20 de marzo del 2020.- En el comienzo del año nuevo persa, las autoridades iraníes anunciaron este viernes 149 nuevos decesos por la enfermedad COVID-19: de esta manera, elevaron a 1.433 el balance oficial de muertos en el país, uno de los más afectados por la pandemia del nuevo coronavirus.
Según el viceministro de Salud Aliréza Raisi, se confirmaron 1.237 nuevas infecciones en las últimas 24 horas y el total asciende a 19.644 personas desde que las autoridades anunciaron la presencia del covid-19 en suelo iraní, el 19 de febrero.
En Medio Oriente, casi nueve de cada 10 casos de COVID-19, la enfermedad causada por el virus, procede de la República Islámica. Y de acuerdo con lo que expresó el jueves el portavoz del Ministerio de Salud, Kianush Jahanpur, la epidemia de coronavirus mata a una persona cada 10 minutos en Irán y unas 50 personas se infectan cada hora. Es el quinto país con más contagiados, con casi 20.000, y el tercero en cantidad de muertes, solo detrás de Italia y China.
“Nos dimos cuenta un poco tarde de que el coronavirus había entrado a Irán porque lo confundimos con la gripe”, señaló días atrás Reza Malekzadeh, un viceministro de Salud. Por su parte, el responsable de la lucha contra el nuevo coronavirus en Irán, Iraj Harirchi, había manifestado que el país no estaba en peligro y que «las cuarentenas corresponden a la Edad de Piedra”. No obstante, un día después el país había adoptado esa precisa medida como consecuencia del avance del virus.
La negación inicial le dio tiempo al coronavirus de expandirse por el país, coincidiendo con la celebración de mítines por el 41er aniversario de la Revolución Islámica de 1979 y con unas elecciones parlamentarias donde las autoridades necesitaban una elevada participación. El gobierno ya cerró las escuelas y universidades y prohibió todos los eventos deportivos, culturales y religiosos.
La enfermedad se ha colado incluso entre el gobierno y la teocracía chiíta, cobrándose la vida de varios funcionarios. Entre los contagiados está la vicepresidenta, Masoumeh Ebtekar, más conocida como “Sister Mary”, que fue la portavoz en inglés de los estudiantes que tomaron la embajada de Estados Unidos en Teherán durante la crisis de rehenes de 1979.
Aunque Irán tiene uno de los mejores sistemas de salud de la región, los hospitales parecen sobrepasados y las autoridades han pedido 172 millones de mascarillas al extranjero. La República Islámica solicitó además un préstamo de 5.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, la primera ayuda de este tipo que pide desde 1962 y que demuestra la gravedad de la situación.
El Nowruz, el año nuevo persa que inició este viernes, plantea un dilema a las medidas de prevención que pueda tomar el gobierno. Si bien se ha recomendado que las personas permanezcan en sus casas y eviten los traslados durante la festividad, las autoridades no han ordenado importantes restricciones de viaje, mientras que las zonas más afectadas por el virus amenazaron con levantar sus propios controles para evitar llegadas e incluso con atacar a los foráneos.
Las autoridades creen que el brote se originó en Qom, el bastión de los clérigos chiíes, 125 kilómetros (80 millas) al suroeste de Teherán. Aunque sugirieron que un empresario iraní contagiado pudo haber importado la enfermedad desde China, lo cierto es que la ciudad es un punto de afluencia de estudiantes chinos que acuden a los seminarios que tienen lugar en Qom y también está en la ruta de un proyecto de tren de alta velocidad de 2.700 millones de dólares que construye una compañía china.
Los dos primeros casos de coronavirus que anunció Irán el 19 de febrero fueron pacientes que fallecieron en Qom. Allí se mantuvo abierto hasta días atrás el mausoleo de la santa chií Fatima de Masumeh, donde se congregan multitudes las 24 horas del día y los siete días de la semana, para tocarlo y besarlo. Para el lunes en la noche, el mausoleo de Fatima de Masumeh y otro en Mashhad habían cerrado, y en videos publicados en internet podía verse a fieles fundamentalistas entrando a los patios de los templos para exigir su reapertura.
Con información de AP e Infobae