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Artículo de Fondo Por el Dr. Ignacio Martínez (10-VI-16).- Encontré a un priísta que me parece un hombre inteligente, trabajador y honesto, pero que además es un apasionado a su partido, aunque en realidad siguen existiendo muchos así, pero el control y el poder del tricolor se encuentra en otras manos, las de siempre, las que están acostumbradas a vivir bajo la impunidad y la corrupción y en donde la palabra traición es común denominador de su vida.
No aprenden la lección y nuevamente la ciudadanía les dio la espalda en las elecciones del domingo.
En términos futbolísticos la goleada ha sido impresionante.
El priísta desconsolado me preguntaba sobre mi opinión de lo que había sucedido y mi respuesta fue muy fácil.
Estamos cansados de la impunidad y la corrupción y que desde el gobierno federal no se mueva un solo dedo para castigar a los malos priístas, todo indicaría que nadie ve, ni oye desde el centro del país, la corrupción galopante en Veracruz parece que solo la vemos los que no somos del PRI, la terrible violencia e inseguridad en Tamaulipas parece que solo la vemos desde afuera y los tamaulipecos que la sufren y viven las 24 horas de sus vidas, en Quintana Roo se cansaron que por más de 80 años les gobernara un partido con el que la corrupción se encuentra de la mano.
El partido del presidente Peña Nieto perdió siete de las doce gubernaturas en juego y una señal de inminente peligro es la derrota en cuatro estados que el PRI gobernó por 86 años: Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas.
La derrota del tricolor es sin duda la más grande en la historia de las disputas por gubernaturas, un nunca antes había perdidos tantos estados y cedido tantos gobiernos estatales a su oposición.
Aunque no lo quieran ver los priístas la derrota del 5 de junio es también un golpe directo al presidente Enrique Peña Nieto y muestran el hartazgo de los mexicanos de escándalos y corrupción que se ha vivido en los últimos años, es también la prueba definitiva de la caída de la popularidad del presidente Peña.
Muchos priístas continúan ciegos y no piensan que el gran ganador se llama Acción Nacional y que lo convierte automáticamente como un serio contendiente al 2018 aunque todo dependerá del trabajo que realicen sus gobernadores antes de las elecciones.
El PRI sin embargo no esta muerto, todo cambiaría si el presidente Peña y su partido se decidieran a combatir la impunidad y la corrupción, unos cuantos gobernadores en la cárcel cambiarían diametralmente la percepción de los mexicanos.
Los resultados del 5 de junio inyectan sin duda democracia a México, cambian el mapa político rumbo al 2018, pero el combate a la corrupción será la base para el resultado final.
Espero pronto los priístas salgan de su depresión post electoral y se dediquen a estar cerca de la gente no solo en el discurso, ahhh y en Michoacán que se dediquen a ser una auténtica oposición, no una oposición cosmética que más pareciera apoyan al gobierno del estado aún más que los propios perredistas.
