Columna Política «La Feria», Sr. López (25-X-19).- Contaba la paterna abuela Elena, que allá -a principios de los años 30 del siglo pasado-, llegaron a Autlán unos enviados del Gobernador de Jalisco, acompañados por un grupo de ingenieros del gobierno federal, para anunciarle al Alcalde del pueblo que se iba a construir una carretera por lo que era necesario notificar a los dueños de los terrenos por los que pasaría, que serían ‘afectados’ aunque, por supuesto, indemnizados. Contaba la abuela que el alcalde, Tomás de nombre, sin ver planos ni pedir papeles, les contestó que lo prudente era que hablaran con ‘don Alejandro’ (tío de la abuela, hermano mayor de su padre); lo señorones esos de ciudad, le insistieron en su petición y quisieron darle la lista de propietarios que llevaban, para que los mandara llamar; pero el Alcalde les recomendó: -‘De veras, mejor hablen primero con don Alejandro’ –y los caballeros, ya molestos le preguntaron quién rayos era ese tal ‘don Alejandro’, y el buen Tomás aquél, les dijo: -Don Alejandro es el que va a decidir si salen ustedes vivos o muertos del pueblo, ese es don Alejandro –y la carretera se hizo, claro que sí… dando un enorme rodeo; por Autlán, ni cerca.
México es la 15ª economía del mundo, con un PIB nominal anual de por ahí de 1.275 billones de dólares… Alemania, la cuarta (casi 4 billones de dólares anuales); Francia la quinta (con poco más de 3 billones); el Reino Unido, la sexta (con poco más de 2.6 billones); Italia la octava o novena (abajito de 2 billones)… todos esos países tienen muchísimo menos territorio y habitantes que nosotros y en 1945, estaban en la ruina y entre ruinas (por la Segunda Guerra Mundial).
Al término de esa hecatombe, el triunfador absoluto fueron los EUA, que sigue siendo la primera economía del planeta, con cerca de 20,413 billones de PIB al año (toda Europa junta suma 19.8 billones)… y el mundo entero no respeta al tío Sam por eso, sino por su indiscutible poderío militar, por ser el único país del mundo que controla con su Armada, simultáneamente, todas las rutas marítimas de todos los océanos; por su inimaginable potestad tecnológica… y por su sabida falta de escrúpulos a la hora de defender sus intereses (nada les da asco cuando de salirse con la suya se trata); aunque, claro, todos tratan con cuidadito a los EUA, también por su inmensa economía, por su control descarado de las entidades financieras internacionales, porque el dólar de ellos es la moneda mundial y porque pueden poner patas arriba a cualquier país o bloque de países, con restricciones comerciales… y son muy capaces de incendiar su casa con tal de ver la de su enemigo arder, probado está. ¡Ah! y también porque la mitad del planeta tiene gigantescas deudas con el Banco Mundial y el FMI (y ahí mandan los yanquis, eso no lo ponga en duda, igual que en la ONU, la OEA, la OTAN, etc.).
No se crea que este López se atreve a comparar así a brocha gorda, la economía de México con las de Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido; no es por ahí el asunto, sino que el tío Sam, no se limpia el extremo inferior de su sistema digestivo (la mera salidita, pues), con esos países, mucho más chicos que nosotros, mucho más alejados, mucho menos poblados… ¿por qué?… no por su PIB o por sus ejércitos, no.
México se independizó de España, mal y a destiempo, cuando le vino en gana a los EUA, que no eran potencia, pero tenían todo el apoyo de la Gran Bretaña para eso, para sacar de América a España, con la que traían pleito de antaño, y de pasadita, ya por cuenta del tío Sam, a Portugal, Holanda y Francia.
Cuando nos independizaron de España, La Patria, núbil doncella, quedó sentadita en las rodillas del pervertido tío Sam. No le digo más, no seamos procaces (perdimos la mitad del territorio… y el honor).
Para echar al mar a los franceses (junto con Max y Carlotita), domesticar a la entonces todopoderosa iglesia romana, y diseñar el país al gusto de ellos, los yanquis financiaron a los liberales alineados en la masonería yorkina, opuesta a la logía escocesa, que era la prevaleciente y única tolerada por España; por eso había liberales contra Benito Juárez, eran de la logia escocesa, Juárez era yorkino y eso le valió para ser al que apoyaran y reconocieran los EUA… y resultó que México quedó como federación, siendo centralistas desde siempre; que los estados eran libres y soberanos, no provincias colgadas de la voluntad del centro, de la capital del país (como hasta ahora, aunque atenuado)… bueno, hasta el nombre nos pusieron: “Estados Unidos Mexicanos”, ¿de dónde mis señores, de dónde?
Cuando se tiró la dictadura de Porfirio Díaz, también fueron determinantes los EUA; y ya con Díaz fuera del poder y del país, Carranza y la gente de Sonora consiguieron el triunfo, otra vez, por el apoyo yanqui (y de los Tratados de Bucareli, ni hablemos, corramos un tupido velo: ¡bendito Dios que nos mandó a Calles!).
En estos tiempos y de manera inevitable dadas nuestras propias metidas de pata (plural que evita echar culpas… pero fueron unos cuantos imbéciles que estuvieron en el lugar equivocado -Los Pinos-, en el momento adecuado, para los EUA), pero por eso, por nuestros errores como nación, por no gobernarnos con mayor aseo, hilvanando crisis económicas y decisiones equivocadas, ahogados económicamente, cayó La Patria en decúbito supino y el tío Sam, rasgó su túnica impoluta y nos la dejó despeinada, con TLC, Plan Mérida y enfermedades de esas de dar vergüenza. Nos guste o no (no nos gusta), esa es nuestra realidad.
Por eso para el mundo, políticamente, México no cuenta: nos ven como lo que somos (por el momento): un país satélite, subordinado a los EUA, cosa que parecía se iba superando de 1934 hasta pasandito los primeros años 70…
Nuestro Presidente tiene que medir muy bien sus palabras y actos, respecto de los EUA, que lo dejarán hacer todo lo que le venga en gana que no afecte sus intereses, ni su imagen (como en lo del narco)… pero, nada nos han enseñado los años… otra vez a cometer los mismos errores.