CDMX, 23 de febrero del 2019.- Inmerso en la más profunda crisis de su historia y colocado como cuarta fuerza política nacional, el Partido de la Revolución Democrática se prepara para cambiar su dirigencia el próximo 28 de abril, en la que parece ser la última llamada para renovarse o morir.
El pasado 1 de julio el PRD sufrió el peor descalabro de sus 29 años de vida como partido. En la elección presidencial sólo obtuvo 1 millón 307,665 votos, que representaron 2.87% de la votación emitida. Esa cifra está muy lejos del promedio nacional que obtenía en elecciones presidenciales, 16 por ciento. De las nueve gubernaturas en disputa, no sólo no consiguió ninguna, sino que perdió Morelos y su bastión: la Ciudad de México, en donde también perdió la mayoría en el Congreso y en las alcaldías. En el Congreso de la Unión se ubica como la séptima fuerza política, debajo de partidos como Movimiento Ciudadano, Encuentro Social y del Trabajo.
El PRD es un partido no sólo con deudas económicas, es un instituto con escasa representación al sólo tener un gobernador, Silvano Aureoles (Michoacán), también es un organismo que sufrió la peor desbandada que puede sufrir un partido político con los miles de militantes y cuadros que se incorporaron a Morena.
Pasado el proceso electoral, al interior del partido iniciaron los llamados a la refundación, incluso se difundió la propuesta de cambiar de nombre. El entonces líder nacional, Manuel Granados, se mantuvo en la presidencia nacional hasta octubre pasado, ello en cumplimiento con una sentencia del Tribunal Electoral que le ordenó emitir una convocatoria para renovar su dirigencia; la presidencia momentánea la asumió el entonces secretario general, Ángel Ávila.
Un mes después, en su XV Congreso Nacional Extraordinario, el partido aprobó una reforma estatutaria para eliminar las llamadas corrientes internas al considerar que dividieron y dañaron al instituto; además nombraron a una dirigencia colegiada integrada por Karen Quiroga Anguiano, Fernando Belaunzarán, Ángel Ávila Romero, Adriana Díaz Contreras y Estephany Santiago.
Será hasta el próximo 28 de abril cuando el partido renueve su dirigencia. El PRD solicitó al Instituto Nacional Electoral (INE)organizar y realizar las elecciones; se prevé que utilizarán urna y boleta electrónicas.
La sobrevivencia del partido al que han dado acta de defunción infinidad de veces atraviesa, afirman, por abrirse a la sociedad, eliminar a las tribus, y colocarse como una verdadera fuerza de izquierda, que le permita marcar una clara diferencia respecto a Morena.
El entonces dirigente nacional, Ángel Ávila , destacó que a veces hay que tocar fondo para poder levantarse. “Tocamos fondo y hay que levantarnos, tampoco hay que rasgarse las vestiduras”.
Varios grupos internos propusieron la refundación del partido, como los Galileos, quienes afirmaron que es urgente una refundación radical de esa fuerza política porque atraviesa la peor crisis de su historia.
En las elecciones del 2019, no figura
En el escenario electoral, no es que no esté en el radar del partido, sin embargo, en las elecciones de este año no figura en las preferencias de los dos cargos más relevantes a elegirse: gobernador de Puebla y Baja California.
En la elección extraordinaria de Puebla ya descartó repetir la alianza con el PAN, por lo que podría buscar contender aliado con Morena, pero este último pondría al candidato.
En tanto, en Baja California, su presencia como partido político es mínima; se prevé que buscaría competir aliado con el PAN, pero también sería el blanquiazul quien pondría al candidato.
Y en cuanto a las deudas, el PRD atraviesa una crisis económica que orilló al partido a liquidar a todos sus trabajadores de base.
De acuerdo con el partido, su crisis financiera se debe a que estaban pagando una multa de 125 millones de pesos que les impuso el INE por la campaña del 2012; por la reducción de sus prerrogativas debido a que no superó 10% de la votación.
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