Columna Política «La Feria», Sr. López (24-VII-19).- La abuela paterna, Elena (la de Autlán de la Grana, Jalisco), contaba que allá a principios del siglo XX, un hermano de su papá, tío Magno, ranchero de muy pocas pulgas, macho de diccionario enciclopédico, tenía nueve hijos: ocho varones y una nena que era la niña de sus ojos. La nena, como ordena nuestra madre Natura, llegó a la ‘edad de merecer’, pero sin pretendientes, dado el alto grado de riesgo que representaba su señor padre. Un día, resultó que como manda nuestra madre Natura, la doncella ya no lo era, estando más embarazada de lo tolerable por su progenitor, quien lanzó amenazas de novela de caballería y aunque su hija pregonaba llorosa que estaban enamorados y se querían casar, tío Magno exigió saber quién había manchado el honor de su familia (nociones ginecológicas muy extrañas del tío), para ‘cobrar la afrenta’. Sabido que fue el nombre, convocó a sus huestes (los ocho hijos), les hizo saber el entuerto, ensillaron las monturas y salieron al galope rumbo al rancho correspondiente. Luego se supo, contaba sonriendo la abuela Elena, que asesorados por la mamá de la nena, esposa del tío Magno, los enamorados estaban de acuerdo y coordinados, pues en el otro rancho los estaba esperando el causante del estado de la nena, con su padre al lado… y cerca de 20 matreros con fusil al hombro en actitud muy resuelta (apuntando). Tío Magno, sin desmontar, súbitamente sereno, dijo: -… vengo por una disculpa -el padre del enamorado respondió: -Dela por presentada y el domingo en misa le entrega la chamaca a mi hijo –y el resto de su vida cargó el tío Magno con el sambenito de haber ido por una disculpa. Tan bravo.
El 29 de mayo pasado, nuestro Presidente de la república recibió en Palacio la visita de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, quien después de conversar con él, salió a felicitarlo ante la prensa por buscar impulsar un crecimiento económico inclusivo del país; por su lado, nuestro Presidente señaló que había una nueva relación con el organismo internacional. Hubo fotos, muy sonrientes.
Este martes 23 de julio, el FMI emitió su actualización de las Perspectivas de la Economía Mundial, en que redujo el 43.75% la proyección de crecimiento para este año de la economía tenochca (bajó del 1.6% estimado en abril, al 0.9%… si hay suerte).
El FMI señaló que tal desbarrancada obedece a las rebajas de las calificaciones crediticias de México. O sea, no nos vamos a poder burlar de esas perversas calificadoras que no se comprometen con la 4T y nomás están (igualito que la prensa fifí), viendo la realidad para criticarla sin entrarle a la transformación nacional. Qué feo.
En plan de explicar las cosas, el FMI a tientas, porque hasta diciembre será editado el libro de ‘Economía Moral’ escrito por nuestro Presidente (con base en la teoría económica ‘Me canso ganso’), dijo que el bajón es porque: “La inversión sigue siendo débil y el consumo privado se ha desacelerado, como resultado de la incertidumbre en torno a las políticas, el deterioro de la confianza y el aumento de los costos de endeudamiento, que podrían seguir aumentando tras la reciente rebaja de la calificación soberana”.
… incertidumbre en torno a las políticas… deterioro de la confianza… más cara la deuda (por los chistecitos de las infames calificadoras)… eso calienta, es una alusión directísima a las políticas establecidas (?) por nuestro actual gobierno.
Gracias al Dios en que cada uno crea, de inmediato tuvo respuesta el pérfido FMI en voz de nuestro Presidente en su mañanera de ayer mismo, quien dijo que las recetas de esa organización financiera internacional, desataron la violencia y la inseguridad… y aprovechó para aclarar que sí, que por supuesto vamos a crecer este año el 2%. Pa’ que se lo sepan. También dijo:
“No le tengo confianza a esos organismos porque impusieron la política neoliberal, todos esos organismos deberían de ofrecer una disculpa al pueblo de México y hacer una autocrítica de que sus propuestas fueron un fracaso”.
Por el momento queda suspendida la ‘nueva relación’ con el Fondo, festejada en mayo, porque el FMI es un impulsor del neoliberalismo, cierto, pero no podía ser de otro modo: lo fundaron junto con el Banco Mundial, las países aliados para una vez ganada la Segunda Guerra Mundial, ordenar la economía mundial conforme a sus intereses (conferencia internacional de Bretton Woods, New Hampshire, EUA, julio de 1944), por eso impulsan sin rubores el Consenso de Washington de los años 80 (reducción del gasto público; reducir progresividad de impuestos; privatizar empresas públicas; liberalización del comercio y los mercados de capitales; minimización de condiciones a la entrada de inversión extranjera directa y desregulación de los mercados laborales… o sea: lo que hicieron de la Madrid, Salinas, los demás y Peña Nieto).
El FMI será una birria… pero estamos dentro, debemos muchísimo y no es momento de pelear con quien tiene el pandero en la mano, porque además, fuera del FMI no hay nada: Banco Mundial y FMI, forman parte del sistema de las Naciones Unidas. Y la URSS se evaporó, se le recuerda. ¡Ah!… y el reparto desigual de la riqueza no es responsabilidad del FMI sino nuestra. Ellos no tienen interés en que haya tanto pobrerío… somos malos clientes.
Ahora nos resta esperar a ver si el FMI nos pide disculpas. Va a tener que hacer cola porque estamos esperando antes al Rey de España, al Papa, ellos dos por la Conquista; al Financial Times, por decir que nuestro Presidente no ve la realidad y no oye a nadie; a los promotores de las reformas estructurales del sexenio pasado (hartos)…
Suponga que le dan gusto y le piden disculpas… ¿luego?… la realidad ahí seguirá aunque en el FMI estuvieran muertos de pena… necesitamos crecer y para eso, necesitamos un gobierno eficiente, una iniciativa privada con certeza en reglas claras, disminuir la inseguridad, la violencia y la corrupción, cosas internas, que nos toca hacer a nosotros… disculpe usted.