26 de septiembre del 2018.- Los progresos durante los últimos años en la lucha contra la tuberculosis no son suficientes ya que es una enfermedad prevenible, tratable y curable, manifestó este miércoles la presidenta de la Asamblea General, durante la inauguración de un evento de alto nivel dedicado a poner fin a ese padecimiento.
María Fernanda Espinosa recordó que el número de fallecidos durante 2017 fue de 1,6 millones de personas y que tiene un alto elevado precio ya que se estima que costará a la economía mundial más de un billón de dólares hasta el año 2030.
“Si tomamos acciones responsables ahora, podemos salvar vidas reducir el sufrimiento y eliminar las pérdidas económicas. Esta es una responsabilidad moral y política”, dijo.
Espinosa instó a los participantes en el evento a centrar el debate de la lucha contra la enfermedad en tres temas: contribuir a fortalecer los sistemas de salud pública en general y a una mayor coordinación entre gobiernos y la sociedad civil; buscar formas de empoderar a los afectados, a menudo las personas más pobres y marginadas, y mejorar su resiliencia; y, por último, ampliar el financiamiento y la investigación.
En relación con este último punto advirtió que la brecha de este año para la acción y la investigación asciende a casi 5000 millones de dólares. “Sin nuevas herramientas y financiamiento enfrentaremos un futuro muy desalentador”.
Un plan de acción
Durante el encuentro se aprobó por aclamación una declaración política que establece “una hoja de ruta para una acción acelerada” alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la estrategia Fin de la Tuberculosis y la declaración de Moscú para acabar con la enfermedad.
La iniciativa busca dar tratamiento a 40 millones de afectados y ofrecer curas preventivas a otros 30 millones, movilizar anualmente 13.000 millones de dólares hasta el año 2022 para la implementación y 2000 millones para investigación.
“Tenemos ante nosotros la oportunidad de triunfar en esta lucha. Podemos salvar millones de vidas y contribuir al éxito de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Reafirmemos la eficacia del multilateralismo y la relevancia de las Naciones Unidas. Aprovechemos esta ocasión histórica para terminar con la epidemia de la tuberculosis”, finalizó.
Se requieren más recursos, investigación y compromiso
La vicesecretaria general, Amina Mohammed, indicó que, para poner fin a la epidemia y a la crisis mundial de salud pública de la tuberculosis resistente a los medicamentos, necesitamos mejores servicios de salud y bienestar social.
Felicitó a los miembros por la adopción de declaración a la que calificó de “ambiciosa” y que el progreso para combatir la enfermedad es posible basándose en la ciencia y los datos, decisiones fundamentadas y acciones y estrategias bien financiadas.
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Ghebreyesus, indicó que para combatir satisfactoriamente la tuberculosis se necesita un mayor compromiso político, mayores inversiones en investigación, nuevas medicinas, vacunas y diagnósticos, y responsabilizarnos los unos con los otros por los compromisos adquiridos hoy.
La tuberculosis desciende en América
Entre los años 2000 y 2015 disminuyeron tanto las muertes (37,5%) como los nuevos casos (24%) de tuberculosis en las Américas, aunque esa reducción ha de incrementarse si se quiere acabar con la enfermedad, advirtió este miércoles un nuevo informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Poner fin a la TB solo será posible si aceleramos la reducción de nuevos casos y muertes”, indicó la directora de la OPS, Carissa F. Etienne. “Necesitamos ampliar el acceso al diagnóstico con nueva tecnología y al tratamiento oportuno de calidad para todos los que lo necesitan, así como abordar los determinantes sociales que influyen sobre la salud y favorecen la transmisión de la enfermedad”, destacó
La OPS estimó en 282.000 los nuevos casos de la enfermedad en las Américas y, entre ellos, el 11% correspondieron a personas portadoras del VIH.
El informe señala que diez países de la región concentraron el 87% de los casos, con Brasil, México y Perú sumando un poco más de la mitad de ellos.
Respecto a los niveles de diagnóstico indicó que unas 50.000 personas desconocen padecer la enfermedad ni recibieron tratamiento alguno, casi un 50% de ellos menores de 15 años.
El continente americano tiene la menor proporción de nuevos casos a nivel mundial con un 3%, dato que alienta la posibilidad de que las Américas sean la primera región “con posibilidades de alcanzar la eliminación de la enfermedad como problema de salud pública”.