Columna Política «La Feria» Sr. López (11-III-19).- PorSi preguntaban a tío Chelo (Marcelo, de Autlán, lado paterno), cuánto tenía de casado, respondía, claro que sí; pero tía Queta, su esposa, siempre lo corregía: -No descuentes los cinco años que me tuviste de querida, también cuentan –y el tío se incomodaba por tamañas franquezas. Pero tenía razón la tía. Cuentan, todo cuenta.
¡Ternuritas!… como diría nuestro Presidente, ternuritas los comentócratas que analizan los resultados de los primeros cien días del presente gobierno federal, cumplidos ayer domingo, según ellos, sin caer en cuenta que se cumplieron el 9 de octubre de 2018, contando desde el 2 de julio de ese santo año del señor de Macuspana (¿oh qué, va usted a poner en duda que el 2018 fue EL año de Andrés Manuel López Obrador?, no sea díscolo… con el trabajo que le costó).
El país ha sido gobernado por él desde el 2 de julio, si por gobernar entendemos conducir o dirigir, porque siendo cierto que no tenía la administración de los caudales públicos, el timón, sí (además, don Peña Nieto, aliviado, le entregó los trastos para que ya se encargara él de terminar la faena de ese toro -550 kilos, bragado, corniabierto, gran alzada, de nombre, “Reformas”, de la afamada ganadería El Yanqui-, y lo matara, bien matado, de una sola estocada, dada con respeto, como los buenos toreros).
Y si piensa usted que para no variar este López exagera (hay de otros López… ¡oh, sí!, como los de Tabasco… qué diera uno, en fin, Dios no concede caprichos ni endereza jorobados -a la fecha, ni uno-, muertos sí ha resucitado, los jorobados no son su línea y jorobados quedan); si cree que es una apreciación muy subjetiva de un columnista que ni a fifí llega, entérese que la británica y respetable BBC, así lo consideró el 1 de agosto de 2018, refiriéndose a la extraña situación de esta manera: “México: el inédito ‘gobierno paralelo’ de López Obrador a un mes de su elección… y el anticipado ocaso de Enrique Peña Nieto”. La porra delirante, grita: ¡Eeeh… p…!
No finjamos que no. Desde antes de asumir legalmente el poder, lo ha ejercido, a plenitud. Haga memoria:
Decidió la cancelación de las estratégicas, cruciales y determinantes para el país, obras en proceso del aeropuerto en Texcoco, con pérdidas de miles de millones de pesos y dólares, mediante una consulta popular realizada el 28 octubre de 2018, por sus morenos calzones, y el gobierno federal saliente ya en modo “pausa”, detuvo la asignación de cuatro contratos para los sistemas de distribución de combustible y los de iluminación de pistas de aterrizaje; los constructores empezaron los despidos de obreros y fueron a las oficinas de la colonia Roma a presentar sus respetos, doblar la cerviz y pedir clemencia y gracia: el que manda, manda y mandaba AMLO, desde meses antes de asumir el cargo. ¡A volar el aeropuerto!
Por si le parece poco, no olvide que un representante personal del electo y no en funciones Presidente López Obrador (don José Antonio Seade Kuri), participó en la importantísima renegociación del importantísimo TLC (hoy TMEC), y participó aportando buenas ideas y ayudando bien, sí, pero en calidad de… de nada, pero de parte del señor que aún no era Presidente y ejercía de Presidente. Faltaba más… ¡pelados estos!
Como candidato ganador impuso sin un sombrerazo, su agenda legislativa al soberano Poder Legislativo, reordenando a su gusto y mejor criterio la administración pública federal.
Igual, sin pudores falsos, se reunió con treinta gobernadores del país, quienes le otorgaron trato de Presidente, impúdicamente, esos sí, porque, digo, solo autistas y sordomudos, no se hubieran dado cuenta de que él era y es, la personificación del Plutarco Elías Calles del siglo XXI mexicano… más mansito, eso sí, porque don Plutarco arreglaba las cosas al modo de entonces, por ejemplo el fusilamiento exprés del general Serrano, otros dos generales y 10 gorrones que iban de música y acompañamiento, el 3 de octubre de 1927, en Huitzilac, Morelos… y ahora, de veras, no tenemos perspectiva, por unos abucheos mamones hacemos escándalo (perdone la licencia, pero esa palabra “mamar”, no es obscena, no se espante); pero de que nuestro actual Presidente con o sin intención sigue los pasos de don Plutarco, no tenga duda: está refundando completo el Estado mexicano y sus instituciones. No se distraiga: las aparentes metidas de pata y contradicciones, no lo son, son los golpes de timón que hay que dar al navegar en aguas procelosas, pero él va a lo que va: a transformar a México, lo ha dicho y lo está intentando.
Y si le quedan dudas de que es Presidente de México desde julio del año pasado, nomás recapacite en que en el mes de agosto lo visitó una delegación de alto copete del gobierno de los EUA, encabezada por Mike Pompeo, secretario de Estado. Los yanquis en estas cosas no se equivocan… de pasada saludaron a Peña Nieto, sí, pero a lo que vinieron y lo importante era tomar el pulso a López Obrador.
En fin: felicidades. Ya nomás quedan cinco años y siete meses de gobierno. Si en este corto tiempo ha dado vuelta de calcetín a tanta cosa, imagine como vamos a tener el pelo el 1 de octubre de 2024. Abróchese el cinturón.
Tampoco es cosa de anticipar vísperas y suponer que va a ser una merienda de pan este sexenio, dada la innegable popularidad del Presidente. No señores. Aparte de lidiar con el poder inmenso del gran capital global, que nos puede dar sorpresas peores que las de una secretaria soltera cuando le avisa a su jefe, casado, que está esperando un bebito… suyo, aparte de que eso es como jugar vencidas con King Kong, tiene que administrar el éxito… sí:
Su gente y sus seguidores dan cada vez más claros síntomas de borrachera de poder y de pérdida de escrúpulos para meter la pata, declarar lo primero que se les ocurre, contradecirse entre ellos y al Presidente… ¡chin!
Ya tendrá que enfrentar nuestro Presidente las tonterías de sus propios admiradores y correligionarios, y va a enterarse lo difícil y grande que es el poder de la estupidez.