04 de julio del 2018.- Once millones de niños, un número mayor que la población entera de Suiza, necesitan ayuda. Los servicios sociales apenas funcionan, la economía está en ruinas, los precios se dispararon, los hospitales están destruidos y las escuelas ahora son refugios o propiedad de grupos armados. La responsable de UNICEF describe el sufrimiento de los yemeníes, después de una misión a ese país.
“Sin paz no podemos ayudar a los niños ni a la gente que lo necesita, ni tampoco podrán regresar sus medios de vida”, dijo Henrietta Fore, la directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia, al final de su visita de cuatro días a las ciudades de Aden y Sana’a, en Yemen.
Casi 10.000 personas han muerto desde que una coalición militar liderada por Arabia Saudita comenzó a luchar en Yemen para restaurar el poder del gobierno internacionalmente reconocido luego que los rebeldes hutíes tomaran control de Sana’a en 2015.
Al menos 2200 niños han muerto y 3400 han sido heridos, asegura UNICEF, con el temor de que los verdaderos números puedan ser más altos.
“Hemos estado muy preocupados por el colapso de dos sistemas: uno es el de salud, y el otro es el educativo. Cuando vas a Yemen, te encuentras con funcionarios que dicen que esos sistemas en realidad están derrumbados», contó Fore.
Los hospitales han sido dañados, las escuelas se han convertido en refugios o han sido tomadas por grupos armados. A los médicos, las enfermeras y parteras no se les ha pagado desde hace dos años, pero aún van a trabajar por la epidemia de cólera. Los docentes tampoco reciben su sueldo, la mitad de las escuelas están cerradas y hay jóvenes viviendo en la calle. Unas 1500 instituciones han sido dañadas en ataques aéreos y bombardeos en los últimos tres años.
«Hay 22 millones de personas necesitadas, se trata de un número extraordinario, 11 millones de esas personas son niños, un número mayor que la población entera de Suiza. El 80% de las personas están por debajo del nivel de pobreza, tenemos 8,4 millones que están al borde de la hambruna y un niño muere cada diez minutos”, expresó la directora de UNICEF.
La crítica situación
Unas 5000 familias han huido de sus hogares en Hodeida en las últimas dos semanas, donde ahora se concentran los combates entre la coalición y los rebeldes. Tiendas, panaderías y restaurantes en la ciudad están en gran parte cerrados, lo que limita la disponibilidad de suministros en el mercado.
Fore dijo que las cosas están empeorando: “Hay una grave escasez de agua, no hay electricidad disponible en la mayor parte de la ciudad, los precios de todos los productos básicos están más altos: granos y cereales, aceite, combustible para cocinar. Estamos viendo que al menos 250.000 artículos médicos para mujeres y niños se necesitan urgentemente. Uno de cada cuatro niños padece desnutrición aguda, los casos de cólera van en aumento, y la escalada de violencia significa que muchas de las calles están siendo destruidas. Esto afecta el suministro de agua y la electricidad», comentó.
UNICEF ha estado pagando incentivos a los trabajadores de la salud en los hospitales. El Fondo expresó que también le gustaría hacer más en el sistema educativo para tratar de que la escuela continúe, ya que muchos maestros han huido de la violencia y ya no viven en la comunidad.
«El pago de alguna manera a los trabajadores de la salud, los educadores y trabajadores de saneamiento marcan una gran diferencia, y esta transferencia de efectivo significa mucho. Tenemos que hacer más de eso”, explicó la jefa de UNICEF.
Junto con el Banco Mundial, UNICEF realiza un programa de transferencia de dinero en efectivo para las familias más pobres, apoyando a unos nueve millones de personas. Se trata de un pago de 40 dólares cada tres meses.
Los peligros que enfrentan los niños
Además de sufrir en medio de la guerra, los niños son susceptibles de ser reclutados como soldados o ser víctimas de la trata de personas.
“Yemen siempre hay sido un punto de tránsito, los niños están siendo secuestrados para enlistarlos como soldados, mientras las niñas lo son para casarlas. El matrimonio infantil continúa en aumento. Con tanta pobreza las familias están entregando a sus hijos porque no tienen con qué darles de comer”, expresó.
La directora de UNICEF dijo haber sido testigo además de la epidemia de cólera, y ver personas que aún continúan ingresando a los hospitales, tanto adultos mayores como jóvenes y niños: “Esto puede matar a un niño y la mortalidad de los menores de cinco años continúa siendo muy alta, estamos muy preocupados”.
Para Fore, a pesar de todo el esfuerzo de UNICEF en el terreno, se necesita una solución política urgente al conflicto para poder proteger a los pequeños.