Columna Política «La Feria», Sr. López (27-VIII-19).- Más aburrido que un caracol panteonero soltero, el abuelo Armando recluido siete meses en la Sierra de Durango, deslindando las tierras de los tepehuanos, por instrucción precisa del presidente Cárdenas, decidió enseñarle a jugar ajedrez al Jefe de la tribu, viejo de preclara inteligencia, acostumbrado desde el destete a mandar y ser obedecido. Colocadas que fueron las piezas en el tablero y explicado el movimiento de cada una de ellas, el Jefe de la tribu preguntó de qué se trataba aquello: -De dar mate el Rey –explicó don Armando; para acto seguido, ver estupefacto que desenfundó su revolver el Gran Jefe y nomás diciendo: -Hágase a un ladito, ingeniero –dio certero balazo a la pieza que representaba al Rey-… ahí cuando quiera jugamos otra vez –dijo regresando la pistola a la funda. Ni canicas le enseñó.
Cuando Colón regresó a informar a los Reyes Católicos que había llegado a Oriente (nunca supo que topó con nosotros), como no encontró especias (motivo principal de la excursión), ni oro que justificara el viaje de él y sus amigos, se le ocurrió en su segundo viaje (1493) mandar 500 indios y venderlos como esclavos. La reina Chabelita, se puso como furia, pues si esas tierras eran conquistadas para su reino, sus habitantes eran sus súbditos y no podía haber súbdito español esclavo. De sus ahorritos mandó recomprar a los indios, les devolvió la libertad y les pagó el boleto de regreso. No tiene nada que ver esto con nada de nuestro México de ahora, pero se lo cuento para que sepa que no todo el que manda, atropella.
El Presidente se ha comprometido a entregarnos en 2024, un país nuevecito que nos va a costar trabajo reconocer, transformado, con medio motor nuevo, servicio completo, hojalateado, pintado, pulido, vestiduras nuevas y llantas cara blanca.
A esos efectos, hemos de comprender que no todo lo que debe hacer puede respetar las reglas del juego, hay cosas más importantes que la ley (se solicita información). Mire usted, por ejemplo: el Programa de Estancias Infantiles de Sedesol atendía el año pasado a 315 mil niños, en 9 mil 200 estancias. Pasó el programa a la novísima Secretaría de Bienestar Social (ya no se llama Sedesol, con todas las ventajas que eso conlleva), y le bajó el presupuesto de 4 mil 70 millones de pesos a 2 mil 41. La mitad para que estemos seguros de que no haya corrupción. El dinero lo van a recibir directamente mamás, abuelitas y comadres, pero alcanza para más o menos la mitad. Los demás niños o no existían o eran negocio de corruptos y relapsos… ¡y eso sí que no! (y ¿si se hubiera revisado cuántos niños eran cachirules antes de recortar?… no, no, eso es pensar en fifí, ¡fuchi!). Se corta por lo sano y los que no coman… pues para que se vayan a acostumbrando.
No son pocas las decisiones arbitrarias de este gobierno. Unas muestras:
Dispersión de secretarías de Estado por todo el territorio (¿ventajas, desventajas, ahorros, conveniencia, eficacia?… ¡pelillos a la mar!). Recorte al programa para la prevención y atención de cáncer cérvico-uterino (ni que tengamos escases de partos… ¿hay muertas… bueno, qué creían que eran eternas?). Cancelar la residencia oficial de Los Pinos (por falta de parques, museos y centros de diversión). Alojarse el Presidente y su familia en Palacio Nacional sin estudio de seguridad, costo, área para helipuerto y como es monumento nacional (no domicilio particular de nadie), sería interesante saber si se modificó previamente el Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (30/12/2013), y lo normado en el artículo 36, fracción I, de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos. ¡En qué cosas se fija uno, conservador anti 4T que es! ¿Por cierto y si después le da por vivir en Bellas Artes, se vale?
También tiene un tufillo a calzones presidenciales la suspensión del programa de subsidios para la prestación de servicios de refugios para mujeres (a lo mejor había corrupción en eso también, ya ve… los de antes eran terribles).
La justificación financiera para la venta del avión presidencial que NO es propiedad del gobierno: es un contrato de arrendamiento financiero que seguimos pagando, sin usarlo, nada más que ahora está estacionado en un hangar en los EUA, que nos cuesta con tal de no usar el garage propio que acá tenemos. Este año México pagará 450 millones de pesos por las letras (el contrato de arrendamiento), sin usar el avión, más la renta de hangar. Chulada, Pero hay cosas de principios, no todo es dinero (más lo que se gasta en boletos de aviones comerciales para él y sus no pocos acompañantes).
Cerrar las oficinas de ‘Promoción turística de México’ en el mundo y apostar al turismo doméstico, porque el inmensamente ignorante don Torruco, trepador profesional del turismo y secretario del ramo, dijo que esa era la apuesta: reciclar el dinero dentro de México en vez de captar divisas extranjeras: ¡genio!… pero en el primer semestre de este año, ya cayó el turismo doméstico. ¡Lástima Margarito!
Lo del NAIM en Texcoco ni se lo menciono. Lo del próximamente fallido Santa Lucia, menos. Y por no abusar, tampoco se dice nada del trenecito Maya ni del paso Golfo Pacífico o Dos Bocas.
El subejercicio en los primeros seis meses del gobierno del presidente López Obrador ronda los 100 mil millones de pesos y al paso que va a finales de año terminará en 200 mil millones de pesos. Según Hacienda al 20 de agosto pasado, los cinco programas sociales de la 4T, los programas de presumir del gobierno de López Obrador, llevan un subjercicio de gasto de más de 21 mil millones de pesos (Crédito Ganadero a la Palabra, Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, el Programa de Mejoramiento Urbano –PMU- y el Programa de Microcréditos para el Bienestar); y Jóvenes Construyendo el Futuro, que es un exitazo oficial (ya 900 mil chamacos becados del millón planeado), solo ha ejercido el 32% de lo programado para el primer semestre.
Bueno… le quedan cinco años, un mes y cinco días. Paciencia.