Columna Política, Por Celeste Orozco (29-VI-18).- Las actuales elecciones han estado bañadas en sangre, solo basta con echar una mirada a las listas de asesinatos para concluir que en la presente contienda las cifras de violencia se han incrementado de una manera desmedida, han sido asesinados 112 políticos de los cuales; 28 eran precandidatos, 14 candidatos y los restantes alcaldes, exalcaldes, militantes, dirigentes, diputados, síndicos, ex síndicos y ex regidores.
No es de extrañarse que Guerrero encabece la lista de asesinatos, estado en el cual se han registrado aproximadamente 440 renuncias a las candidaturas.
Guerrero es el estado con el índice más elevado de violencia a nivel nacional y de los primeros a nivel internacional.
Otros estados como Oaxaca, Puebla, Veracruz, Colima, Sinaloa, Jalisco, Michoacán y Estado de México, también cuentan con cifras alarmantes en términos de seguridad encabezando la lista con el mayor número de candidatos asesinados el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en segundo lugar los candidatos por la coalición PAN, PRD Y MC y en tercer lugar candidatos del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Cabe mencionar que las propuestas de los representantes a la candidatura por la presidencia resaltan la creación de una Guardia Nacional o la amnistía a criminales mediante la reflexión social de López Obrador, así como la Secretaría Ciudadana y el Instituto Especializado en Crimen Organizado de Anaya, la incautación de dinero, bienes y armas así como la homologación de leyes e instituciones estatales y federales de José Antonio Meade o bien simplemente mocharles las manos a los criminales como propone el Bronco sean suficiente no solo para frenar sino revertir la tasa de violencia a nivel nacional en la que estamos viviendo.
Ya que es evidente que no pueden ofrecer seguridad ni siquiera a los militantes y candidatos de sus partidos, vale la pena reflexionar si entonces podrán brindar la seguridad que prometen a los ciudadanos.