22 de marzo, 2017 — El cáncer no tiene fronteras, pero se ensaña con las personas que habitan los países de bajos y medianos ingresos.
Este martes concluyó en Jartum, la capital de Sudán, una reunión destinada a buscar más recursos para paliar la presencia de esta enfermedad en varios países.
El evento, coorganizado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), exploró métodos para alcanzar este objetivo, ante la creciente carga que la enfermedad presenta en muchos de los pobres.
El tratamiento entre los refugiados y el aumento de fondos para combatir el cáncer de cuello uterino también fueron discutidos en la cita.
El evento respondió a un esfuerzo lanzado en 2012 por el OIEA, la Organización de Cooperación Islámica y el Banco Islámico de Desarrollo para movilizar recursos y apoyar la capacitación, como parte del control del cáncer en los Estados miembros de esas organizaciones.
A la reunión asistieron representantes de los ministerios de salud y finanzas de 16 países, quienes evaluaron cómo impulsar la infraestructura nacional de medicina nuclear y radioterapia, incluso mediante proyectos de cooperación técnica con el OIEA.
El cáncer es una de las enfermedades más letales del mundo y los países de ingresos bajos y medianos son los más afectados, con más de la mitad de los nuevos casos.
Sin embargo, estos sólo acceden al 5% de los recursos globales para atender la enfermedad, según la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer.