Columna Política «el que no cae…», Por Leopoldo G. Arenas (08-III-18).- Dada la importancia del tema, comencé a pensar en el desde hace varios días, adicional a esto, mi mi musa y conciencia me lo recordó con anticipación (cosa que no era necesaria); el día de hoy, antes de iniciar estas líneas, realicé mi lectura acostumbrada de los principales columnista nacionales y gran sorpresa y desilusión, la gran mayoría de las columnas ignoraron el tema; ni Loret, García Soto, De Mauleon, Quintana, Hiriart, Riva Palacio ni demás plumas influyentes del país toman en serio el tema.
Diariamente millones de mujeres en nuestro país acuden a sus centros laborales, son explotadas, obligadas a laborar por salarios que en promedio son 30% inferiores a los que recibe un hombre, son acosadas, reciben un sin número de insinuaciones de carácter sexual, teniendo que soportarlas por la necesidad de llevar comida a sus hogares, en la mayor parte de los casos son el único sustento para sus familias.
Cuando tratan de sobresalir, son sobajadas, obligadas a trabajar horas extras y días festivos, ignorando sus jefes, el más mínimo respeto a las condiciones laborales.
Hombres día con día se aprovechan de esta mano de obra calificada y fiel, las utilizan para sobresalir, arrinconándolas y solo tomándolas en cuenta, cuando se necesita un trabajo o idea especializada y que claramente ellos no tienen la capacidad para realizarla, pero si para utilizarla.
En nuestro país, cientos de mujeres son asesinadas cada año, feminicidios que son ignorados y que pasan al olvido, sin tomar en cuenta que la mujer es el inicio de toda vida y que sin una de ellas, un hombre no existiría.
Discriminación en todos los ámbitos, desde la familia en donde además de cooperar con los gastos del hogar, es la responsable de la atención y cuidado del hombre, de los hijos y de la casa; madruga para preparar los alimentos, acude a su trabajo, regresa a limpiar el hogar atender a los hijos, lavar planchar, objeto sexual del marido y demás.
Increíble que siendo más de la mitad de la población, según cifras del INEGI 51% son mujeres, no son tomadas en cuenta en la misma proporción ni en la Administración Pública ni en la Iniciativa Privada.
Hoy en los medios, solo hablan del tema, las propias mujeres, esto me hace reflexionar cuando los grandes sabios de nuestro país indican que existe libertad e igualdad. Nada más falso que ello.
Acciones por realizar faltan, entre ellas un nuevo sistema de protección laboral, supervisión en la manera que se asignan puestos y salarios que se basen a la productividad y capacidad personal del y dela trabajadora y no en el género y la vagina. Educación desde el nivel básico, en donde se les enseñe a los barones el respeto a la mujer y su importancia y a ellas a valorarse por si mismas sin que necesiten la aceptación ni el visto bueno de un macho.
En materia de seguridad estamos décadas atrás, se requiere una respuesta inmediata de los órganos de inteligencia y protección en cada ocasión que desaparezca una dama, sin necesidad de esperar a que se desate un escándalo días después ante la negligencia con que los Ministerios Públicos responden a las denuncias presentadas.
Hoy en este día, como esposo, hijo, padre y nieto de grandes mujeres, pongo mi granito de arena y elevo mi voz de protesta ante lo que sucede con ellas.
Hoy codo con codo me solidarizo con Liliana, Karen, Elva, Samia, Ana, Claudia, Patricia, Georgina, Rosalba, Elena, Esmelia y todas aquellas mujeres que con la cara en alto sacan adelante a este país.