26 de julio, 2016 — Durante los primeros seis meses del año, un total de 5.166 civiles murieron o fueron mutilados a causa de la violencia en Afganistán, según un informe conjunto de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA).
La cifra constituye un récord desde que se empezó a llevar este registro en 2009 y deja ver, además, que casi un tercio de los afectados fueron niños, con 388 decesos y 1.121 heridos.
Entre enero y junio se contabilizó la muerte de 1.600 civiles mientras que más de 3.500 fueron lesionados, un incremento del 4% respecto al mismo periodo del año anterior.
El total de bajas civiles reportadas por Naciones Unidas desde el 1 de enero de 2009 hasta el 30 de junio de 2016 se eleva a casi 64.000 personas.
El representante de la ONU para Afganistán, Tadamichi Yamamoto, indicó que cada baja representa una falta de compromiso y consideró que el documento debe ser un llamado a que las partes en conflicto tomen medidas concretas y efectivas para reducir el sufrimiento de los civiles y aumentar su protección.
Según el informe, hubo un incremento del número de civiles muertos o heridos por las fuerzas pro-gubernamentales, aunque la mayoría de las víctimas (60%) se debieron a elementos hostiles al gobierno.
Durante el periodo en cuestión, 57.987 afganos fueron desplazados, un aumento del10% respecto al mismo lapso del año pasado, lo que elevó la cantidad de desarraigados por el conflicto a 1,2 millones de personas.
Entre las violaciones de derechos humanos que se produjeron en el periodo investigado, destacaron los ataques deliberados contra mujeres en espacios públicos, el uso de niños en el conflicto armado y las violencia sexual contra menores.