27 de enero del 2017.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que México «se ha aprovechado de Estados Unidos por mucho tiempo».
A través de su cuenta en Twitter, señaló que la relación entre ambos países ha dejado «masivos déficits comerciales».
Y acusó a México de no apoyar lo suficiente en la frontera norte, «lo que debe cambiar, AHORA», escribió.
Mexico has taken advantage of the U.S. for long enough. Massive trade deficits & little help on the very weak border must change, NOW!
La diatriba se produce luego que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, cancelara su viaje a Washington después de que su homólogo estadounidense, Donald Trump, redoblase las promesas que hizo durante la campaña electoral de reescribir el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y cobrar a su vecino del sur por la construcción de un muro fronterizo. La Administración de Trump respondió en represalia a la cancelación de la visita de Peña Nieto con alusiones a un impuesto del 20 por ciento a todas las importaciones de México.
“Es un día muy malo para las relaciones entre Estados Unidos y México, el peor día del que tenemos memoria”, señaló Michael Shifter, director de Diálogo Interamericano en Washington. “Existe un riesgo real de que las cosas se vayan de las manos”.
Pese a todas las quejas de Trump sobre México, las economías de los dos países están profundamente interrelacionadas, especialmente en los estados fronterizos, hasta el punto que podría resultar casi imposible separarlas sin una convulsión política o económica graves.
Automóviles, piezas de automóviles, artículos para la agricultura, textiles y alimentos fluyen libremente a través de las fronteras de los dos países, y cualquier medida para alterar ese flujo podría provocar un perjuicio económico a ambos lados de la frontera, incluyendo en los estados industriales del llamado “Cinturón de óxido” que catapultaron a Trump a la presidencia.
Los fabricantes de automóviles podrían ser los que sufran las mayores consecuencias ya que Ford Motor , General Motors y Fiat Chrysler Automobiles cuentan con plantas de ensamblaje en México. Varios fabricantes de automóviles extranjeros también tienen fábricas en México que exportan vehículos a Estados Unidos, entre ellas Honda Motor, Volkswagen y Mazda Motor. Entre las empresas estadounidenses que se benefician del TLCAN figuran Whirlpool y General Electric.
Para ambos países no sólo está en juego el comercio, sino también el orgullo nacional.
ACUERDO DESIGUAL
Antes de la cancelación de la visita, se esperaba que Peña Nieto iniciase conversaciones sobre el TLCAN la próxima semana, un pacto que Trump ha amenazado con abandonar si no consigue un mejor acuerdo para los trabajadores de Estados Unidos. “Desde el principio ha sido un pacto desigual”, manifestó Trump el jueves en su cuenta de Twitter.
Si bien el líder mexicano ha expresado su disposición a renegociar partes del acuerdo, se ha mantenido firme en su rechazo a las exigencias de Trump de que México pague la factura de la construcción de un muro fronterizo.
Esta semana Trump ha firmado una orden ejecutiva para comenzar el proceso de construcción del muro, y dijo que encontraría la forma de que México pagase más adelante. El secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, manifestó el jueves que Estados Unidos podría captar 10 mil millones al año mediante la introducción de un impuesto del 20 por ciento a las importaciones de México, lo que “pagaría fácilmente” la labor, señaló.
Si Trump decide retirarse del acuerdo comercial de 23 años, distintos sectores de mercado de ambos países sufrirían las consecuencias, y Estados Unidos podría entrar “en una recesión económica increíble”, manifestó Jason Marczak, director de Iniciativa de Crecimiento Económico de Latinoamérica del Consejo Atlántico.
“Durante las últimas dos décadas las relaciones comerciales entre Estados Unidos y México se han profundizado en ambos países”, puntualizó.
La interdependencia es más evidente en las cadenas de suministro del sector de la manufactura, en las que componentes procedentes de Estados Unidos o Canadá con frecuencia se ensamblan en México, donde el coste de mano de obra es más barato.
En consecuencia, las líneas económicas entre los tres países se han desdibujado. Cerca de un 40 por ciento del contenido de las exportaciones mexicanas a su vecino del norte se origina en Estados Unidos, según un documento de trabajo de 2010 de la Oficina Nacional de Investigación Económica.
Asimismo, aproximadamente unos 5 millones de empleos estadounidenses dependen del comercio con México, dijo Christopher Wilson, del Instituto de México del Centro Internacional para Investigadores Woodrow Wilson. Los puestos de trabajo están diseminados a través de muchos estados e industrias, desde fábricas de autopartes que suministran partes a las plantas automovilísticas mexicanas a cultivos estadounidenses que producen la cebada utilizada para fabricar cerveza mexicana.
No obstante, la mayoría de los economistas concuerdan en que el sector automovilístico sería uno de más afectados en una guerra comercial entre Estados Unidos y México. El flujo de coches de pasajeros y de camionetas ligeras fabricados en México hacia Estados Unidos superó los 2 millones de vehículos en 2015, cuando México se convirtió en la principal fuente de automóviles importados, según datos de la Administración de Comercio Internacional, que pertenece al Departamento de Comercio Estados Unidos.
“México es con facilidad el país más importante para Estados Unidos”, dijo Antonio Ortiz-Mena, asesor sénior de Albright Stonebridge Group, quien trabajó con el equipo negociador inicial de México para el TLCAN. “Estados Unidos y México son países interdependientes. Si cooperan los dos salen beneficiados. Si no cooperan, los dos salen perjudicados”.
Con información de El Financiero.com.mx