01 de febrero, 2018 — Mientras las naciones más ricas del mundo debaten sobre política migratoria, Uganda se ha convertido en uno de los países del mundo que más refugiados acoge. A Uganda llegan, cada día, 500 personas, huyendo de la guerra y la persecución en países vecinos.
El Alto Comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi, se encuentra de visita en el país y desde allí ha alabado la política de “fronteras abiertas”.
“Uganda”, dijo, “tiene una de las políticas de refugiados más progresistas y abiertas de África, si no del mundo”.
El país alberga casi un millón y medio de refugiados. La mayoría han huido del conflicto en Sudán del Sur, pero también llegan desde la República Democrática del Congo y Burundi. Es la mayor población de refugiados de África y la mitad de ellos son niños. En algunos distritos, los refugiados suponen el 50 por ciento de la población.
“Casi 500 personas llegan cada día a Uganda. Se les permite entrar y reciben protección, pueden moverse libremente, trabajar, acceder a servicios básicos; las fronteras están abiertas”, detalló Grandi.
La mayoría de los refugiados en Uganda no viven en campamentos. Las familias reciben terrenos donde pueden vivir y cultivar. El Gobierno ha reservado miles de hectáreas de tierra para personas refugiadas. La mayoría viven a lo largo de 21 asentamientos en Nilo Occidental, en el centro Oeste y Suroeste del país.
Grandi también advirtió de que las comunidades de acogida necesitan apoyo. “No podemos poner a prueba la paciencia de la gente. Tenemos que asegurarnos de que las comunidades locales también se benefician de la presencia de refugiados”, dijo. Para que la convivencia sea lo más harmoniosa posible, ACNUR apoya al gobierno en la construcción de infraestructuras como clínicas y pozos de agua. ACNUR pedirá más fondos para esta política conocida como el Marco de Respuesta Integral para los Refugiados.
El Alto Comisionado conversó con algunas de las personas que han encontrado un nuevo hogar. “Estamos confundidos, porque allí no hay paz. Nos iríamos a casa si hay paz”, dijo Sarah Utua, una mujer de 24 años que caminó durante seis semanas con sus padres y dos hijos para huir de los combates cerca de su hogar. “La gente quiere volver a casa. Pido una vez más a los líderes de Sudán del Sur, ‘por favor hagan las paces’”, dijo Grandi que se emocionó con la historia de un hombre que ha tenido que refugiarse en Uganda en cuatro ocasiones durante su vida.