Artículo de Fondo «Repercusiones», Por Samuel Maldonado (07-I-19).- Otro año más ha concluido y del que acaba de nacer, no sabemos lo que nos depare, pero cierto estoy que no será peor que el que termina. En el horizonte por venir que inició prácticamente con una renovada administración en el Gobierno de la República, misma que desde mi personal óptica, no podrá ser peor que la presidida por quien fuera el gobernador del Estado de México.
En nuestro país, continúa en la capital y en nuestro Estado, una serie interminable de asesinatos a todas horas, de asaltos en las carreteras, robos a casa habitación, el huachicoleo y otros actos mismos que antes genéricamente se realizaban en las primeras horas de la noche y ahora se ejecutan en cualquier momento y en cualquier calle o avenida de la capital del Estado, actos que se suceden casi frente a las casetas policiacas.
Si observamos a las mujeres en nuestro andar citadino, éstas ya no utilizan sus pequeñas alhajas para adornar sus cuellos o sus manos como antes, precisamente para evitar atracos y molestias. No son raros tampoco los asaltos realizados a usuarios bancarios quienes salen de los bancos con el dinero retirado para pagos y gastos, sin que la policía se de cuenta de lo que se sucede. ¡Los ladrones y asesinos andan sueltos y los ciudadanos semi espantados¡
Pero en fin, son las características que prevalecen de costa a costa y de frontera a frontera sin que veamos algún indicio de disminución del crimen organizado, que nació precisamente por la estupidez de un paisano que presumía de su casaca militar que, por cierto, le quedaba muy holgada y lo hacía verse verdaderamente ridículo, siendo él comandante en jefe del Ejército Mexicano.
Pero volviendo al año que recién inicia, debemos verlo con mejor óptica y actuar con mucha prudencia, pues las cosas no son nada halagadoras para nuestro país. La deuda pública es enorme, los problemas que se generan entre los cárteles de la droga, prácticamente batallas internas, dejan muchos muertos y entorpecen la vida diaria en las comunidades rurales y desde luego, también en las capitales de los Estados.
Recordemos que éstas guerras no son novedades, se generaron en los primeros años del siglo pasado en la calles de Chicago y Nueva York, precisamente por el control y la distribución de las drogas y la venta de alcoholes y terminó con la autorización de la venta de las mismas. Los líderes de estas mafias terminaron en sus residencias en las soleadas playas de las costas de los Espantados Unidos.
Aspiramos a tener en la República una etapa diferente a la que vivimos, deseamos el progreso de los más necesitados, más honradez política para tener mayor eficiencia en las administraciones públicas.
Sumemos esfuerzos para cambiar las condiciones de nuestro país, hagamos nuestras promesas personales para ser mejores ciudadanos, más fraternos; participemos en hacer más limpia nuestra ciudad, más fraterna.
Claro que mis mejores deseos en este 2019, son para ti, pues a lo largo de más de cincuenta años me has acompañado, me has asesorado, me has cuidado cuando enfermo he estado; hemos discutido y sobre todo, nos hemos querido sin hipocresía alguna.