Columna Política «elquenocae…», Por Leopoldo G. Arenas (24-V-17).- Cuando alguien no está preparado para ejercer el poder, se nota sobremanera.
La alternancia democrática, el libre ejercicio del voto y el respeto a la participación y decisión ciudadana, son figuras legales y actitudes políticas que costaron sangre y lágrimas en nuestro país.
Hablar de una real democracia, era una utopía a mitad de los años ochentas, los partidos políticos sin importar su orientación ideológica, simplemente fungieron como comparsa del mismo sistema que los creó y del cual dependían.
Esa mentalidad pareciere que cambió, pero no, todavía siguen existiendo personas, que en sus ansias de poder, lo persiguen por el poder en sí. Un ejemplo claro es Andres Manuel, quien sin importar las muestras históricas que se han dado a nivel mundial, su personalidad se sigue manifestando como lo que es, un engendro del viejo priismo que domino a nuestro país en los años de Luis Echeverría.
De nueva cuenta, surge su personalidad autocrática y amenaza a los demás partidos con el argumento que utilizan los dictadores, “si no estás conmigo entonces estás contra mí”, transformando en enemigos a todos aquellos que no concuerden con su extraña forma de pensar.
Tomando como ejemplo la elección en el Estado de México, lanza su amenaza a las demás corrientes de pensamiento de izquierda nacional, indicando que si sus candidatos no declinan de manera inmediata y de manera incondicional a favor de su candidata, quedaran canceladas todas las posibilidades de una alianza con ellos para la elección del 2018, alianza en la que lógicamente el candidato es el, ya que en el partido que milita, no existe ni libertad de expresión ni de participación que pudiere permitir un proceso interno de selección que denote democracia.
Los verdaderos y pensantes líderes progresistas, rechazaron el ultimátum, consientes del valor de la democracia y sobre todo de la libertad de pensamiento y decisión, pero existen casos de excepción, lideres resentidos con la vida y que al notar que se escapan las pocas posibilidades que tienen para ejercer ese poder autoritario con el que sueñan, de manera traidora, militando en otro partido y en contra de las decisiones tomadas por sus lideres cupulares, están realizando llamados para traicionar a sus propios candidatos en beneficio de la protegida del Mesías.
Un ejemplo de líder traidor es Pablo Gomez del PRD, quien sin la menor muestra de vergüenza y honor, sin tomar en cuenta que su candidato Juan Zepeda mantiene un crecimiento importante en la intención del voto en el Estado de México, mismo que en la última semana le permitió rebasar a la candidata del PAN en intención de voto, realiza proselitismo en contra de sus propio candidato.
Carlos Sotelo, líder de otra de las tribus al interior del PRD, se encuentra dentro de la misma tesitura, traicionando y golpeando a su compañero de partido.
Es increíble, que en lugar de utilizar su capital político en beneficio del Partido que los protege y apoya, como simples veletas al viento, abandonen a sus propios compañeros y por interés personal, orienten a la participación en favor de candidatos ajenos a ellos.
Es lamentable y sería interesante averiguar los intereses que impulsan a estos conocidos líderes a traicionar a su propia gente.
Pobre Juan Zepeda, con esos compañeros, de nada sirve su esfuerzo y el empeño que esta poniendo.
Tiempos difíciles se viven, cuando en lugar de pensar en el interés nacional, se piensa en el personal. Cuando nos serramos a realidades existentes como el desarrollo que se vive, la nula tasa de desempleo y la estabilidad económica que se goza, cosas que durante muchos años faltaron y que hoy tal parece que buscamos que vuelvan a escasear.
Penoso que muchos piensen que la solución es transformar a México en una Venezuela en la que todos estemos democráticamente jodidos.
En fin, después terminaremos lamentando nuestra falta de criterio y memoria histórica.
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