05 de marzo del 2018.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pareció sugerir este lunes que Canadá y México podrían ser eximidos de sus planes de aplicar aranceles a las importaciones de acero y aluminio si firman un nuevo acuerdo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y toman otras medidas.
Los tres miembros del TLCAN —Estados Unidos, México y Canadá— se encuentran en una séptima y difícil ronda de negociaciones, que debería terminar el lunes. Trump en el pasado ha calificado este acuerdo como un «desastre» para los empleos en Estados Unidos.
«Tenemos enormes déficits comerciales con México y Canadá. El TLCAN, que está siendo renegociado ahora, ha sido un mal acuerdo para Estados Unidos. Masiva reubicación de compañías y empleos. Aranceles al acero y el aluminio sólo podrían evitarse si se firma un nuevo y justo TLCAN», escribió el mandatario estadounidense como ya es costumbre en Twitter.
«Además, Canadá debe tratar a nuevos agricultores mucho mejor. Es altamente restrictivo. México debe hacer mucho más para detener el ingreso de drogas a Estados Unidos. Ellos no han hecho lo que se necesita hacer. Millones de personas son adictas y están muriendo», añadió.
Trump adelantó la semana pasada que anunciará aranceles globales de 25% y 10% a las importaciones de acero y aluminio, lo que motivó airadas reacciones de los socios comerciales de Estados Unidos y temores de que se desencadene una guerra comercial.
El domingo, el presidente del Comité de Medios y Procedimientos de la Cámara de Representantes, Kevin Brady, se pronunció por que México y Canadá sean exceptuados de cualquier eventual imposición de aranceles al acero y al aluminio. Sin embargo uno de los asesores de Trump en materia comercial, Peter Navarro, indicó que no habrá «exclusiones de país”. «Tan pronto como se exenta a un país, entonces se tiene que exentar a otros”, dijo Navarro en el programa «Estado de la Unión» de la cadena CNN.
Tanto Canadá como la Unión Europea indicaron que podrían imponer medidas de represalia y otros países estudian acciones similares.
El Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, se reunió a su vez la semana pasada con su contraparte el Secretario de Comercio, Wilbur Ross, para discutir las acciones que Estados Unidos tomará tras las investigaciones sobre el impacto en la seguridad nacional de las importaciones de acero y aluminio.
A pesar de la reacción internacional, Trump aseguró el viernes que “las guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”. Pero el anuncio de Trump empezó asimismo a unificar en su contra a los republicanos de la Cámara de Representantes y del Senado.
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, dijo a través de un portavoz que Trump debe pensar en las consecuencias no intencionadas de una eventual imposición de aranceles y considerar medidas alternativas. “(Los aranceles) son un aumento de impuestos que el pueblo estadunidense no necesita y no puede darse el lujo de tener”, coincidió el presidente del Comité de Finanzas del Senado, el republicano Orrin Hatch.
El Departamento de Comercio recomendó imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio, bajo el argumento de que su incremento “amenaza desquiciar la seguridad nacional” de Estados Unidos.
El DOC propuso imponer un arancel global de 24% a todas las importaciones de acero de todo el mundo o imponer un arancel de 53% a Brasil, China, Corea, Costa Rica, Egipto, India, Malasia, Rusia, Sudáfrica, Tailandia, Turquía y Vietnam o una cuota equivalente al 63% de sus exportaciones a EU en 2017.
En el caso del aluminio, el DOC planteó un arancel de 7.7% a las importaciones de todo el mundo, o un arancel de 23.6% a todos los productos de China, Hong Kong, Rusia, Venezuela y Vietnam o una cuota a todos los países del mundo equivalente al 86.7% de sus exportaciones a Estados Unidos en 2017.
Trump, quien debe tomar una decisión final para el 11 de abril en el caso del acero y para el 19 de abril en el caso del aluminio, tiene la opción de modificar las recomendaciones o ignorarlas por completo.
Con información de El Economista.com