Morelia, Mich., 24 de agosto del 2017.- La implementación en México de un salario digno y suficiente para el trabajador es la base para partir hacia una solución en el bienestar del sector poblacional que migra a otro país en búsqueda de oportunidades, afirmó Bernardo Méndez Lugo de la Fundación América Sin Muros, durante su exposición en el Primer Encuentro de Investigación y Acción en Temas Migratorios organizado por la Casa de Hidalgo, a través de su Centro Nicolaita de Estudios Migratorios.
Con una experiencia laboral de 30 años en vinculación entre connacionales en Estados Unidos y sus familias, se ha centrado en el tema de derechos laborales. Oriundo de La Piedad, estudió el bachillerato en la Universidad Michoacana y su razón para dejar su tierra fue la falta de oportunidades para obtener un crédito e iniciar un negocio.
Dentro de una mesa de diálogo en donde se intercambiaron experiencias con otros tres connotados migrantes que se abrieron paso en los Estados Unidos, al tiempo que han trabajado por los derechos de sus compatriotas, Bernardo Méndez dijo que a través de la Fundación de América Sin Muros, se han hecho estudios en la búsqueda de incluir reformas a la relación laboral de los braceros y ex braceros en los Estados Unidos, bajo un modelo similar al establecido con Canadá hace 40 años.
La necesidad de trabajadores mexicanos en Estados Unidos perdurará, afirmó el también ex diplomático mexicano en varios consulados de ese país del norte, tiene que revalorarse el tema de una negociación en el ámbito laboral con el gobierno norteamericano, para lo cual se necesita considerar prioritaria, tal y como se trabaja en estos momentos en una agenda sobre el medio ambiente entre ambas naciones.
Informó que América Sin Muros se dedica a la certificación laboral de connacionales en los Estados Unidos a través de la capacitación y que existe la disposición de su Fundación para colaborar con el Ceniem para la elaboración de una agenda migrante, que deberán conocer y atender los políticos y gobernantes mexicanos.
En el uso de la palabra, el investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Jean Cadet Odimba On Etambalako Wetshokonda, como moderador de la mesa, expresó que el tema migratorio no es ajeno a ninguna familia michoacana, no son “los migrantes”, sino que se trata de “nuestros migrantes, parientes, familia”; el esfuerzo y la lucha que ellos realizan para salir adelante es parte de nuestra lucha, que debemos enfrentar desde la academia para lograr que tanto el gobierno como los propios compatriotas valoren ese espíritu de lucha por abrirse paso en la vida de millones de personas que quieren construir un futuro mejor.
Rubén Chávez Acevedo, líder migrante de la Federación de Clubes Michoacanos en Illinois, manifestó que el tema migratorio no es sólo para hablar, hay que hacer que se cristalice la unión de furezas para que Michoacán no sea la entidad que envía más migrantes a EU, sino la que tenga una mejor comunidad tanto en Estados Unidos como en Michoacán.
El tema migratorio siempre se posterga -externó- cuando en Michoacán el 50 por ciento de quienes nacieron aquí, viven allá, sabiendo que no hay una sola persona que no sepa de los efectos de la migración, la indiferncia duele, sobre todo cuando se sabe que dos mil quininetos millones de dólares son enviados como remesas a Michoacán como fruto del esfuerzo de los trabajadores migrantes.
Por su parte, Ricardo Damián López, originario de Tacámbaro y líder del club migrante de sus coterráneos en Las Vegas, Nevada, afirmó que es indispensable fortalecer las estadísticas sobre el fenómeno migratorio, ya que los estudios que arrojan datos duros son los que más impactan a los políticos y gobernantes para tomar acciones concretas.
Pedro Fernández Carapia, quien ha dedicado su vida a defender los derechos de ex braceros que no han sido pensionados y se les ha otorgado un finiquito por sus servicios, vivió 25 años en Estados Unidos como trabajador agrícola y tiene otro tanto en este país, buscando a través de iniciativas de ley en el Congreso de la Unión, lograr que México reconozca el trabajo de la fuerza migrante a través de lo que denominó un “pago social”, además de lograr el apoyo gubernamental para la gestión ante el gobierno estadounidense de un pago de liquidación o una pensión para los migrantes mexicanos que trabajan en labores de agricultura en Estados Unidos.
Habló de la investigación que realizó con el apoyo del gobierno Estatal en 28 campamentos indígenas entre 2006 y 2007, además de realizar jornadas de salud, información sobre derechos humanos y laborales en la región de Tierra Caliente de Michoacán.
Propuso de manera puntual la elaboración de una agenda migrante, que incluya diagnóstico y acciones a legislar que a más tardar deberá ser entregada en diciembre de este año a gobiernos y diputados federales en México. Para la ejecución de la misma abrió la participación a los representantes de las 20 universidades nacionales que participan en el evento, así como a clubes y asociaciones de migrantes, además de la estrecha colaboración con el Centro Nicolaita de Estudios Migratorios.