Columna Política «La Feria», Sr. López (16-I-2020).- Contaba la abuela Elena, la paterno autleca, de una prima suya, Tencha (Hortencia, de las de Autlán), que medía cerca de 1.80 de estatura, ancho y fondo, fumaba puro y vivía recargada frente a la caja del dinero en el mostrador de su enorme tienda en la que se vendía quincallería, jarciería, granos, abarrotes, semovientes y mezcal de tequila, por copeo o botella. También decía que a esa tía nunca nadie le robó un centavo, pues a la mano y a la vista de la distinguida clientela, tenía un garrote de respetables dimensiones y bajo sus amplias faldas en una de sus generosas pantorrillas (la derecha), un inmenso revólver Colt calibre 45 (eran los tiempos). Tía Tencha era de bonito carácter, bondadosa y fiaba; se hizo rica. Tuvo nueve hijos, seis hombres y tres nenas; todos trabajando para ella. Una vez, siendo notorio el crecimiento de vientre de una de las nenas, por causal obvia, se quisieron poner bravos los hijos hombres y la tía los puso quietos: -¡A ver canijos! (ella dijo una palabra que rima con culebrones)… ¿qué no son todos, medios hermanos?… ¡a ver!… ¿quién de ustedes conoció a su padre?… aquí, ¡sin payasadas! –y hasta casó a la nena… con tía Tencha era mejor irse quedito, decía la abuela.
Conferencia mañanera de ayer, 15 de enero. Entre varios apasionantes temas se trató lo del combate al ‘outsourcing ilegal’, porque hay derecho, aunque los que son empleados así queden igual sin derechos, antigüedad, fondo de pensiones ni nada. En fin.
Nuestro Presidente pidió tener dimensión social a los empresarios, más ahora que los pagos al IMSS “ya no son malversados ni se quedan en manos de políticos corruptos, ya cambió esto”. ¡Áchis! (¿y las denuncias penales, ‘apá?)
Como sea. Luego pasaron al atril a dar la lección bajo la mirada vigilante de su jefe-líder-papá-guía-faro-brújula-gurú-mentor y maestro, nuestro Presidente, altos funcionarios del gobierno federal, porque debe usted saber que se formó un grupo intersecretarial para el combate de este feo delito de robar al empleado (robarle la esperanza, el futuro y su dignidad, aparte de dinero), integrado por IMSS, SAT, Infonavit, UIF (la de don Torquemada Nieto) y la Procuraduría Fiscal de Hacienda: aparte también, la Secretaría del Trabajo, faltaba más.
Entre ellos, habló uno de los personajes estelares sobre este enojoso asunto, Zoé Robledo Aburto, director general del IMSS, quien informó que ya fueron realizados siete operativos, siete, “contra igual número de grandes empresas”, que afectan a 10 mil trabajadores con esa deleznable práctica del ‘outsourcing ilegal’ (porque hay legal). Y agregó que esos grandes contribuyentes operan en los ramos de hotelería, servicios informáticos, call center, farmacéutico, minería y producción de alimentos.
Advirtió además don Robledo, que el patrón que incurra en esa práctica corre el riesgo de irse al bote hasta 14 años y el que ofrezca ese servicio ilegal, hasta 20 años cosiendo balones en el patio del alguna cárcel (Centro de Readaptación Social, como ahora se llaman… viera qué bien los readaptan, salen corregidos y aumentados), porque en la ley se considera como delincuencia organizada. ¡Bendito sea Dios!…
Luego, agregó don Robledo que ya detectaron al menos 1,200 empresas con esquemas de contratación ilegal, con poco más de 862 mil trabajadores y que se estima que son hasta 5 millones los que trabajan bajo este esquema de subcontratación ilegal (la necesidad es canija, pasan cosas peores). También dijo que en este mágico 2020 (¡se va a hacer tanta cosa este año!), se están planteando nuevas acciones para poder garantizar el cumplimiento de la ley y resarcir los derechos de los trabajadores. ¡Ajúa!
Lo bueno es que ya están en eso, ya le entraron al asunto y (según la UIF), hay 51 denuncias penales (31 contra empresas fachada, 15 por facturación de operaciones simuladas y 5 de outsourcing ilegal). Se me hace poco dijo el tragón.
Ahora que don Zoé y compañeros mártires le entren ya de veras contra el más importante patrón del país que incurre en estas fétidas prácticas: el gobierno federal. Mire usted:
Para abrir boca, el propio IMSS. El pasado 25 de mayo (primer año de la 4T), el senador Samuel García reveló que en Nuevo León, el IMSS emplea al 40% de sus trabajadores así, por ‘outsourcing ilegal’, y dijo: “Si no reformamos pronto esa figura y la prohibimos o cerramos, el IMSS es una bomba de tiempo para que truene”. Alarmismo de derechas.
El 4 de diciembre pasado, el senador Monreal declaró: “El sector privado no es el único que contrata outsourcing, también el gobierno federal con más de 8 millones de trabajadores (inscritos) en el IMSS”. Alarmismo.
Con la pena pero sí, nuestro gobierno recurre a los servicios de ‘outsourcing’, legal o ilegal. En la Secretaría de Trabajo, tienen contratos de esos para limpieza y mantenimiento, y también incurren en ese joder trabajadores (legal o ilegalmente), en Fonatur, las secretarías de la Reforma Agraria, Salud, Agricultura, Medio Ambiente, Turismo y Energía; en el Centro Nacional de las Artes; la Universidad del Caribe, el Parque Ecológico Copalita, el IMPI, Financiera Rural, Registro Agrario Nacional (aparte de gobiernos estatales varios, que uno sepa, los de de Oaxaca y Guanajuato, es cosa de rascarle)… y en el Senado de la República.
El sindicato de CFEnergía, denunció el 27 de mayo de 2019, que se vulneran sus derechos y el contrato colectivo mediante ‘patrones sustitutos’. Más fifís.
Y en la mañanera de ayer, aunque usted no lo crea, don Bartlett dijo que ya se reestructuró la Dirección de Finanzas de CFE, que funcionaba mediante outsourcing nacional y extranjero (!). Nada más esa Dirección. Pero ya no.
Que don Zoé informe que andan correteando empresas de hotelería, servicios informáticos, ‘call center’, farmacéutico, minería y producción de alimentos, está muy bien, pero debería revisar primero al principal empleador del país: el gobierno en el que trabaja.
Claro, si la cosa va en serio y no se tiene vocación de florero.