20 de septiembre, 2016 — Naciones Unidas condenó enérgicamente el ataque a un convoy de ayuda humanitaria en Siria, que se cobró la vida de por lo menos uno de sus trabajadores y un número indeterminado de civiles.
Tras el ataque de este lunes en Urum al-Kubra, al noroeste de Aleppo, a la caravana fletada por la ONU y la Media Luna Roja Árabe, la ONU suspendió la entrega de asistencia humanitaria.
En conferencia de prensa en Ginebra, el portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Jens Larke, expresó gran indignación tras el suceso y advirtió que podría clasificarse como una atrocidad según las leyes internacionales.
”Si se confirma que este cruel ataque tenía como objetivo intencionado a los trabajadores humanitarios, podría constituir un crimen de guerra. Insto a que se abra una investigación imparcial e independiente de este suceso mortal”, dijo Laerke.
Según Naciones Unidas, el convoy tenía todos los permisos en regla y estaba formado por 31 camiones cargados con alimentos y medicinas destinados a proveer ayuda a unas 78.000 personas.
El coordinador humanitario de Naciones Unidas, Stephen O’Brien, se sumó a la condena del asalto.