02 de septiembre del 2019.- “Creo que mis principales logros tienen que ver con haber generado una conciencia ciudadana. Que la lucha contra la corrupción sí era posible, que sí se puede adelantar investigaciones serias y profundas independientemente de quien sea la persona a la que se esté investigando, cuál sea su poder político o económico o su prestancia en la sociedad”, afirmó el máximo responsable de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala.
El autor de esta frase es Iván Velásquez. El máximo responsable de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala realizó estas declaraciones para Noticias ONU unos días antes de finalizar su mandato al frente de ese organismo internacional independiente creado tras un acuerdo entre la ONU y el país centroamericano.
El fin de la CICIG llega este 3 de septiembre tras doce años de actividad en los que ha contado con un amplio apoyo de la sociedad civil, de las instituciones públicas y privadas guatemaltecas y de la ONU y sus agencias.
Durante todos estos años la CICIG, con el apoyo del Ministerio Público, consiguió acusar a más de 1500 personas, logró procesar a más de 660 y, a julio de 2019, había conseguido 400 condenas.
Posiblemente, el caso más famoso que trató la Comisión fue el denominado “La Línea” que se inició el 2015 y en el que se vieron implicados el expresidente del país Otto Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti. Pérez Molina renunció a la presidencia en septiembre de ese mismo año y posteriormente fue encarcelado y procesado por delitos de corrupción.
Iván Velásquez, comisionado de la CICIG, y António Guterres, Secretario General de la ONU. Foto de archivo: ONU/Eskinder Debebe
Cronología de la desaparición
Para conocer el principio del fin de la CICIG nos hemos de remontar a finales del mes de agosto de 2018, cuando el presidente del país, Jimmy Morales, envió una carta al Secretario General de las Naciones Unidas informándole su intención de no renovar el mandato de la Comisión, una decisión que tomó por sorpresa al Comisionado.
“No era esperable, por inusual, que apenas a la mitad del mandato de los dos años se estuviera anunciando que ya no se renovaba”. Velásquez era consciente de la “gran contrariedad” del presidente tras las investigaciones en las que se vinculó tanto a su persona como a miembros de su familia “y que fueron en realidad reacciones directas porque cuando el 27 de agosto de 2017 me declaró persona no grata fue justamente dos días después de que se presentara un antejuicio en su contra”.
La reacción del 31 de agosto de 2018 se produjo tras la presentación previa de otro antejuicio contra Morales por financiamiento electoral ilícito.
“Con lo que tomó no solo la decisión del cierre de la Comisión, de la no continuidad. Además de la manera cómo lo hizo: en una alocución pública respaldado por varias decenas de militares como en una demostración de fuerza, mientras al frente de la sede de la CICIG había vehículos militares artillados; y luego, 3 o 4 días después me prohibió el ingreso al país de manera que durante todo este año estuve [trabajando desde] fuera de Guatemala”.
Velásquez recordó que Morales mantuvo esa disposición pese al fallo de la corte constitucional que dejaba sin efecto la decisión del presidente en la que lo acusaba de ser un peligro para la seguridad nacional.
“En fin, el Gobierno del presidente Morales dijo que no acataba decisiones que ellos refutaban ilegales y que se reservaban el derecho de cumplir las decisiones de la Corte que consideraran que se debían cumplir, ese franco desacato del presidente no le produjo ninguna consecuencia”.
“La ciudadanía guatemalteca tuvo la gran oportunidad de ver cómo se movían los hilos del poder, cómo se funcionaba en las acciones de corrupción, pero también cómo se lograba controlar la respuesta garantizándose la impunidad de la que habían disfrutado por tantas décadas”, Iván Velásquez.
El mandato de Morales vence a fin de año y el Comisionado no ha mantenido ningún tipo de contacto con el presidente electo, Alejandro Giammattei, vencedor en los comicios celebrados en junio y agosto de este año. Sin embargo, Iván Velázquez espera que el nuevo mandatario mantenga una voluntad firme contra la corrupción
“Espero que asuma con sinceridad sus propósitos anticorrupción y los desarrolle en el país, porque si algo dejó en claro todas las actividades de investigación de la CICIG con la Fiscalía Especial Contra la Impunidad es el alto grado de corrupción en el país, que la hemos caracterizado como sistémica, estructural, que ha producido una verdadera captura del Estado. Esperamos que se den cuenta de la gravedad de la situación en Guatemala”.
Esta “captura del Estado”, como la define el Comisionado, facilita también las acciones del narcotráfico en el país “con toda la gravedad que esto representa para Guatemala, que es un país muy importante como parte de la travesía de la droga que desde el sur del continente llega hasta Estados Unidos, y que ha significado también una situación muy complicada en el interior del país por el gran poder que los grupos de narcotraficantes han venido adquiriendo”.
La CICIG consiguió tocar el corazón del poder en Guatemala y su personal encaró obstáculos constantes que, no obstante, no impidieron conseguir que siguiera adelante con su trabajo, un compromiso que Velásquez elogió.
“Personas a las que se les canceló el visado o que no se les renovó y que estuvieron fuera del país, aunque no existía una alerta migratoria de manera que podían regresar al país, ellos, asumiendo ese riesgo, regresaron y continuaron trabajando hasta el último momento”.
El pueblo con la CICIG
Una de las constantes con las que se encontró la CICIG durante su mandato fue el firme apoyo popular. Pese a este amplio consenso y al respaldo social que generó su presencia en el país, el Comisionado se mostró escéptico respecto a un futuro regreso y destacó que, en caso de suceder, dependerá de varios factores.
“Me parece que en gran parte dependerá de estos próximos meses. De cómo van a asumir sin este mecanismo de cooperación internacional la función de la justicia, del Ministerio Público, de cómo va a ser la reacción de la sociedad organizada, de las organizaciones de la sociedad civil. Pero también las reacciones de grandes colectivos como los pueblos indígenas, que son uno de los que más fuertemente presentaron siempre el respaldo a la Comisión. Ver cómo va a ser el funcionamiento de las instituciones de justicia en este tiempo, cuál va a ser la actitud del nuevo gobierno y cómo va a ser la reacción de la ciudadanía en todo el país.”
Los tres comisionados que dirigieron la Comisión
durante sus 12 años de actividad en Guatemala fueron:
el fiscal español Carlos Castresana Fernández
(septiembre 2007-julio 2010),
el fiscal costarricense Francisco Dall´Anese Ruiz
(agosto 2010-agosto 2013)
y el fiscal colombiano Iván Velásquez Gómez
(septiembre 2013-septiembre 2019).
El futuro de Guatemala
Un país por el que mostró su preocupación ya que no es optimista acerca de su presente, pero sí en cambio de su futuro, pues considera que los pueblos están encaminados al progreso y que finalmente “encuentran la ruta adecuada” para el funcionamiento de las instituciones. Velázquez confía también en que se alcance un verdadero “Estado de derecho democrático”.
“En el presente inmediato del país la situación es muy delicada. El acrecentamiento de la actividad del narcotráfico debe generar una gran preocupación a las autoridades, a los sectores de influencia del país, a los empresarios y a la ciudadanía en su conjunto.
Esta situación, unida a esa gran corrupción que queda no solo diagnosticada en el informe temático llamado “Guatemala: Un Estado capturado”, sino de la forma cómo se ha venido incidiendo, tanto en estos fenómenos de gran corrupción como en los de narcotráfico que genera violencia y también impunidad, en un fenómeno que a Estados Unidos le afecta de manera muy directa que es el tema de la migración. De qué manera el narcotráfico y la gran corrupción han incidido en este fenómeno creciente y creo además que debería motivar la preocupación de la comunidad internacional”.
Pese a esta complicada situación, el Comisionado cree que tras la salida de la CICIG a la sociedad guatemalteca le queda como herencia el conocimiento de la realidad y una gran dosis de verdad.
“La ciudadanía guatemalteca tuvo la gran oportunidad de ver cómo se movían los hilos del poder, cómo se funcionaba en las acciones de corrupción, pero también cómo se lograba controlar la respuesta garantizándose la impunidad de la que habían disfrutado por tantas décadas”.
Unos abusos que Velásquez cree que pueden volver a materializarse.
“Sí, creo que es muy factible que haya retrocesos [en cuanto a impunidad] y me parece que pueden presentarse dos situaciones simultáneas: de un lado una ola de persecución, de criminalización de los exfuncionarios de la CICIG, pero también de fiscales y de jueces que se comprometieron en la lucha contra la corrupción. Por otro lado, que empiecen a producirse decisiones de impunidad porque, pese a que las investigaciones están sólidamente sustentadas desde el punto de vista probatorio, pero es muy posible que ahora muchos jueces adopten decisiones en contra, generando absoluciones, precisamente porque vuelve ese momento de acciones de impunidad generalizada que se vivía en el 2006 -2007, cuando se estableció la Comisión”.
Ante este complicado escenario, el Comisionado mencionó dos elementos clave para el futuro de Guatemala que fueron “el sustento” de la CICIG durante los últimos años: la participación ciudadana y los medios de comunicación independientes.
“Que todo lo que se vaya produciendo en el país pueda generar de parte de estos dos pilares de la lucha contra la corrupción y contra la impunidad, las reacciones necesarias para frenar ese retroceso que podría surgir, también será importante una actitud vigilante pero activa de la comunidad internacional. Guatemala requiere mucha cooperación de la comunidad internacional pero esa cooperación tiene que generarse también de manera que se les exija a las autoridades guatemaltecas que asuman un compromiso real con la vigencia del Estado de derecho”.
El legado transformador de la CICIG
De todos modos, frente a lo que podría considerarse una visión desoladora del futuro de Guatemala, el Comisionado tiene confianza en que la ciudadanía tenga la capacidad, el valor suficiente y la convicción necesaria para continuar trabajando en la construcción y fortalecimiento de instituciones en su país.
“Se han producido avances, lo que ocurre es que ahora con esta oleada regresiva de impunidad que se logró establecer en el país en los dos últimos años hay mucha preocupación, pero también hay avances de las organizaciones de la sociedad civil que se han ido conformando a partir de las manifestaciones del año 2015”.
En este apartado destacó la conciencia de los estudiantes sobre la situación de su país y la participación de las poblaciones indígenas.
“Ese conjunto de actores de la sociedad finalmente van a lograr recuperar al país para todos…y es mi esperanza que todo el sacrificio que hemos hecho durante estos años acompañando a Guatemala a tratar de resurgir no se pierdan y, por el contrario, se transformen en más acciones de construcción de democracia, de Estado de derecho, que es lo que se requiere para una vida en dignidad como se merecen todos los guatemaltecos y guatemaltecas”.