Columna «Sendero Político», por José Cruz Delgado (28-III-17).- En los últimos días se han suscitado hechos violentos en el municipio de Parácuaro, precisamente la tierra del gobernador Silvano Aureoles Conejo, pareciera que los grupos delincueciales están retando a Silvano.
Parácuaro es un municipio que está ubicado en la Tierra Caliente y es uno de los muchos municipios donde regresó la violencia luego de que el gobernador Silvano realizara una serie de obras en Úspero, perteneciente a esa municipalidad y en donde según se dijo esa población, al igual que la de Cenobio Moreno estaban en manos del crimen organizado, pero al parecer no ha sido desterrado del todo y siguen operando células delictivas.
De acuerdo con el gobernador del estado, actualmente hay estabilidad y mejores condiciones en materia de seguridad que han generado un crecimiento económico en el estado.
En días pasados, dos cuerpos sin vida de personas del sexo masculino fueron encontrados en una camioneta abandonada en la población de Morelitos, en el municipio de Parácuaro de donde es oriundo el gobernador Silvano Aureoles Conejo y en donde en los últimos días se han estado registrando hechos violentos como el ataque a elementos federales y estatales mientras que él recorre el país en busca de la candidatura del PRD a la Presidencia de la República.
Para la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), el hallazgo de dos muertos mutilados en sus extremidades en Parácuaro, apunta a una posible disputa entre integrantes de la delincuencia, según los indicios preliminares.
Es creíble versión, pero de una manera u otra la violencia está presente y la obligación de las autoridades encargadas de la seguridad es precisamente esa, terminar con ese tipo de episodios que traen como consecuencia miedo entre los habitantes que están hartos de tanta violencia.
También, tras una emboscada que sufrieron elementos de la Policía Michoacán cuando daban un patrullaje contra la delincuencia en la carretera federal Apatzingán-Nueva Italia, en este municipio de Parácuaro, dejó como saldo un oficial lesionado, los agentes consiguieron repeler el ataque y los criminales escaparon, ello cuando hacían trabajos en el combate permanente contra las conductas delictivas en la región.
No son pocas las ocasiones que el gobernador ha acudido a la comunidad de Úspero en el municipio de Parácuaro para que en compañía del Comité Ciudadano arrancar e inaugurar obras que según se dice, a la fecha suman más de 12 millones de pesos que favorecen a alrededor de 3 mil habitantes. A Úspero y Cenobio Moreno les ha llamado Comunidades Modelo donde se pretende recomponer el tejido social y la intención es buena pero lamentablemente siguen brotando como chinches gentes con muy malas intenciones como queriendo retar al mandatario y demostrarle que en Parácuaro manda la delincuencia y ya muchos han catalogado al municipio como la “tierra de nadie”.
De moda las extorsiones en Morelia
Pese a que los índices delictivos se han disparado en la capital michoacana convirtiéndose en la más insegura, conductores de empresas que tienen que surtir los pedidos a las tiendas de abarrotes que se ubican en las inmediaciones de la vieja Central Camionera, denunciaron que son objeto de extorsiones por parte de los elementos policiacos.
Manifestaron que cuando tienen que estacionarse para surtir los pedidos, los encargados del “orden” les “bajan” la mercancía aduciendo que está prohibido estacionarse.
Sin embargo, mostrando una careta de hipocresía, les dan permiso siempre y cuando se “mochen”. Han llegado al colmo de que les quitan charolas de cerveza porque supuestamente son órdenes de su comandante. Así se las gastan estos pillos disfrazados de policías.
Por si fuera poco, algunos patrulleros de la Policía Municipal, cuando sorprenden a alguna persona lavando un coche, les dicen que los van a dejar trabajar pero que más tarde regresarán por su cuota que es de cien pesos, de otra manera serán remitidos a la barandilla porque no está permitido limpiar carros.
Así se la gastan estos angelitos que al parecer no hay quien los pare y según se dice, sus superiores los solapan por lo que urge que se ponga orden.
¡Pobres morelianos! Qué Dios los agarre confesados si caen en las garras de los malos elementos. Los visitantes son los que más sufren las extorsiones de estos malos elementos que sólo se dedican a delinquir y a hablar por teléfono durante su horario de trabajo.