Artículo de Fondo, Por Ignacio Martínez (15-I-2020).- Un niño de doce años armado?
Pero no solo armado con una pistola, sino con dos!
Ese niño mata a su maestra y luego se suicida!
En las zonas de conflicto armado, las escuelas y universidades pueden ser blancos de ataque. La Declaración sobre Escuelas Seguras de Naciones Unidas propone a los países firmantes una serie de medidas preventivas para preservar el derecho a la educación y poner término a la impunidad de los autores de ataques violentos.
En tiempos de crisis o conflicto armado, la posibilidad de mandar a sus hijos a la escuela hace que las familias y las comunidades vislumbren la imposibilidad de retorno a una vida normal.
La escuela debería ser un lugar seguro donde se acoge a los niños mientras los padres trabajan, y donde también se pueden prestar a los escolares servicios esenciales: vacunación o informaciones vitales en cierta zonas sobre minas antipersonales. Pero, ante todo, la escuela es el instrumento para brindar a los niños una educación que les permita construir su propio futuro, el de sus comunidades y el de su país.
Claro que también puede ocurrir lo contrario. Cuando en zonas inestables se destruyen escuelas, se desvanece la esperanza de retornar a una vida normal. El miedo de ir a la escuela o incluso de vivir cerca de un centro docente puede ampararse de la población, que huye en busca de seguridad.
En casa se tiene que poner atención en lo que hacen los hijos.
En Coahuila hay un programa permanente de Mochila Segura, con la molestia e indignación de muchos de los padres porque como se atreven a hurgar entre los útiles escolares de los niños.
Tal vez hoy esos padres se preguntan quien falló al revisar al niño que asesinó a dos personas?
Aunque la pregunta debería ser, que falló como padre de familia para que ese niño trajese entre sus ropas y útiles escolares dos armas?
Usted como padre de familia revisa la mochila de sus hijos?