04 de febrero, 2017 — Violaciones colectivas, asesinatos –incluso de menores–, palizas brutales y desapariciones configuran la lista de violaciones de los derechos humanos que han sufrido los miembros de la minoría étnica rohingya, por parte de las fuerzas de seguridad de Myanmar, en una zona acordonada en el norte del estado de Rakhine.
Todos estos abusos se denunciaron hoy en un informe realizado con testimonios de más de 200 personas de esa comunidad por un grupo de investigadores de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Las entrevistas se llevaron a cabo en la frontera del país asiático con Bangladesh.
La responsable de la pesquisa, Linnea Arvidsson, se mostró sorprendida por el alto porcentaje de rohingya afectado por los atropellos.
“No encontramos a ninguna de las 204 personas que entrevistamos que no hubiera sufrido alguna violación. O su casa fue quemada o saqueada, o desapareció un miembro de su familia, o fue asesinado. Esta situación es extremadamente rara”, indicó Arvidsson.
Entre las atrocidades cometidas destacan el asesinato a cuchillazos de un bebé de ocho meses y los de dos niños de 5 y 6 años, así como el de una niña de 5 años que intentaba impedir la violación de su madre.
El Alto Comisionado, Zeid Ra’ad Al Hussein, indicó que la crueldad a la que fueron sometidos estos niños es insufrible y remarcó que el alto nivel de violencia recogido en el informe no tiene precedentes.
Zeid hizo un llamamiento a la comunidad internacional a unírsele e instar a los líderes de Myanmar a poner fin a este tipo de operaciones militares.
Tras la publicación del informe, UNICEF emitió un comunicado señalando que las serias violaciones de los derechos de los niños que refleja el estudio son totalmente inaceptables y deben ser investigadas.