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Detallitos (Columna Política «La Feria»)

Columna Política «La Feria» Sr. López (01-V-19).- Tío Emilio quería divorciarse de tía Candy (no, no era gringa, es que se llamaba Cándula, y ni modo de decirle así), su decisión era definitiva. Le recomendaron un abogado que era un león con rabia pues, en aquellos viejos tiempos no era nada fácil un juicio de divorcio y no era raro que los jueces no lo concedieran, en fin: otra era. El caso es que cuando el tío le dijo al letrado que la única razón que tenía para pedir el divorcio, era que desayunaba huevos tibios (tres minutos), y que se los servían fríos, recién salidos del refrigerador (sí, ya había y Colón ya había topado con el continente, no sea así), y el abogado le dijo que no, que no era causal de divorcio… pero cambió de opinión cuando el tío explicó bien su caso: diario, durante 23 años, diario, le había pedido que por favor le hiciera los huevos temprano, que no quería seguir desayunándolos todos los días, helados, porque la señora, muy práctica, los hacía la noche anterior y como le daba flojera levantarse, le pedía que él los sacara del refri y se los comiera. ¡Divorcio concedido! (y el juez le echaba miradas asesinas a tía Candy, contaba tío Emilio, vaya usted a saber).

¿Cómo se llega a estar como está Venezuela? (le ahorro todo el antecedente, todo mundo estamos al tanto)… ¿cómo?… de a poquitos. Así. Hoy una cosita, mañana otra, y todo se va desordenando hasta que arde un país entero.

Lo peor es que en no pocos medios de comunicación (al menos de este nuestro risueño país), se trata el caso como un “Golpe de Estado”, sin serlo. Que no es.

El caballerote Nicolás Maduro es tan presidente de Venezuela como la Chimoltrufia, Miss Mundo.

Para abrir boca, es discutible la legalidad de su llegada al poder como Presidente Encargado, a la muerte de Hugo Chávez, el 5 de marzo de 2013, pues don Huguito (que en Gloria de Dios esté), no había tomado posesión del cargo para el que lo reeligió la ciudadanía de su país, por lo que no aplicaba la ley que prevé en su Constitución la falta absoluta (muerte, pues), del Presidente durante los primeros cuatro años de su periodo:

“Artículo 233: … Si la falta absoluta del Presidente o Presidenta de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva”.

Y como don Nico era vicepresidente de su país, sí aplicaba el “artículo 229: (…) No podrá ser elegido Presidente o Presidenta de la República quien esté de ejercicio del cargo de Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, Ministro o Ministra, Gobernador o Gobernadora y Alcalde o Alcaldesa, en el día de su postulación o en cualquier momento entre esta fecha y la de la elección. El vicepresidente en el ejercicio de su cargo no puede presentarse a las elecciones”.

Por eso le urgía ser aceptado como Presidente Encargado, para sacarle la vuelta a su inelegibilidad por ser vicepresidente. Pero, en fin, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela dijo que sí y ellos deben saber más que uno. Y como tenía que celebrar elecciones en 30 días, los aprovechó desde el poder usar descaradamente todos los recursos del Estado y ganar las elecciones, entre muchas de protestas domésticas y cuestionamientos de la mayor parte de la prensa internacional y no pocos Estados (de los seriecitos).

Como sea, se montó en la presidencia para el periodo 2013-2019, haciendo a un lado otro detallito: se sospecha con fundamento que ni siquiera es venezolano: aparece registrado su nacimiento en cuatro distintos lugares de ese país, pero los rumores insisten en que es colombiano… ¡pelillos a la mar!

Ya encarrerado, el año pasado se reeligió Presidente, con una convocatoria ilegal por los cuatro costados, realizada por un Poder Legislativo balín (la Asamblea Constituyente), nombrada por decreto de él mismo, haciendo como que no existía el verdadero Poder Legislativo (la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, Órgano Unicameral que ejerce el poder legislativo), pues en la Asamblea Nacional no tenía mayoría. ¡Qué tanto es tantito!: puso su propio Poder Legislativo y les repitió la dosis de inequidades y trampas. Y ahí sigue sentado en la silla presidencial.

Reprobaron en su momento esta tercera vez que el señorcito se trepa al poder, los gobiernos de los Estados Unidos y todo el Grupo de Lima (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú).

La Asamblea Nacional, usando sus facultades nombró como Presidente de a de veras a un tal Juan Guaidó, que allá debe ser muy conocido, pero uno, ni el gusto.

Por eso no es Golpe de Estado lo que ahorita está pasando allá, porque es ilegítima la presidencia que usurpa don Nico… dicen.

Como sea: el país está hecho garras. Semejante país. ¿Y cómo llegaron a estar así?… de a poquitos, con una minoría que se hartó de abusar de enormes mayorías que por eso, idolatraron a Hugo Chávez, pues llegó a romper progenitoras -no seamos vulgares-, y todo le celebraban, y entre más arbitraria fuera una decisión dictatorial de Chávez, más gusto le daba a la raza de allá. Y como don Huguito antes de pasar a mejor vida les dijo que eligiera a Nico, pues con Nico están… estaban, porque el tío Sam les apretó las tuercas y están -literalmente-, muriéndose de hambre.

De ahí la inmensa importancia de que no se nos vaya a olvidar a ninguno, que la ley es para respetarse. Serio.

¿Por cierto?… con qué Ley Orgánica, con cuál Ley General de Registro de Detenciones y  con qué Ley Nacional de Uso de la Fuerza, entró en funciones la Guardia Nacional en Minatitlán, Veracruz, el pasado 26 de abril… con ninguna ley. La Constitución dice que eso sí existe y que operará conforme a esas leyes que aún no existen: ¡qué moler con los fifís!… esos son detallitos.

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