13 de noviembre del 2019.- El Departamento de Estado de Estados Unidos ordenó este miércoles la salida de su personal diplomático no esencial y de sus familias de Bolivia, y emitió una alerta de viaje para sus ciudadanos ante los disturbios de las últimas semanas en el país sudamericano y la inestabilidad política.
“El gobierno de Estados Unidos tiene una capacidad limitada para proporcionar servicios de emergencia a ciudadanos estadounidenses en Bolivia”, explicó el Departamento de Estado en un comunicado.
Advirtió a sus ciudadanos que viajen al país sudamericano sobre los disturbios callejeros, “hay manifestaciones, huelgas, bloqueos y marchas recurrentes en las principales ciudades de Bolivia«.
Asimismo informó que «los bloqueos de carreteras y las huelgas cortaron el tráfico en las avenidas principales, las autopistas entre ciudades y el acceso al aeropuerto”.
Subrayó que algunas protestas concluyeron en enfrentamientos violentos, y las autoridades locales implementaron medidas de control de multitudes para desalentar las protestas.
“Los manifestantes en las principales ciudades ocupan o bloquean de manera intermitente el acceso a las instituciones públicas y la infraestructura, negando el acceso a centros de transporte, bancos y otros servicios”, expuso la dependencia estadounidense en su advertencia de viaje.
A esa situación se suma el que los vuelos nacionales e internacionales “pueden retrasarse o cancelarse, y los viajes por carretera alrededor y entre ciudades se ven obstaculizados regularmente”, indicó.
Ante este panorama, la dependencia solicitó a los estadounidenses que deben de extremar sus precauciones en la nación andina, y de ser posible, no viajar al país sudamericano hasta que regrese a la normalidad.
La violencia en Bolivia se agudizó el fin de semana pasado entre grupos de la oposición y afines al gobierno luego de las elecciones generales del 20 de octubre pasado en las que Evo Morales ganó su tercera reelección para un cuarto mandato presidencial, pero la oposición desconoció los resultados.
La presión social creció, y a ella, se sumó el motín a nivel nacional que realizó la policía, así como el llamado de las Fuerzas Armadas para que el presidente Evo Morales dimitiera.
Morales, tras 14 años en el poder, presentó su renuncia el domingo y salió rumbo a México donde le fue otorgado asilo. Arribó a territorio mexicano el martes.
Con información de El Financiero.com