25 de noviembre del 2019.- Los países del Triángulo Norte de Centroamérica, Bolivia y la República Dominicana registraron las tasas más altas de feminicidios de la región, según datos de la CEPAL, que subrayó la importancia de medir este crimen para elaborar políticas adecuadas de prevención, reparación y sanción.
Al menos 3.529 mujeres fueron asesinadas en 2018 por razones de género en 25 países de América Latina y el Caribe, aunque los datos reales podrían ser mucho más altos ya que en algunos países sólo se recopilan como feminicidios los cometidos por la pareja o expareja de las víctimas, informó este lunes la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la secretaria ejecutiva de la CEPAL recordó que el asesinato por motivos de género es el extremo del fenómeno de violencia que viven las mujeres de la región.
“Las cifras recopiladas por la CEPAL, en un esfuerzo por visibilizar la gravedad del fenómeno, dan cuenta de la profundidad que alcanzan los patrones culturales patriarcales, discriminatorios y violentos en la región”, dijo Alicia Bárcena.
Los números indican que los países con más altas tasas de feminicidio son El Salvador, Honduras, Guatemala, la República Dominicana y Bolivia, que ocupa el primer lugar en Sudamérica.
Perú fue el país con menos feminicidios, con una tasa de 0,8 por cada 100.000 mujeres en 2018.
Diferencias de definición
En el Caribe, la prevalencia del feminicidio supera las cuatro muertes por cada 100.000 mujeres en países como Guyana y Santa Lucía, de acuerdo con información de 2017. En 2018, Trinidad y Tobago y Barbados lideraron la lista, con una tasa de 3,4 muertes por cada 100.000 mujeres. Esta cifra podría ser incluso más grave en el caso de Barbados, considerando que este país solo recopila las cifras de feminicidios íntimos, es decir, aquellos cometidos por la pareja o expareja íntima de las víctimas.
La CEPAL destacó la importancia de medir estos crímenes para poder diseñar e implementar políticas de prevención del delito, reparación de las víctimas colaterales y sanción a los responsables; no obstante, reconoció la dificultad para obtener datos reales y comparables de un país a otro puesto que algunos no tipifican el feminicidio en los códigos penales y sólo compilan las cifras de muertes de mujeres cometidas por la pareja o expareja. Tal es el caso de la mayoría de los países del Caribe.
En tanto, en América Latina, los países difieren en la definición normativa del fenómeno, que va desde una expresión amplia del feminicidio a tipos penales que lo acotan al matrimonio y la convivencia. Esto se suma a la utilización de diferentes enfoques en la construcción de los registros de este delito.
Para enfrentar el desafío, la CEPAL impulsa la elaboración de un sistema de registro de feminicidios en la región que sirva de herramienta para mejorar la calidad de la información y para profundizar el análisis del flagelo con miras a combatirlo.