Columna Política «Repercusiones», Por Samuel Maldonado B. (15-VIII-16).- Las declaraciones recientes en relación con la Educación que ha hecho el que funge como Presidente de México son verdaderamente centrales, debido principalmente a la problemática mayor que en materia de educación pública (y en otros campos de investigación científica) en los que se ha retrotraído el país. Por lo anterior, más aun resalta la oratoria expresada por Peña Nieto, en la flamante ceremonia de graduación de los guarda marines, por lo que cito una pequeña parte de su oratoria: “ ¡El valor de una educación de calidad es más importante que nunca, lo mismo en la vida civil que en la militar!.”
Hace algunos años tuve la oportunidad de estar presente en la ceremonia de graduación de los jóvenes guarda marines y de conocer tanto los interiores de la Academia (dormitorios, salones de clase, auditorio, biblioteca y desde luego los amplios exteriores con sus campos deportivos y de prácticas militares, situados en el municipio de Antón Lizardo, en el estado de Veracruz, que seguro puede competir en excelencia con cualquier academia militar de poderosos países como Alemania, Francia o los mismos Espantados Unidos.
Al término de la ceremonia y después del recorrido general pasamos al comedor a degustar de buenos vinos y una excelente comida. Las mesas todas con los guarda marines en su uniforme de gala (por cierto, es un ajuar muy caro y más si se le agrega el costo del espadín) que no cuesta un céntimo al guarda marino. El comedor, los salones, biblioteca, dormitorios, etc., no tiene ninguna comparación, con los dormitorios y comedores de los internados de las normales de maestro que yo he conocido. ¡Bien por la Heroica Escuela Naval Militar de Antón Lizardo y por esos jóvenes que año con año tiene la suerte o la fortuna de ingresar a esos centros de alta educación militar de nuestro país. Malo para los parias de las escuelas normales rurales, que desearíamos que fuesen semejantes o se parecieran siquiera un poco a los del también Heroico Colegio Militar y el de señalado de Antón Lizardo, colegios militares de excelencia y de una trayectoria que hace que muchos jóvenes deseen ingresar a esos extraordinarias instituciones públicas, a las que no le faltan los recursos económicos y que permite, consecuentemente impartir una educación de excelencia, pero desafortunadamente para muy pocos. Cabe señalar, que al termino de la graduación, los egresados hacen un recorrido por varios mares y alrededor del mundo)
Entre esas academias militares afortunadas y las Escuelas Normales Rurales (muchas ya extinguidas artificialmente y otras sobreviviendo) las dos únicas diferencias que yo encuentro es que en las primeras es el propio presidente de México en turno (o su representante) el que asiste a la graduación de los militares, pues en las rurales, ni siquiera los secretarios de educación estatales, se atreven a acompañar a los alumnos de las normales.
Cabe remarcar que no he sabido nunca que a la graduación de los estudiantes de estas escuelas rurales – internados (o al término de los curos respectivos) hayan acudido a la ceremonia de graduación algún secretario de educación en el Estado correspondiente, lo que demuestra la desatención gubernamental a la que han estado sujetas las Escuelas Normales en México.
He buscado información al respecto y aun no encuentro un solo dato que me permita suponer que “en algún ocasión ( o por equivocación)” algún alto funcionario de la Secretaría de Educación Pública haya acudido a una entrega de diplomas a los maestros rurales.
¿Será por eso la rebeldía del sector educativo y estudiantil?