21 de noviembre, 2016 — El Coordinador de Ayuda de Emergencia de Naciones Unidas, Stephen O’Brien, afirmó este lunes que el sufrimiento de los civiles en Alepo y otras localidades sirias continúa y que el horror y la violencia se han convertido en una rutina.
En una reunión informativa del Consejo de Seguridad, O’Brien afirmó que la comunidad internacional debe sentirse avergonzada por no lograr poner límite a la aniquilación de civiles en Alepo.
“Lamentablemente, durante la última semana vimos el desencadenamiento intenso de una agresión militar al este de Alepo y en las áreas rurales que lo rodean con consecuencias devastadoras para los civiles”, dijo.
Casi un millón de personas en Siria viven actualmente en áreas bajo sitio, el doble que hace seis meses, alertó el jefe humanitario de la ONU.
O’Brien aseguró que en los últimos meses se ha visto un «aumento masivo» del uso de esa táctica, especialmente por parte del Gobierno sirio.
Según el último cálculo de la ONU, un total de 974.080 sirios viven actualmente en zonas asediadas, frente a los 486.700 de hace seis meses, y los 393.700 de hace un año.
Por su parte, el representante de Siria, Bashar Jaafari, rechazó lo que describió como un “enfoque selectivo y parcial” de algunos Estados miembros y de órganos de las Naciones Unidas al abordar la crisis humanitaria en el país, y subrayó que el motivo principal por el que no llega la asistencia a muchas regiones de Alepo es la presencia de grupos terroristas.
Según el diplomático, los principales obstáculos al flujo de asistencia en muchas regiones sirias son el bloqueo que estos imponen sobre áreas amplias y su rechazo a la asistencia, el ataque que realizan a los convoyes humanitarios y la inseguridad en los lugares donde estos grupos operan.