el experto, que reitera que lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud es identificar los casos nuevos, darles el aislamiento y el manejo clínico necesario, así como rastrear los contactos.
También es importante la comunicación, afirma el experto, por lo que admira que el presidente haya accedido a la televisión casi a diario para informar a los ciudadanos sobre la pandemia.
“Es un trabajo constante de información de riesgo”, explica, en el que también trabaja el sistema de las Naciones Unidas en Guatemala.
OPS-OMS/Victor SanchezEl doctor Oscar Barreneche, representante de la OPS/OMS en Guatemala
Un llamado a la solidaridad
El equipo del doctor Barreneche actualmente se encuentra trabajando junto al Gobierno a través de la cooperación técnica en temas de laboratorios y hospitales; ha ayudado a diseñar todos los protocolos de rastreo y monitoreo de contactos; realizado varias capacitaciones a los trabajadores de salud para prevención y manejo de infecciones; también ha sido parte de la instalación de líneas de ayuda para ofrecer información a todo el país; y donado pruebas de laboratorio, entre muchas otras iniciativas.
Pero la preparación, las medidas preventivas, y la colaboración ciudadana en un momento como el que actualmente vive Guatemala y el resto del mundo deben estar enmarcadas en la solidaridad, concluye el líder de la Organización Panamericana de la Salud a nivel nacional.
“Hay una enorme ansiedad y angustia de la incertidumbre que pueda representar o el impacto que pueda causar, sabemos que va a ser severo como lo ha sido en el mundo entero, y esto causa mucha ansiedad. Yo creo que es un momento de solidaridad a nivel de país que tiene que verse fortalecido, y eso algo que se va a ver cuándo afrontemos lo duro que se nos viene del brote y cuando se empiece a ver el impacto social y económico que esto va a tener, y espero que esto vaya a ser encontrado al mismo tiempo con un alto nivel de solidaridad de aquellos que pueden para con esta gran mayoría de gente que no va a poder responder sola lo que esto va representar”.