22 de marzo, 2017 — En junio, los países se reunirán en la Conferencia sobre los Océanos para encontrar maneras de conservarlos y protegerlos para las generaciones futuras.
¿Por qué son tan importantes para nuestra supervivencia? Lo respondemos en el siguiente reportaje especial.
Producción: Rocío Franco y Joshua W. Mmali
La disminución de las poblaciones de peces, la acidificación de los océanos o la cantidad de plástico que se arroja al mar. Si observamos estas tendencias es obvio que estamos en una carrera contra el reloj. Debemos tomar acciones decisivas de inmediato para salvar estos recursos.
Este es uno de los mensajes que resuena con más fuerza en la cuenta regresiva hacia la Conferencia sobre los Océanos a celebrarse en junio próximo en la ONU.
En esta reunión los Estados miembros buscarán estrategias para recuperarlos y revertir la degradación que sufren.
Escucha estos reportajes sobre los problemas más graves que aquejan a los océanos en la actualidad:
Los más afectados somos nosotros, los seres humanos
Nuestros medios de subsistencia, el turismo, la producción de alimentos, el transporte marítimo y el comercio. Todas estas actividades dependen de los océanos.
Entonces, imagínense qué impacto tendría para nuestra supervivencia un mayor deterioro de los ecosistemas marinos.
La población de indígenas Guna en Panamá depende de la salud de las aguas del Pacífico para su supervivencia. Esta es una comunidad que vive en Islas San Blas. Foto: Noticias ONU/Rocío Franco.
El presidente de la Asamblea General, Peter Thompson, declaró en el marco de las tareas preparatorias con miras a la Conferencia Mundial sobre los Océanos que los esfuerzos de los próximos años determinarán si nuestros hijos, y los que vengan después de ellos, tendrán la alegría de disfrutar de los océanos. Algo que nosotros damos por sentado, afirmó.
«No les neguemos esa satisfacción», pidió Thompson.
Estas cifras ilustran el sombrío panorama:
Más de 3.500 millones de personas dependen de los océanos como principal fuente de alimentos.
Además, se estima que 40 millones están empleados directamente en este sector de la economía, que mueve aproximadamente 21 billones de dólares anuales.
Por cada kilómetro cuadrado de agua en los océanos flotan 13.000 objetos de plásticos desperdiciados.
La basura de plástico en el mar mata a un millón de aves marinas y a unos 100.000 mamíferos cada año.
La pesca excesiva ya ha generado un 30% de pérdida de la población de peces, al punto que el rendimiento de esta producción ya no es sostenible.
Salvar los océanos es un objetivo de desarrollo sostenible
Cuando los Estados aprobaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015 (ODS), también llamada la Agenda 2030, establecieron que una de las metas para los próximos 15 años sería conservar los océanos, las aguas y los recursos marinos.
Es el Objetivo 14 de ese plan de desarrollo mundial.
Uno de los cometidos para 2025 es, por ejemplo, prevenir y reducir sustancialmente la contaminación del mar.
También, regular, para 2020, la recolección y la pesca excesiva, la ilegal, la no declarada y la no reglamentada, así como las prácticas de pesca destructivas.
Wu Hongbo es subsecretario general de la ONU para el Departamento Económico y Social (DESA).
En un mensaje para llamar a los Estados a comprometerse con esta causa dijo:
«Cuando hablamos del Objetivo 14, estamos pensando en la navegación en alta mar, en la pesca para nuestros alimentos, en el turismo. Pero eso no es todo, la salud de los océanos y el uso sustentable de los recursos marinos tiene un impacto directo en la implementación de esta Agenda», dijo el alto funcionario.
Si se lo descuida, las pérdidas económicas serán cuantiosas y afectará el cumplimiento del resto de los ODS.
Hacer firmes compromisos para una Conferencia exitosa
En la próxima Conferencia Mundial sobre los Oceanos se hará un fuerte llamado al compromiso de los Estados con esta empresa.
Ese documento final, resultado de la Conferencia, servirá de mapa para implementar el Objetivo 14.
El presidente de la Asamblea General consideró que este puede ser un momento histórico.
«Una oportunidad para que todos los seres humanos formen parte de la recuperación de los océanos», comentó Peter Thompson en reuniones preparatorias rumbo a la Conferencia de junio.