10 de junio del 2019.- Aunque de manera muy desigual, nuestro mundo está interconectado y la tecnología digital puede ser tan beneficiosa para el desarrollo como perniciosa para los derechos humanos y al revés. Un grupo de expertos, convocado por el Secretario General, revela sus recomendaciones para embridar la revolución tecnológica.
La era de Internet, la eclosión de los teléfonos móviles, el impacto presente y futuro de la inteligencia artificial, las amenazas a la privacidad en línea, las brechas de información en aplicaciones o sitios web y las sospechas sobre la influencia en la alteración de resultados electorales de diversos países.
No hay duda de que vivimos una era en que la tecnología digital está transformando las sociedades a una velocidad insospechada y, al mismo tiempo, logra avances sin precedentes a la vez que plantea nuevos y profundos desafíos.
Por esa razón, el Secretario General de las Naciones Unidas encargó al Panel de Alto Nivel Sobre la Cooperación Digital, que comprende a veinte líderes del mundo empresarial, político, académico y civil, la elaboración de un informe que investigara sobre cómo este tipo de cooperación puede contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización.
La respuesta nos la proporciona Isabel Guerrero, miembro del Panel, fundadora y directora ejecutiva de la ONG Imago Bases Globales y profesora en la Universidad estadounidense Harvard Kennedy. Guerrero lleva trabajando en temas de desarrollo desde hace treinta años.
“Si ves los Objetivos de Desarrollo Sostenible y empiezas a pensar en lo que la tecnología podría hacer por el desarrollo, una de las cosas más difíciles para un gobierno es, por muy buenas intenciones que tenga, llegar hasta la última milla: porque es muy caro, porque es muy remoto, porque uno no tiene la capacidad humana ni logística de llegar ahí. La tecnología hoy en día te permite llegar con servicios de salud a través de aplicaciones, a través de videos, en donde lo que necesitas en la última milla es un servicio básico de salud y puedes usar a través de la tecnología servicios más especializados de consulta, por ejemplo. O ahora hay aplicaciones que pueden diagnosticar la malaria y llegar hasta la última milla. Entonces, la tecnología puede lograr acelerar las metas de desarrollo sostenible”.
Construir una sociedad y una economía digital
Sin embargo, la inclusión digital no es equitativa en todo el mundo y una de las primeras recomendaciones del informe es que todos los adultos tengan acceso asequible a la tecnología, así como a servicios financieros y de salud con soporte digital para el año 2030, en línea con la fecha de consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“Por otro lado, más del 50% de la población no está conectada por eso es que hablamos de que la conexión digital, la inclusión digital, debería ser considerada como un bien público, en donde la conectividad con todos, el contenido relevante, las apps relevantes, los algoritmos relevantes para todos son muy importantes para conseguir este potencial de la tecnología; y que no es solamente conectar con el internet sino también crear las capacidades, no solamente para el uso de tecnologías, sino también para codificar, para poder hacer apps que sean hechas por gente del lugar y que se adapten a las necesidades de esta última milla. Todo este apartado de inclusión fue una parte muy fuerte, ahí sí el consenso fue muy rápido y especialmente con el tema de incluir a las mujeres y a la gente joven”.
ITUUna mujer demuestra como funciona una aplicación de inteligencia artificial en robótica durante una conferencia en Ginebra.
Apoyo a las mujeres, jóvenes y personas con menos recursos
De este modo, el informe llama al sector privado, la sociedad civil, los gobiernos nacionales, los bancos multilaterales de desarrollo y a las Naciones Unidas a adoptar políticas específicas que apoyen la plena inclusión e igualdad digital para las mujeres y los grupos tradicionalmente marginados.
Asimismo, destaca la urgencia de acordar un conjunto de indicadores para la inclusión digital cuantificados a nivel global y detallados con datos desglosados por sexo en los informes anuales de instituciones como las Naciones Unidas o el Fondo Monetario Internacional y que sirvan para crear estrategias y planes de acción.
“Trabajo con muchas organizaciones de mujeres y he visto, por ejemplo, en la India, donde trabajo con una organización de dos millones de mujeres que son las más pobres de las pobres, es impresionante cómo se sienten empoderadas cuando tienen acceso a un teléfono inteligente o cuando están en el campo y consiguen datos sobre lo que están cultivando. Entonces, creo que las mujeres, especialmente las mujeres jóvenes, son las que están demandando más.
Dicen: yo no sabía leer ni escribir y ahora se leer y escribir, pero siento como si no supiera porque no sé manejar la tecnología. La demanda por parte de las mujeres es muy alta y yo creo que hay que aprovechar eso para conseguir que a través de la tecnología las mujeres puedan lograr dar un salto mucho más rápido del que se puede una a una o poco a poco”.
Establecer soportes técnicos locales y globales
Igualmente, el estudio recomienda la creación de servicios de asistencia técnica digital de ámbito regional y mundial para ayudar a los gobiernos, la sociedad civil y al sector privado a resolver los problemas digitales y desarrollar las aptitudes para dirigir la cooperación relacionada con los embates sociales y económicos producidos por las tecnologías digitales.
“En las consultas con Latinoamérica me sorprendió el hecho de que había muchas menciones de la necesidad de capacitar y esto venía de gente que estaba en altos niveles gubernamentales. Entonces pensé que, si en Latinoamérica hay esta necesidad, ¿cómo va a ser en África o el sur de Asia?
Escuchamos de muchas consultas que la necesidad de construir la capacidad a nivel local es muy importante y eso no lo puede hacer solamente el gobierno. El sector privado ha de tener un rol importante sino no se va a poder conseguir cerrar esta brecha de capacidades de una manera fundamental hacia el primer nivel, si es que no tenemos a las oenegés, al sector privado, al gobierno, a las agencias internacionales, todos enfocándose en el tema de capacidad, y no es tan difícil. Conozco organizaciones de alumnos míos en el Kennedy School que han empezado a enseñar código a refugiados en París y les ha ido muy bien, han aprendido muy rápido. Creo que es mucho menos complicado de lo que parece cuando uno piensa en eso.
Un tercio de los usuarios de internet son niños. Foto: ONU Vietnam/Aidan Dockery
La protección de los derechos humanos en la era digital
Pero a todos estos factores hay que sumarle un tema de una importancia fundamental para los integrantes del Panel: la compleja relación de los derechos humanos con la tecnología.
“Una de las recomendaciones superimportantes es preservar la dignidad humana, la capacidad de elegir y la capacidad de intervención. Por un lado, con la inteligencia artificial las decisiones a vida o muerte no pueden ser delegadas a las máquinas. Tienen que tener estándares éticos humanos y el ser humano tiene que ser quien al final de cuentas sea responsable.
La segunda es tener la capacidad de ser olvidado; la capacidad de tener privacidad, la privacidad dentro de los derechos humanos cobra una nueva dimensión hoy en día.
También relacionado con la dignidad está el sesgo de los algoritmos. Cuando haces un algoritmo basado en una población específica te va a dar proyecciones, te va a dar productos que van a esos habitantes, pero no a la población que está excluida. La responsabilidad legal, ética, la necesidad de saber qué están haciendo con los datos de uno, su privacidad, son todas partes de derechos que son humanos y que, a medida que se desarrolla la inteligencia artificial, van a ser más y más relevantes”.
Además, el informe pide la creación de un Compromiso Mundial sobre Confianza y Seguridad Digitales que sirva para modelar la sostenibilidad digital y reforzar la aplicación de normas para el uso responsable de la tecnología.
Igualmente, solicita al Secretario General impulsar un proceso consultivo que sirva para desarrollar mecanismos actualizados de cooperación digital mundial, utilizando como punto de partida las opciones propuestas por el Grupo.
Contar con una serie de valores y principios
Pero el Panel no se detuvo en las recomendaciones y también entendió la importancia de establecer una serie de valores comunes que, según sus palabras “adquieren aún más relevancia durante los períodos de cambios rápidos, información limitada e impredecibilidad, como ocurre con los debates actuales sobre cooperación en materia de inteligencia artificial”. Guerrero nos explica cómo se gestó el listado de valores.
“Empezamos a trabajar en agosto del año pasado y desde el principio todos los miembros del Panel tuvieron superclaro de que querían algo muy enfocado en unos pocos temas para poder abordarlo en detalle. Rápidamente surgió el hecho de los valores y de los derechos humanos. Eso fue muy interesante porque teníamos gente que está muy metida en robótica, en aspectos cibernéticos y nos decían: ¿Ustedes creen que hoy en día les cambió la vida con Los teléfonos y las casas inteligentes? Espérense que lleguen los robots. Y por eso, los valores son tan importantes en cualquier conversación de cooperación digital.
Los nueve valores que identificó el grupo de expertos fueron:
La Inclusión, para dejar a nadie atrás; el respeto, por los derechos humanos y la dignidad humana; centrados en el ser humano; buscar el bienestar humano; transparencia; colaboración; accesibilidad; sostenibilidad y armonía.
Una declaración con ansias fundacionales
Pero aparte de sentar los cimientos de cómo la tecnología puede ayudar al desarrollo, el informe va más lejos e incluso se atreve a proponer a todas las partes interesadas a comprometerse a una Declaración de Interdependencia Digital.
Un documento que sus autores esperan que pueda llegar a ser una piedra fundacional como en su día lo fue la Declaración Universal de Derechos Humanos.
“Eso es lo que esperamos. Esperamos que lo que estamos haciendo sea una piedra fundacional para otras iniciativas. El tema es tan amplio que nosotros no podemos recomendar y cerrarlo de ninguna manera. Pero nos pareció que esto sí era una piedra fundamental, tal cual como son los derechos humanos, sí”.