*Y la Libertad de Expresión en Michoacán Apá?.
*Otra amenaza más contra periodista.
*La intolerancia nace de la ignorancia y del miedo: Juan Figueroa Gómez.
Columna «Sendero Político», Por José Cruz Delgado (16-XI-17).- Se registró otra amenaza más por parte de un político contra un periodista que recientemente lo cuestionó del por qué tiene tanta seguridad, a lo que el diputado por el PRD, Antonio García Conejo, medio hermano del gobernador Silvano Aureoles Conejo respondió en son de broma: yo no veo a nadie aquí. Volteó hacia atrás y a los lados y volvió a decir: Yo no lo veo.
El cuestionamiento le fue hecho por el director del portal informativo El Búho Michoacano, Javier Hernández
García Conejo rechazó tener guardaespaldas, aun cuando se le ve siempre acompañado de un séquito de éstos. El también secretario general del Sol Azteca, negó que el gobierno del estado desvíe recursos humanos para su protección personal.
En este sentido, se le hizo saber que incluso cuando se lustra el calzado está rodeado de guaruras, tal como se le vio en días pasados en plaza Melchor Ocampo de esta capital.
Aquí no pero afuera sí, se le hizo saber y él molesto evadió el cuestionamiento y dio la espalda.
Pero a decir del directivo, el diputado le dijo: A la buena o a la mala te voy a calmar.
¿Quieres pleito? ¿Quién te manda? ¿Qué traes contra mí?
Tú no sabes quién soy.
Estas palabras que fueron tomadas como una advertencia para el compañero periodista fueron tomadas como una amenaza velada por lo que el Club de Periodistas de Michoacán repudió este tipo de actitudes que laceran la Libertad de Expresión en Michoacán, al igual que las recientes agresiones que sufrieron los comunicadores en los hechos violentos registrados la semana pasada de parte de los “porros” de la CNTE y de la Policía.
Es muy lamentable que un personaje que se dice representante popular y que juró hacer cumplir la Constitución la esté violando y que en lugar de diálogo utilice la amenaza dando muestras de intolerancia aprovechando que es medio hermano del mandatario michoacano.
Precisamente, su compañero de bancada Juan Figueroa Gómez abordó la tribuna del Congreso local donde señalo que la injusticia, la violencia, la discriminación y la marginalización son formas comunes de intolerancia, ello en alusión con motivo del Día Internacional para la Tolerancia se celebra este 16 de noviembre, por lo que quien llamó a cerrar filas para fomentar la desde la niñez la tolerancia y respeto.
Al hacer uso de la tribuna, el legislador del Grupo Parlamentario del PRD puntualizó que el luchar contra la intolerancia exige un marco legal donde los gobiernos, deben aplicar las leyes sobre derechos humanos, prohibir los crímenes y las discriminaciones contra las minorías, independientemente de que se cometan por organizaciones privadas, públicas o individuos.
El Estado, añadió, también debe garantizar un acceso igualitario los tribunales de justicia, a los responsables de derechos humanos y a los defensores del pueblo, para evitar que las posibles disputas se resuelvan por la violencia.
Enfatizó que para lograr que abatir la intolerancia, se debe exigir que se a través de la educación, ya que si bien, las leyes son necesarias, también lo es que no son suficientes para luchar contra la intolerancia y los prejuicios individuales.
Juan Figueroa Gómez indicó que la intolerancia nace a menudo de la ignorancia y del miedo, “por eso es necesario poner énfasis en la educación y enseñar la tolerancia y los derechos humanos a los niños para animarles a tener una actitud abierta y generosa hacia el otros.
“El desarrollo, la paz sostenible y la consolidación de la democracia en nuestro país, sólo serán posibles si los anclamos en el respeto a los derechos humanos y el estado de derecho. En este sentido, el ejercicio democrático del poder debe ser corresponsable con una política coherente de respeto, promoción y difusión de los derechos fundamentales, pues de no ser así, el Estado y sus instituciones enfrentan un déficit que pone en duda su legitimidad democrática y vulnera la gobernabilidad.
Como Poder Legislativo, añadió que se tiene el reto de construir y consolidar las reformas secundarias que garanticen que los actos de los poderes públicos del estado, se ajusten a los estándares internacionales de respeto a los derechos humanos, bajo una perspectiva de universalidad y transversalidad.
Nuestro principal objetivo debe ser el de legislar y promover la instrumentación de políticas públicas, que permitan transformar las estructuras y ajustar las actuaciones del poder público a un marco general de respeto irrestricto a los derechos humanos, con voluntad y absoluta disposición al diálogo, bajo un marco de respeto a nuestra diversidad y pluralidad.
El reto es caminar juntos en nuestra actividad legislativa y ser impulsores incansables del cambio, y convertirnos en actores protagónicos del proceso de consolidación de la vigencia plena de todos los derechos para todas y todos los michoacanos.
Dijo que este día es una ocasión para la educación en la tolerancia, así como de reflexión y análisis sobre los problemas de intolerancia locales y mundiales. La aceptación del otro, cualquiera que sea su condición, es lo que los organismos internacionales persiguen al promover en este día actividades que permitan fomentar este valor, necesario para la convivencia en paz. Las Naciones Unidas se han comprometido a fortalecer la tolerancia mediante el fomento de la comprensión mutua entre las culturas y los pueblos. Este imperativo está en la base de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y es más importante que nunca en una era en que el extremismo y el radicalismo violentos, van en aumento y en que se amplían los conflictos caracterizados por un menosprecio fundamental de la vida humana.
La tolerancia reconoce los derechos humanos universales y las libertades fundamentales de los otros. La gente es naturalmente diversa; sólo la tolerancia puede asegurar la supervivencia de comunidades mixtas en cada región del mundo.
Luchar contra la intolerancia exige un marco legal donde los gobiernos, deben aplicar las leyes sobre derechos humanos, prohibir los crímenes y las discriminaciones contra las minorías, independientemente de que se cometan por organizaciones privadas, públicas o individuos.
El Estado también debe garantizar un acceso igualitario los tribunales de justicia, a los responsables de derechos humanos y a los defensores del pueblo, para evitar que las posibles disputas se resuelvan por la violencia. Para lograr que abatir la intolerancia, se debe exigir que se a través de la educación, ya que si bien, las leyes son necesarias, también lo es que no son suficientes para luchar contra la intolerancia y los prejuicios individuales.
La intolerancia nace a menudo de la ignorancia y del miedo: miedo a lo desconocido, al otro, a culturas, naciones o religiones distintas. La intolerancia también surge de un sentido exagerado del valor de lo propio y de un orgullo personal, religioso o nacional, exacerbado. Estas nociones se aprenden a una edad muy temprana. Por eso es necesario poner énfasis en la educación y enseñar la tolerancia y los derechos humanos a los niños para animarles a tener una actitud abierta y generosa hacia el otro.
La educación es una experiencia vital que no empieza ni termina en la escuela. Los esfuerzos para promover la tolerancia a través de la educación no tendrán éxito si se aplican a todos los grupos en todos los entornos: en casa, en la escuela, en el lugar de trabajo, en el entrenamiento de las fuerzas del orden, en el ámbito cultural y en los medios sociales. Por otra parte, para combatir la intolerancia se requiere que todas las personas puedan acceder a la información, La intolerancia es especialmente peligrosa cuando individuos o grupos de individuos la usan con fines políticos o territoriales. Identifican un objetivo y desarrollan argumentos falaces, manipulan los hechos y las estadísticas y mienten a la opinión pública con desinformación y prejuicios.
La mejor manera de combatir estas políticas es promover leyes que protejan el derecho a la información y la libertad de prensa. Abatir la intolerancia requiere también de una toma de conciencia individual La intolerancia en la sociedad es la suma de las intolerancias individuales de todos sus miembros.
La intolerancia religiosa, los estereotipos, los insultos y las bromas raciales son ejemplos de intolerancia que se viven en lo cotidiano. La intolerancia lleva a la intolerancia y para luchar de forma efectiva es necesario que cada uno examine su papel en el círculo vicioso que lleva a la desconfianza y a la violencia en la sociedad.
Ante una escalada de intolerancia, los gobiernos o las instituciones no pueden actuar solos. Todos formamos parte de la solución y tenemos una enorme fuerza a la hora de enfrentarnos a la intolerancia. La no-violencia puede ser una herramienta muy efectiva para confrontar un problema, crear un movimiento, demostrar solidaridad con las víctimas de la intolerancia o desacreditar la propaganda fomentada por el odio.
En todo Estado Democrático, el respeto a los derechos humanos es un parámetro de legitimidad de los poderes públicos. Actualmente, éstos derechos constituyen un límite moral, ético, jurídico y político al cual deben estar sujetos todos los poderes, tanto los públicos como los del privados, en aras de garantizar el estado de derecho, pero también la convivencia armónica en la sociedad de nuestro tiempo El desarrollo, la paz sostenible y la consolidación de la democracia en nuestro país, sólo serán posibles si los anclamos en el respeto a los derechos humanos y el estado de derecho.
En este sentido, el ejercicio democrático del poder debe ser corresponsable con una política coherente de respeto, promoción y difusión de los derechos fundamentales, pues de no ser así, el Estado y sus instituciones enfrentan un déficit que pone en duda su legitimidad democrática y vulnera la gobernabilidad.
Nuestro principal objetivo debe ser el de legislar y promover la instrumentación de políticas públicas, que permitan transformar las estructuras y ajustar las actuaciones del poder público a un marco general de respeto irrestricto a los derechos humanos, con voluntad y absoluta disposición al diálogo, bajo un marco de respeto a nuestra diversidad y pluralidad.
Desde luego, la solución de las principales problemáticas que aquejan a nuestro país en materia de derechos humanos y libertades fundamentales, pasa inevitablemente por la construcción de una alianza estratégica con la sociedad, con las instancias gubernamentales competentes y con las diversas organizaciones nacionales internacionales encargadas de promover los derechos humanos. Ese es nuestro principal reto: caminar juntos en nuestra actividad legislativa y ser impulsores incansables del cambio, y convertirnos en actores protagónicos del proceso de consolidación de la vigencia plena de todos los derechos para todas y todos los michoacanos.
A ver si el diputado Antonio García Conejo aprendió algo de las palabras de su compañero legislador y deja de comportarse con prepotencia y como si fuera el nuevo Virrey del Congreso del estado por el simple hecho de ser medio hermano del mandatario estatal.
Un verdadero representante popular no necesita quien lo cuide porque se le respeta a donde quiera que vaya.
¿acaso teme algo?