31 de marzo del 2017.- Los Gobiernos de América expresaron ayer su preocupación por la “ruptura del orden democrático” en Venezuela, tras la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de asumir las funciones del Parlamento lo que algunos han calificado como un “autogolpe de Estado”.
Entre las voces se alzó la del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien exhortó a que se aplique la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA); además, celebró la decisión de Perú de retirar a su embajador de Venezuela y solicitó que mantenga firme su postura ante esta nueva crisis en el bloque.
Por su parte, el secretario general de la OEA, Luis Almagro —al parecer uno de los más feroces enemigos del mandatario Nicolás Maduro—, calificó la decisión del Supremo de “autogolpe de Estado” y recordó que es “urgente” la convocatoria de un Consejo Permanente en el marco del artículo 20 de la Carta Democrática”.
Almagro solicitó en un reciente informe la suspensión de Venezuela de la OEA si no convocaba elecciones generales en los 30 días siguientes y 14 países americanos exigieron al Gobierno de Nicolás Maduro un calendario electoral y la liberación de los “presos políticos”.
Estados Unidos, Brasil, Argentina, Bolivia, Panamá, México y Chile, entre otros, también expresaron su preocupación ante este golpe a la democracia, uno de los más fuertes que ha asestado el Gobierno de Maduro en los últimos tiempos.
El asunto es que, según analistas, el tema no sólo supone una pérdida del poder de la Asamblea Nacional. sino la posibilidad de que los parlamentarios sean detenidos por las autoridades; esto luego de que el presidente del Poder Judicial, el magistrado Maikel Moreno, dejó —a principios de esta semana— sin privilegios a los diputados para ser investigados, juzgados o encarcelados.
Si bien las posturas por parte de las naciones americanas es de preocupación, muchas han establecido cierta distancia, y plantean que sea el propio Gobierno venezonalano el que se encargue de instaurar la “paz”.
“Esta situación nos lleva a consultar con los países amigos el cómo proceder de ahora en adelante”, señaló el canciller chileno, Heraldo Muñoz, quien aclaró que lo ideal es que “los propios venezolanos resuelvan sus asuntos”, pero “claramente esto va en la dirección opuesta”.
En el mismo tenor se manifestó al canciller mexicano, Luis Videgaray, quien subrayó que deben ser los venezolanos, en ejercicio pleno de su soberanía, “los que resuelvan los problemas”.
Llaman a librar una batalla
El chavismo pidió a los venezolanos que se preparen para enfrentar a los enemigos que se atrevan a cuestionar las decisiones del país y que en cada comunidad el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se encargue de organizar a la población.
El diputado Diosdado Cabello sugirió la posibilidad de una intervención militar, luego de que los miembros de la Asamblea Nacional solicitaran al Ejército su intervención para recyuperar la democracia.
“Preparémonos para defender nuestra patria (…) para defender inclusive a esta gente de la oposición que está como loca llamando a que intervenga un Ejército en Venezuela, que intervenga la Organización de Estados Americanos (OEA)”, dijo Cabello en un acto con simpatizantes desde su natal estado Monagas.
El discurso pareció más un llamado a una guerra civil en donde la oposición juega el rol de los “enemigos” que “están pidiendo la intervención del imperialismo en Venezuela”.
Por su parte, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) llamó a sus simpatizantes a recuperar el poder en el país y salir a las calles: “Este es el momento de ponerse de pie”. Sin embargo, la respuesta fue más tímida de lo que se espera, pero es claro que la historia aún no está cerca de terminar.
CLAVES
Crisis en escalada
Poderes. Luego de que la oposición asumiera prácticamente todo el control de la Asamblea Nacional en 2016, el chavismo ha cuarteado sus decisiones a través del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), órgano acusado de servir al presidente Nicolás Maduro. La batalla entre ambas instancias no ha cesado.
Elecciones. Luego de que la cancelación del revocatorio de mandato, las elecciones presidenciales —programadas para diciembre de 2018— parecen la última posibilidad de sacar a Maduro del poder, pero para participar los partidos de oposición tendrán que recoger firmas para validarse.
Economía. La caída de los precios del petróleo desde 2014, ha castigado el desarrollo económico del país. A ello se suma la reducción de las exportaciones y, por endela escasez de todo tipo de bienes e insumos para la industria. Se estima que economía retrocedió 11.3% en 2016.
Ruptura. Con apoyo del Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), inició el diálogo, pero los acuerdos establecidos —liberación de presos y elecciones— no fueron alcanzados, aunque la oposición sí frenó su activismo y presión.
Criminalidad. Unas 28 mil muertes violentas se registraron en 2016, al tiempo que se multiplican las denuncias de violaciones de los derechos humanos por parte de la fuerza pública, como ajusticiamientos y allanamientos ilegales.
Con datos del Informador.mx